El  Septenerio en honor de la Virgen del Rosario, patrona de Huebro, dieron comienzo ayer y es la forma en la que la comunidad cristiana de Níjar celebra el tradicional mes de mayo dedicado a la Virgen María.

La imagen de la patrona de Huebro, procesionó en romería hasta la Níjar Villa en la tarde de ayer domingo y recuperará su sede en la Iglesia de Santa María de su barriada siete días después tras cerrar la romería de vuelta. A lo largo de estos siete días se reza el Rosario a las 12:00 y 19:30 horas y un párroco de la Diócesis de Almería oficiará misa.La bajada se inició tras el canto del himno y oración a la Virgen del Rosario en la Iglesia de Santa María de Huebro (18:00 horas). Después dio inicio la bajada de la sagrada imagen hasta el templo parroquial de Santa María de Níjar. A su llegada a la Glorieta de la Villa se celebró una eucaristía de bienvenida.

El camino de vuelta tendrá lugar el domingo 12. La imagen será transportada en un carro tirado por bueyes y la comitiva irá encabezada por el tamboril. A las 12:00 horas, el párroco de Nijar y administrador de Huebro, José Rodríguez Bonilla, celebrará la eucaristía con la actuación de coro rociero. Se anima a los peregrinos para que lleven vestimentas típicas de al romería. En la Plaza de Huebro, se cocinará una paella gigante y se iniciará una convivencia en torno a una barra montada por la Hermandad de la Virgen de Huebro y grupos musicales.

La romería ha cambiado de fecha y guión. Feligreses de la Virgen del Rosario e hijos de la barriada nijareña de Huebro se rebelaron en 2015 contra intenciones del párroco de la villa de Níjar, José Rordríguez Bonilla, y varios miembros de la prehermandad de la Virgen a que la imagen de la patrona salga de su templo para ser trasladada hasta la Villa y allí permanezca hasta su día grande (3 de octubre) y llegaron a recoger 400 firmas.

Los firmantes reivindicaron que la tradición de esta romería se centra en contar con su virgen en el templo de Huebro, siendo uno de los momentos más emotivos el encuentro entre la imagen del Rosario de Huebro que baja unos kilómetros para recibir a medio camino a su homónima de la Villa, acompañándola hasta su casa para que permanezca en el templo una semana.

El Obispo desatendió la pretensión de los firmantes y el encuentro entre las dos vírgenes se prohibió. La romería se adecuó a unas variantes más religiosas y el traslado de la imagen hasta la iglesía de Santa María y su retorno a Huebro siete días después.