Parece que ahora está de moda tomar decisiones públicas aunque en realidad las decisiones, tengan o no un recorrido colectivo, parten de un contexto privado. Una buena decisión marca el futuro sin duda y por eso vamos a reflexionar sobre ello. Este es un tema interesante desde luego que se ha tratado por diferentes filósofos. Desde la ética deontológica y utilitarista hasta las ideas de libre albedrío y determinismo, hay mucho terreno fértil para explorar. También podría esbozarse ciertas ideas de filósofos como Kant, Nietzsche, Sartre o Arendt ya que han abordado el tema de la responsabilidad en la toma de decisiones. Por otro lado se puede hacer una referencia a la relación entre la toma de decisiones y la búsqueda de la felicidad, desde una perspectiva filosófica. Por ejemplo hay diferentes corrientes filosóficas, como el estoicismo, el hedonismo o el existencialismo, que han abordado la cuestión de cómo tomar decisiones que nos acerquen a una vida plena y significativa. Pero lo más significativo, o al menos eso creo yo, viene de la filosofía existencialista de Jean-Paul Sartre que ofrece una perspectiva única sobre la toma de decisiones. Sartre sostiene que los seres humanos están condenados a ser libres, lo que significa que somos responsables de nuestras elecciones y acciones en un mundo sin una guía preestablecida. Según Sartre, cada decisión que tomamos define quiénes somos, y es nuestra responsabilidad asumir las consecuencias de esas decisiones. Sartre introduce el concepto de “mala fe” para referirse a la autoengaño o la evasión de la responsabilidad en la toma de decisiones. Argumenta que es fundamentalmente inauténtico renunciar a nuestra libertad y responsabilidad al culpar a circunstancias externas o a factores deterministas por nuestras elecciones. En resumen, para Sartre, la toma de decisiones es un acto fundamental de libertad y autenticidad, y cada elección que hacemos moldea nuestra existencia. Este enfoque filosófico ofrece una perspectiva profunda sobre el significado y las implicaciones de nuestras decisiones en la vida cotidiana. Además, Sartre introduce el concepto de “angustia” como una emoción fundamental asociada con la libertad y la toma de decisiones. Según Sartre, la angustia surge cuando nos enfrentamos a la plena responsabilidad de nuestra libertad y nos damos cuenta de que somos completamente libres para tomar cualquier decisión, sin certezas ni garantías. Sartre sostiene que enfrentar la angustia existencial es parte del proceso de autodescubrimiento y autenticidad, ya que nos obliga a confrontar la realidad de nuestra libertad y responsabilidad. En definitiva para tomar una buena decisión, sea pública o no, hay que conjugar conceptos como la libertad, la responsabilidad y la angustia, entre otros. Así que decida usted bien querido lector.

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