Peregrinación al poblado en ruinas de Derde para visitar la nueva ermita
La pedanía abandonada perteneciente a Vélez Blanco fue el marco para la congregación de más de 200 vecinos de Caravaca, María, Topares, Vélez Blanco y otros lugares alejados
Decenas de casas en ruinas, entre ellas el elegante edificio del colegio erigido a principios de los años 1960 según planos del conocido arquitecto almeriense Antonio Góngora Galera (1904 - 2010). La pedanía abandonada de Derde (Vélez Blanco) fue el marco para la congregación de más de 200 vecinos de Caravaca, María, Topares, Vélez Blanco y también de lugares más alejados, para celebrar una misa en la recientemente restaurada ermita de Santa Gertrudis y realizar una breve procesión con la santa hasta el cortijo del Álamo. En presencia del alcalde velezano Antonio Cabrera, del pedáneo de Topares, Fidel Gómez, el párroco Miguel Joaquín Martín Romero y el cura Herminio Martinez (SM), natural de Vélez Blanco, y los organizadores de estas tres ediciones de esta convivencia, José Sánchez Gea y Carlos Carrión Navarro, el teniente de alcalde Dietmar Roth presentó al profesor caravaqueño Jesús López García, autor del libro "y también se vivía", quien presentó esta novela que narra el silencioso abandono de tantas y tantas pedanías durante los últimos 60 años reivindicando la dignidad de las personas del campo. Además, Josep Ros Lopez y Nuria Escoda Salinas, pregoneros de las fiestas de Vélez Blanco en las fiestas patronales de agosto, proyectaron fotos de las fiestas anteriores de Derde. Este matrimonio está documentando desde hace decenios muchos de los acontecimientos de Vélez Blanco con miles de fotos y vídeos. La velada se animó con una cena y la música de la Cuadrilla De Ánimas de Vélez-Blanco y a los animeros de Caravaca. Derde es una cortijada emplazada en un sitio con maravillosas vistas hacia el monte del Gabar (1.500 metros de altura) y los alrededores. Fue un núcleo de población importante y tenía escuela propia. La ermita fue erigida en el segundo tercio del siglo XVII gracias al mecenazgo del italiano Stefano de Celo y su mujer María Labad a honor de Santa Gertrudis y Nuestra Señora de la Gracia. En agosto de 2016 se produjo una convención de la familia Recobeni, oriunda de Vélez Blanco con orígenes sicilianos y descendientes de aquel Stefano de Celo, pero viviendo la mayoría hoy día en Cataluña.
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