A vueltas con la intensidad

UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos

Lo vivido frente al Castellón es similar a lo que ya se observó en Elda, multiplicado por cinco

Los albinegros acentuaron el mal de unos jugadores que juegan al ralentí y defienden con la mirada

Este Almería empieza a oler a muerto

Buena parte de la afición rojiblanca, decepcionada y desencantada, abondonó el estadio antes del final del duelo ante el Castellón
Buena parte de la afición rojiblanca, decepcionada y desencantada, abondonó el estadio antes del final del duelo ante el Castellón / Javier Alonso
Ramón Gómez-Vivancos García

17 de septiembre 2024 - 12:45

Almería/Se puede perder, pero no así. Esta primera frase es un copia y pega del comienzo del anterior artículo referente al encuentro ante el Eldense, porque lo vivido frente al Castellón es similar a la que se observó en Elda, eso sí, multiplicado por cinco. O sea, una primera parte donde se marran varias oportunidades claras y donde se supera al contrario en numerosas fases del envite, para después sucumbir ante el orden y la intensidad de conjuntos que, con sus limitaciones, tienen un concepto claro de lo que hacer y cómo ejecutarlo, al amparo de una óptima preparación física.

Y es que la referida intensidad, la recuperación y sobre todo la velocidad de ejecución en todos los órdenes del juego, se deben mantener durante todo el partido. Luego se nos intentará convencer de lo contrario, de que este equipo se pone el mono de trabajo y de que según las estadísticas es agresivo, pero si así fuera, esa calidad técnica que sin duda se atesora y que se impone cuando la gasolina todavía no llega a la reserva seguiría reinando hasta el final, aun con las ocasiones desperdiciadas. Rubi lo manifestó al final en rueda de prensa, cuando aludió a la falta de agresividad de su equipo.

La UDA aparentaba ir en segunda marcha, frente a su rival que parecía ir en sexta. Se sabía que ante un equipo con una propuesta tan sui generis, se podía acentuar el mal de unos jugadores que juegan al ralentí y que defienden con la mirada, y por desgracia así fue. Le reto a cualquier seguidor rojiblanco a que visione los minutos previos al segundo tanto del Castellón, ya que resume gran parte del devenir del encuentro. Parecía que el equipo que perdía era el castellonense. Presión constante de tres jugadores del Castellón sobre uno del Almería, como si el marcador fuera desfavorable para los que tenían prisa por recuperar el esférico.

En esa secuencia previa al segundo tanto encajado durante el comienzo de la segunda mitad, y tras varias recuperaciones consecutivas del rival gracias a su presión constante e intensa, se fue gestando el desastre que más tarde aconteció. Luego, con un marcador tan contundente, los defectos de cualquier equipo florecen, los que todos tienen, y las virtudes desaparecen, tal y como le ocurrió al mismo Castellón en su propio estadio hace tan sólo unos días ante el Cádiz, cuando perdía 0-3. Por eso, y ahí estoy con Rubi, hay que seguir insistiendo con unos jugadores que pueden dar mucho más de sí en el apartado ofensivo y sobre todo en el acierto.

Sin embargo, y también lo apuntaba el técnico catalán de la UDA, es innegociable no ser agresivo y, por ende, recibir tantas ocasiones de gol a través de tanta recuperación y acercamiento del rival. El Almería es un equipo con carencias en su plantilla, como tantas otras en este categoría, pero para suplir dichas carencias no se puede ser tan blando ante conjuntos que juegan al límite como el Castellón, que dado su atrevimiento o sale goleado al comienzo o te machaca a través de los minutos con su insistencia en su idea, como si fuera el conejito de las pilas Duracell. Este Almería necesita un trabajo de autor reconocible adaptado a la categoría en la que se compite, tan competitiva como intensa, para que las virtudes que se atisbaron en anteriores encuentros y que diferencia a la UDA de otros contrarios, salgan a escena. Si no, la pesadilla nunca acabará.

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