Trata de arrancarlo, Rubi

Almería/Como Luis Moya rogándole a Carlos Sainz que tratase de arrancar su averiado Toyota Corolla en el rally de Inglaterra que lo dejó a 500 metros de proclamarse por tercera vez campeón mundial, este Almería necesita de alguien que le pida a Rubi que lo haga funcionar de verdad. El problema radica en que muchos empiezan a pensar con fundamento que este motor continúa gripado y no da más de sí. Hubo que cambiarlo en verano en vez de intentar repararlo a base de parches y la imagen de impotencia es frustrante tras apenas cinco jornadas disputadas. Todos conocían la propuesta del Castellón, pero ni con esas fueron capaces de neutralizar a un rival al que, con algo de orden y concierto, se le pudo haber goleado. Para sorpresa de nadie ocurrió justo lo contrario, que los locales se llevaron un saco.

Perdonó el Almería al Castellón en la primera parte hasta la saciedad y lo acabó pagando. Hasta media docena de ocasiones claras tuvieron los de Rubi a lo largo del primer periodo ante un rival con planteamiento suicida como visitante, dejando apenas dos defensas (Chirino y Jozhua) para acometer una atrevidísima salida de balón con el resto de compañeros muy abiertos en ambas bandas y poblando tanto el centro del campo como la zona de ataque. Ante ese previsible escenario (el propio Schreuder había avisado de que serían fieles al sello neerlandés que le ha impreso a su equipo) lo cierto es que el cuadro indálico supo cómo entrar en el partido, pero le falló estrepitosamente la puntería, marrando en la definición de todas y cada una de las oportunidades que lograron elaborar aprovechando los inevitables huecos que dejaba la retaguardia albinegra.

Apostó sorpresivamente de salida Rubi por Rachad en detrimento de Baptistao por el costado diestro (era el estreno en la titularidad del hispano-marroquí como rojiblanco) y de sus botas nació la primera ocasión del encuentro al montar una rápida transición culminada por Suárez con un golpeo a las nubes a pase de Melamed. Acto seguido era el propio colombiano quien dejaba en bandeja para Melamed, que no encontró el remate, muriendo la jugada en disparo de Arribas desviado a córner. El asedio inicial de los locales fue apabullante, tanto es así que en el lado visitante apenas se contabilizó una llegada al área de Maximiano en la que reclamaron posible penalti por empujón de Pubill dentro del área no concedido por el árbitro.

Conforme iba aproximándose el ecuador del primer acto el Almería incrementó su empuje, volcando el juego sobre el arco defendido por Gonzalo. Melamed mandó primero una falta directa a la cruceta, luego remató con el interior al palo largo demasiado desviado un gran pase filtrado por Arribas tras robar el balón en fase de salida rival y finalmente el extremo catalán remataba con la zurda alto otra buena ocasión para el 1-0, tres en apenas tres minutos. El propio Suárez, en pugna con el central Chirino, dispuso de un mano a mano ante el guardameta, abortado finalmente por el defensor, y poco después Robertone tampoco acertaba con un libre directo desde la frontal.

Parecía milagroso que el marcador mantuviera el 0-0 y que el descanso llegara sin moverse cuando el Castellón dispuso de un saque de esquina pésimamente defendido por los de Rubi. Seuntjens botó el esférico al primer palo en busca de Raúl Sánchez, quien cabeceaba a la red ante el bisoño marcaje de Rachad, con Suárez justo detrás asistiendo al tanto contrario como espectador de lujo. El axioma de quien perdona lo acaba pagando se le aplicaba con crudeza al Almería, presa de su pertinaz falta de pegada durante los primeros 45 minutos.

Si la primera mitad acabó mal, la segunda empezó peor aún si cabe. El Almería salió decidido en buscar la remontada y cayó en la trampa del Castellón, favorecido del intercambio de golpes en el que se convirtió el encuentro gracias a la gran pegada exhibida por el conjunto 'orejut', que prácticamente mojó en cada una de sus llegadas al área. Los de Schreuder penalizaron todos y cada uno de los descuidos defensivos rojiblancos con un tanto a su favor. Primero fue Van den Belt quien ampliaba las distancias en el marcador en una acción surrealista que nació en un saque en largo de Maximiano, cortado de cabeza en la línea de medios y que caía en los pies del centrocampista neerlandés hasta plantarse en el balcón del área sin oposición y fusilar al meta luso con un latigazo raso ajustado al palo.

Lejos de conformarse con el buen desempeño de los suyos, Schreuder estuvo más ágil que Rubi en mover el banquillo con un doble cambio que el catalán no se atrevió a realizar hasta verse ya con 0-3 por debajo en el luminoso. El tercero precisamente llegaría en una acción de Calatrava (uno de los recién ingresados) ganando profundidad por la banda derecha para centrar al segundo palo, donde De Miguel imponía su estatura para elevarse y cabecear a la red. La tímida respuesta local llegó de la mano de Melamed, que recibía un pase de Puigmal, uno de los recambios junto a Melero y Lopy, para probar fortuna con un disparo que burlaba a Gonzalo tras golpear en un compañero.

El partido estaba completamente roto y, lejos de amilanarse, el Castellón supo aprovecharlo en su beneficio anotando el 1-4 por medio de otro incorporado, Suero, tras pase nuevamente de Calatrava, que le hizo un traje a Centelles mientras estuvo en el campo. Luis Suárez volvía a recortar diferencias desde el punto de penalti en una pena máxima señalada a instancias del VAR, pero de forma casi inmediata De Miguel elevaba la victoria a una manita épica para los castellonenses con un buen zurdado a la altura de los once metros haciendo buena la asistencia de Villahermosa. Este Almería empieza a dar mucho miedo. Cualquier comparación con el de la campaña pasada empieza a estar muy justificada.