El talonario frente la rocosa realidad de la categoría
UD Almería
De momento va cumpliendo con el objetivo, con la cautela que exige una categoría que castiga la confianza
La Navidad no está siendo todo lo dulce que quería la masa social de la Unión Deportiva Almería por el mal sabor de boca que dejó el partido ante la Ponferradina. Desde la segunda posición, con unos números envidiables y con petrodólares frescos para fichar en el mercado invernal, todo debía ser miel sobre hojuelas.
Pero no es así. La derrota ante el cuadro berciano, la fragilidad defensiva que muestra en las últimas jornadas el equipo de Guti y, sobre todo, la posibilidad desperdiciada de acercarse al Cádiz, aguaron estos días de parón navideño, que todo el mundo está deseando que los aficionados quieren que lleguen a su fin pronto, para ver de nuevo en acción a sus jugadores.
Los futbolistas tienen bien interiorizado el partido a partido, saben que lo que hoy es negro, en la próxima jornada puede ser blanco. Por eso, relativizan bastante los resultados, sobre todo cuando se está dentro del objetivo marcado. Y ahora mismo, la UDA lo está. Continúa en los puestos que dan derecho a ascender de categoría de forma automática y en veintiún partidos ligueros, sólo tiene como auténticos agujeros negros la segunda parte ante la Ponferradina y la falta de todo que se mostró en El Molinón. En el resto de encuentros, salvando errores puntuales, el equipo ha competido como debía. La Copa del Rey ante el Tamaraceite es otro cantar.
La llegada de Al-Sheikh en verano despertó ilusión entre los aficionados rojiblancos y una mezcla de envidia en parte de las hinchadas rivales y de compasión entre los que piensan que el futuro almeriense puede asemejarse al del Málaga, cuya propiedad también es de un jeque.
Los fichajes crearon una gran expectación, las casas de apuestas daban al Almería como el principal favorito para lograr el ascenso, poco más que se iba a salir en la clasificación. Pero en el fútbol el talonario a veces es un cañón y otras una pistola de fogueo. La Segunda División es una categoría extraña, no tiene parangón con ninguna europea: te exprime físicamente y necesitas tener la suficiente calidad como para desequilibar equipos encerrados, pero sólo a base de artistas no se gana.
El Almería lo ha comprobado. Notó el paso del bloque inicial de Pedro Emanuel a la incursión de los fichajes. Con el paso de las jornadas, y sacando algunos resultados con el pico y la pala, el acoplamiento ha mejorado. El equipo necesita refuerzos en algunas posiciones, pero ojo con pasarse en el mercado...
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