Mucho ruido y pocas nueces

El acta de Vivancos

Cuando un contrario logra equilibrar ese aspecto del juego tan laborioso y difícil de alcanzar, aparecen los obstáculos

Salto de Saveljich.
Salto de Saveljich.
Ramón Gómez Vivancos

27 de abril 2019 - 22:49

Este Almería depende de su estructura. En Román Paladino, de su conjunción. De hecho, la mayoría de las mejores acciones individuales provienen de la armonía de un equipo creado a imagen y semejanza de Fran Fernández. Cuando un contrario logra equilibrar ese aspecto del juego tan laborioso y difícil de alcanzar, aparecen los obstáculos. Si un adversario con la calidad individual del Oviedo consigue ocupar el terreno de juego con más raciocinio, obteniendo la consiguiente ventaja a la hora de anticiparse en casi todas las segundas jugadas, el problema se acrecenta. Tanto, que vencer se convierte en misión imposible, ya que los chispazos individuales no pasan por ser el fuerte de este conjunto, nunca mejor dicho. Tan solo hubo una ocasión fabricada por el más talentoso de los rojiblancos, Chema, que a base de no jugar con regularidad no termina de afianzarse. Todo esto suena a regañina, pero no debería ser así. Estos chicos están haciendo lo que pueden, y muy bien. Ni siquiera se lo esperaban, como el mismo Álvaro Giménez manifestó durante la semana previa al choque. Vamos, que ni se lo cree. Ni tampoco Eteki, ni Corpas...ni Alfonso García.

El caso es que las sensaciones pese a la derrota y la inferioridad en el desarrollo del juego siguen siendo positivas. Se vuelve a perder en casa haciendo sufrir a los contrarios (Málaga, Osasuna y Oviedo), por el mismo resultado e incordiando hasta el final. Otra cuestión bien distinta corresponde a los guarismos puros y duros, que hablan de un equipo al que le falta algo, precisamente la referida capacidad individual para desatascar el brillante encuentro de un rival que fue capaz de anular las virtudes del contrincante, justo lo que hizo el Oviedo. Con toda la ilusión que se respira, dichos guarismos, los de este último tramo decisivo, indican que se han cosechado 9 puntos de los últimos 24 en juego. Si aplicamos esa media a toda una temporada, no daría ni para alcanzar los 50 puntos de rigor de cara a certificar la salvación. Me refiero a esto porque aun con la satisfacción por lo conseguido y con la esperanza del rush final, a veces la ilusión nos ciega. Un sobresaliente para este equipo pase lo que pase, sabiendo de sus limitaciones.

Quizá las mismas que tras el partido un frustrado FF encubrió con la mejor de las voluntades. No reconocer que el contrario te superó por sus méritos, al referirse el técnico almeriense a los deméritos y desidia de los suyos, es elevar a los altares a unos jugadores que no llegaron a la LFP para arrasar por un lado, e inculparlos al mismo tiempo por otro. También FF aludió al juego defensivo del oponente tras su tanto, cuando realmente los de Sergio Egea siguieron atacando y pudieron sentenciar. Es comprensible la frustración, siempre ahí, con la intención de engancharse a la zona noble. Ahora hay que seguir con el mismo espíritu, en espera de que otros resultados favorezcan los intereses rojiblancos. El Cádiz juega hoy y ayer en Málaga se dio el peor desenlace posible para la UDA, ya que el Mallorca venció y los malacitanos tienen, de facto, tres puntos más, los del Reus.

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