Rubi, toma nota

Almería/Cuánto tiempo hacía que no se le veía vencer a la UDA de verdad, porque la última vez que se logró ante el Cádiz no dejó de ser un partido de guanteblanco. Incluso, si nos tenemos que remontar al primer año de Turki en Primera para encontrar ese último triunfo de la UDA ante el Mallorca en competición real, allá por el mes de mayo de 2023, se les recuerda a los bermellones relajados y salvados.

Por lo tanto, queda ya muy lejos una victoria de la UDA en casa de las de verdad. Y vino con sus dosis de épica tras la expulsión de Arribas, teniendo que demostrar los rojiblancos de una tacada dos de los conceptos ausentes hasta la fecha por los que fueron condenados a la zona de descenso: el sacrificio individual y el orden que se requiere en todo sistema defensivo, o sea, como cualquier conjunto modesto.

Hasta ese límite hubo que llegar para ver a Lopy como un león enjaulado o a Pozo jugando al límite de sus posibilidades, por poner tan sólo dos ejemplos. Luego de igualar la intensidad del rival de turno, un partido se puede ganar, empatar o perder, pero el porcentaje de posibilidades de victoria se eleva sobremanera si además se hace valer la técnica individual. Tan sencillo como eso.

La pareja de centrocampistas, clave

Ojalá que a partir de ahora el proceder ante un equipo tan pegajosoydisciplinado como el Burgos sirva de ejemplo futuro para tratar de minimizar la rémora clasificatoria. Ayudaría bastante si Suárez fuera capaz de materializar ciertas ocasiones que cualquier delantero de medio pelo culminaría con éxito. Aun con todo, hubo que remar hasta el final hasta llegar a la secuencia de Pozo en el segundo tanto, que resume los que fue el partido en sí.

Antes, habría que destacar otros detalles que ayudaron a que todo lo bueno que se exhibió tuviera sus frutos. La pareja de centrocampistas, Baba y Lopy, hicieron su trabajo a la perfección, demostrando que con un medio campo más compacto y sólido se le facilita la tarea a la zaga e incluso se le transmite más seguridad y confianza al sentirse más arropada.

Por momentos, Chumi y Radovanovic (incomprensible su anterior suplencia) me recordaron a Ely y Babic a la hora de repeler cada intento de ataque del Burgos, como si en el centro de la defensa rojiblanca hubiera un frontón. No es sólo cosa de los jugadores, como comentó al término del choque Rubi, sino de idear un sistema capaz de adaptarse a una competición donde equipos tan trabajados y sacrificados como el Burgos no te superen con sus armas, ya que en su aspecto técnico se les vio a los burgaleses un escalón por debajo de la UDA.

Ahora se avecinan dos salidas seguidas muy complicadas (como todas en la categoría) y es hora de implantar un esquema incómodo para los rivales, que a su vez deje rienda suelta a la efectividad de un equipo que ha sido capaz de lograr dos tantos en cada uno de los cuatro últimos choques disputados, consiguiendo a la postre sólo cuatro puntos de doce con esa media ofensiva de ascenso. Es simple, y también lo comentó Rubi al final, si se igualan las virtudes de la mayoría de los equipos de Segunda se termina imponiendo la técnica, pero eso sí, con un sistema que deje las alegrías ofensivas para los partidos amistosos. Tome nota, míster.