Rubi tendrá que meter la tijera en el Almería

UD ALMERÍA

El club tiene en nómina a una cuarentena de futbolistas con opciones de jugar en el primer equipo, al menos 25 con ficha profesional

Difícilmente podrán llegar refuerzos si antes no se producen varias salidas

¿Cuál será el futuro de los diez cedidos del Almería?

Rubi da instrucciones a Robertone en su anterior etapa en el banquillo indálico
Rubi da instrucciones a Robertone en su anterior etapa en el banquillo indálico / Borja Sánchez-Trillo / EFE

Almería/En las dilatadas negociaciones para lograr su retorno, Joan Francesc Ferrer Sicilia 'Rubi' le transmitió a la directiva de la UD Almería su seguridad en contar con una buena columna vertebral en el actual equipo y su convencimiento pleno en sacarle mayor rendimiento deportivo a una plantilla que no dio la medida de sus posibilidades en Primera División. El primer reto del técnico catalán, por tanto, será hacer funcionar en Segunda lo que no sirvió para la máxima categoría.

El principal problema que se encontrará el de Vilassar de Mar cuando arranquen los entrenamientos de pretemporada será, un verano más, una estructura sobredimensionada. Y es que entre futbolistas con contrato profesional en vigor, los que retornan de cesión, aquellos que pertenecen al filial pero están en dinámica de primer equipo y quienes podrían subir directamente desde el B debido a las buenas prestaciones ofrecidas este curso a las órdenes de Alberto Lasarte, el plantel indálico cuenta con cerca de cuarenta efectivos.

Si quieren llegar los pretendidos refuerzos para demarcaciones concretas no habrá más remedio que aplicar la tijera. Traducido, difícilmente podrán aterrizar fichajes si antes no se producen varias ventas y se recoloca vía préstamo a una buena cantidad de efectivos. La dirección deportiva tendrá que aplicarse el cuento y ponerse manos a la obra para separar el grano de la paja.

Un sencillo recuento de jugadores apunta que a dos semanas de la apertura oficial del mercado de fichajes la UDA cuenta en sus filas con tres porteros (Fernando, Mariño y Maximiano), tres laterales diestros (Pozo, Mendes y Pubill), tres laterales zurdos (Centelles, Langa y Solá), cinco centrales (Édgar, Chumi, Kaiky, Montes y Radovanovic), ocho centrocampistas (Lopy, Baba, Robertone, Melero, Viera, Puigmal, Gui, y Svidersky), siete extremos (Baptistao, Arribas, Marciano, Ramazani, Embarba, Appiah y Rojas) y tres delanteros centros (Suárez, Koné y Marezi).

Entre esos 32 efectivos hay nueve que vuelven de cesión, casos de Mendes, Kaiky, Solá, Gui, Sividersky, Puigmal, Marciano, Appiah o Rojas. La solución para la mayoría será buscar un nuevo préstamo, sin descartar rescisiones en algún caso concreto. De ese total también hay al menos cuatro con dorsal del filial pero dinámica del primer equipo (Marezi, Marciano, Svidersky y Gui) y muy probablemente se sumen desde el filial como premio a su gran labor y para que Rubi pueda comprobar su evolución jugadores como Iribarne, Sanz, Aarón, Peña o Rachad, elevando la cifra a 37, sin olvidar que otros como Lázaro Vinicius están fuera pero siguen perteneciendo a la UDA.

El mayor inconveniente es que salvo Mariño, único que cumple contrato el próximo 30 de junio sin que el club se haya pronunciado aún acerca de si será o no cortado, casi todos tienen firmados vínculos de larga duración, expirando sus contratos en el horizonte de 2027, 2028 o 2029. Al margen del citado Mariño, los siguientes en acabar su relación serían Fernando, Radovanovic, Chumi, Viera y Ramazani (los cinco en 2025), mientras que en 2026 concluirían Centelles, Melero, Puigmal, Baptistao y Embarba.

Sabido es que esta UDA se considera un club vendedor y siempre que llegue una buena oferta cualquier jugador es susceptible de que pueda hacer las maletas, pero hasta la fecha el cartel de transferibles, con la idea de hacer caja para compensar la gran inversión del verano pasado y cuadrar el límite salarial, lo tienen puesto jugadores como Maximiano, Pubill, Montes, Lopy, Baba o Ramazani. Por Robertone, Arribas y Suárez el club está dispuesto a hacer un esfuerzo para retenerlos y que sean diferenciales en la categoría de plata. Al final Rubi, que ganó peso específico en la toma de decisiones deportivas antes de firmar para las tres próximas campañas, tendrá la última palabra.

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