Rubi recupera para la causa a Gonzalo Melero en un nuevo rol para el mediocentro

En las primeras semanas de competición, Joan Francesc Ferrer Sicilia ‘Rubi’ trató de mantener su esquema con un pivote y dos interiores, misma fórmula con la que el Almería logró el ascenso a Primera División tres temporadas atrás. César de la Hoz, como mediocentro defensivo, estaba escoltado por Samú Costa y Lucas Robertone por delante. En el presente curso, la apuesta fue adelantar la posición de Édgar González para situarlo como ancla con Gonzalo Melero y Lucas Robertone de interiores.

El desequilibrio provocado por el nivel colectivo obligó a Rubi a tomar decisiones, con Robertone camino al quirófano para acabar con sus problemas con el hombro izquierdo. Con el argentino en el dique seco, Édgar pasó al centro de la zaga y Melero comenzó a bajar escalones en el orden de prioridades del técnico de Vilassar de Mar.

Las lesiones, una condena para la UDA

Iddrisu Baba y Dion Lopy se convirtieron en los dos protagonistas en una sala de máquinas que contaba con un doble pivote mucho más físico y recorrido en el actual 4-4-2, sistema que se mantiene con el paso de las jornadas y las victorias para los rojiblancos. Sin embargo, los problemas comenzaron a llegar en forma de lesiones para los unionistas.

El mediocentro ghanés se lesionó para el resto de la temporada tras un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla en el duelo ante el Córdoba. Con el paso de los días, se acabó confirmando también la rotura parcial del ligamento cruzado anterior. El portugués Gui Guedes fue el elegido por Rubi para sustituir a Baba, con Gonzalo Melero apartado por unas molestias musculares, su talón de Aquiles en los últimos meses.

En La Rosaleda, el joven mediocentro, en su mejor momento en su etapa como rojiblanco, sufrió la fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo. Guedes abandonó el terreno de juego y Melero, tras ser el protagonista en la remontada ante el Granada, con el segundo y fundamental tanto, dejó una buena actuación en el feudo malacitano.

En un nuevo rol, más lejos del área rival en el doble pivote y con una alta exigencia física, el madrileño está respondiendo junto con Dion Lopy. El primer síntoma positivo de la recuperación de un futbolista de un gran valor es precisamente la capacidad de trabajo que está demostrando en la base de la jugada para ayudar en faceta defensiva y ser una pieza clave en la salida de balón.

Todavía lejos de su mejor versión, Gonzalo Melero siempre se ha caracterizado por necesitar continuidad para mejorar con el paso de las jornadas. Rubi, que logró sacar todo su potencial en la SD Huesca y en su primera etapa al frente del Almería, sigue confiando en las virtudes de un futbolista que puede ser diferencial en Segunda División. Este curso, ya suma casi las mismas titularidades (ocho) que la anterior campaña (diez) y ha participado en tres goles, mejores números que los totales de la 2023/24. A la espera del mercado invernal y la recuperación de futbolistas en la medular, el centrocampista será siendo de la partida inicial en las próximas jornadas.