Rubi nunca perdió con el dibujo de doble lateral que apenas emplea
UD ALMERÍA | Análisis
En siete partidos saliendo con Langa y Centelles o Pubill y Pozo se lograron cuatro victorias y tres empates
El inexplicable ostracismo del carrilero diestro sevillano ha impedido más formaciones con ese esquema, normalmente un 1-4-4-2
Robertone: "La chispa de la afición tenemos que encenderla nosotros"

Almería/Del estudio de las alineaciones dispuestas por Rubi en las 36 jornadas disputadas emerge un patrón bastante contundente: el equipo nunca ha perdido en las pocas ocasiones que el 'arquitecto de Vilassar' ha decidido 'traicionar' sus postulados ofensivos y disponer un once más conservador recurriendo a la denominada figura del 'doble lateral', bien sea para reforzar el carril zurdo con Bruno Langa y Álex Centelles o bien para hacer lo propio en el diestro con Marc Pubill y Alejandro Pozo, normalmente bajo una disposición táctica en forma de 1-4-4-2. Únicamente en siete partidos ha empleado dicho dibujo y nunca perdió, siendo el balance positivo con cuatro victorias y tres empates.
No empezó a utilizarlo hasta la jornada decimocuarta, con motivo de la visita al Martínez Valero de Elche. Entonces pertrechó el costado izquierdo con Langa y Centelles, con el resultado final de 1-2 en uno de los feudos más complicados de la categoría, ante el que actualmente figura como líder. Y eso que el duelo arrancó con gol tempranero de los locales, pero Lopy antes del descanso y Luis Suárez en la segunda mitad (ya sin Centelles, sustituido en el intermedio) certificaban la remontada. El centrocampista senegalés formó el doble pivote con el ghanés Iddrisu Baba. Repitió la misma fórmula en la jornada decimoséptima, esta vez en casa ante el Granada con Gui-Lopy en la sala de máqunas. De nuevo el equipo arrancó por debajo con tanto de Uzuni en el 46', dándole la vuelta al marcador en el segundo periodo con goles de Suárez y Melero.
Hubo que esperar a la visita al Racing de Ferrol en la vigésima fecha para volver a desplegar ese esquema, con la novedad de que esta vez fueron Marc Pubill y Alejandro Pozo quienes doblaron el costado diestro, con la dupla Lopy-Melero en la zona ancha, todo para un contundente resultado favorable de 1-4. Los mismos protagonistas en el carril diestro jugaron en la jornada 22ª en Córdoba, último partido ganado a domicilio por el equipo, con Pubill y Pozo en la banda derecha y Quintanilla acompañando esta vez en la media a Melero para otro contundente resultado favorable (0-3).
Viendo la buena respuesta del equipo repitió a la jornada siguiente en el Juegos Mediterráneos ante el Huesca, de nuevo con Pubill y Pozo de salida por la derecha y Lopy-Melero en el centro del campo, si bien ese día hubo atasco y no se pasó del 0-0. Con motivo de la visita al Sporting de Gijón (1-1) en la jornada 28ª optó por Langa y Centelles en el carril zurdo, con la variante táctica (1-4-3-3 esa vez) del trivote en la medular con Kaiky, Lopy y Robertone. La última vez que empleó la solución del doble lateral fue en la siguiente salida a Málaga de la jornada 29ª. En La Rosaleda jugaron de inicio Pubill y Pozo, con resultado final de 1-1 sobre la bocina.
Los números indican que bajo esta solución táctica introducida por Rubi en siete encuentros nunca se perdió, entonces ¿por qué el entrenador catalán se obceca en dibujos más atrevidos que desequilibran al equipo? La única explicación posible radica en la escuela de fútbol donde se crió, ya que mamó bastantes años de las canteras de RCD Espanyol y FC Barcelona, quedando especialmente marcado en su paso por la entidad blaugrana dentro del equipo del tristemente fallecido Tito Vilanova. Muchos son los que piensan que está tirando piedras contra su tejado o dándose un tiro en el pie y las cifras realmente así lo certifican.
Su esquema fetiche hasta la fecha ha sido el 1-4-2-3-1, que ha empleado en 19 jornadas, con un saldo de 9 victorias, 5 empates y 5 derrotas. En ese dibujo lo más común ha sido salir con futbolistas de marcada vertiente ofensiva y poco esfuerzo defensivo como Nico Melamed, Sergio Arribas, Leo Baptistao y Luis Suárez. El resultado normalmente fue un equipo partido en dos que facilita mucho las cosas al contrario a poco que logre achicar espacios y buscar las transiciones rápidas o el fallo rival. Con el 1-4-3-3, utilizado en 11 duelos, las cosas tampoco han marchado mucho mejor, lográndose 2 triunfos, 4 igualadas (una de ellas recurriendo al doble lateral) y 5 derrotas.
La conclusión clara es que con seis jornadas todavía por delante para intentar entrar en la promoción de ascenso, Rubi debería contemplar la opción de retomar la figura del doble lateral, que es la que dota al equipo de mayor equilibrio entre líneas y con la que todavía no ha perdido este curso. Para ello tendría que sacar del ostracismo a Alejandro Pozo, que inexplicablemente no juega desde el pasado 21 de marzo en Burgos, donde saltó a falta de 25 minutos para el final coincidiendo con la remontada local. La afición tampoco acaba de comprender que confíe ciegamente en Luis Maximiano bajo palos sin darle otra oportunidad a Fernando Martínez, con el que el equipo no ha perdido en las ocho jornadas que el arquero murciano defendió la meta, o que no le dé más minutos a Gui Guedes en el pivote ahora que el luso está recuperado de su lesión. Probablemente la baja por sanción de Lopy le abra las puertas de la titularidad el próximo lunes ante el Racing de Ferrol. Dudas razonables y posibles soluciones que Rubi debería apuntarse en la libreta e intentar implementar.
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