Rubi esboza la nueva columna vertebral del Almería

Almería/Ha costado diez jornadas, un cuarto de la competición, pero en La Romareda pudo vislumbrarse la nueva columna vertebral que con mucho esfuerzo está construyendo Rubi en el actual Almería, ese equipo reconocible con el que pueda identificarse una afición indálica necesitada de alegrías tras una campaña para olvidar que costó un descenso. El técnico catalán tal vez no hiciera el mejor diagnóstico de la situación cuando retomó las riendas del equipo el pasado verano, creyendo entonces que muchos de quienes fueron sus súbditos en la anterior etapa le responderían desde el principio. Se equivocó, lo ha asumido y está procurando ponerle remedio.

Iddrisu Baba tal vez sea la figura que simbolice mejor los pasos en falso dados inicialmente por el de Vilassar de Mar y también el atisbo de renacimiento mostrado por el equipo, principalmente en los duelos ante Burgos y Zaragoza. El mediocentro africano no entró en los planes iniciales dentro del esquema diseñado por el cuerpo técnico rojiblanco, pero los reveses obligaron a darle una oportunidad como titular que está sabiendo aprovechar. Un internacional ghanés con su experiencia en la máxima categoría debía dar el nivel en Segunda y Baba ofreció una máster class en tierras mañas de trabajo de contención en la medular. Formó el doble pivote con Gonzalo Melero y se ocupó de hacer todo el trabajo sucio para que el madrileño pudiera tener mayor libertad para enlazar con el ataque, sin olvidar que suyo fue el robo de balón que originaba el posterior pase en profundidad de Melamed para Luis Suárez del 1-2 final.

El buen rendimiento de Baba lo está convirtiendo en uno de los pilares sobre los que Rubi está asentando a ese nuevo Almería que intenta resurgir de sus cenizas. El de Acra vendría a desempeñar las funciones que tan bien ejecutó César de la Hoz la temporada del ascenso, ese hombre capaz de equilibrar con su presencia un colectivo que tiende con demasiada facilidad a partirse en dos. El otro puntal indiscutible del equipo es Luis Suárez. El colombiano arrancó el curso dubitativo, pero en las últimas jornadas ha destapado el tarro de las esencias y parece decidido a demostrar que es el '9' más diferencial de la categoría de plata. Con siete dianas convertidas ya comanda la clasificación de máximos goleadores de la división de plata y atraviesa por su mejor momento de forma desde que viste la rojiblanca, olvidada la lesión que frenó su progresión en Primera justo el día que materializaba un 'hat-trick' ante el Granada.

Para construir un equipo ganador hace falta al menos un jugador destacado por línea y la ausencia de Luis Maximiano en Zaragoza debido a una inesperada lesión ha facilitado que Fernando irrumpa con fuerza para discutirle la titularidad al meta luso. En La Romareda no es que tuviera un trabajo excesivo porque por una vez el Almería supo neutralizar la intensidad del rival y sus acometidas sobre el área, pero hizo una parada providencial en el tiempo de descuento que salvaba 2 puntos y aportó la veteranía necesaria parando el partido con una amarilla para frenar el ritmo de juego que intentaba imponer el conjunto local en busca de la remontada. Son detalles que suman y Rubi acabó encantado, recordando que bajo sus órdenes ya fue Zamora de la categoría.

Ahora solo falta por encontrar un efectivo en la zaga que dé el paso al frente necesario para liderarla. La voz cantante en la retaguardia suele llevarla un central con jerarquía y dotes de mando del que lamentablemente carece este grupo. Ese rol podría desempeñarlo el serbio Aleksandar Radovanovic, pero no acaba de dar un golpe sobre la mesa. En Zaragoza el punto débil volvió a ser el centro de la defensa. Édgar salió en la foto del 1-1 de Iván Azón, que remató libre de marca en el segundo palo, y Chumi fue retratado por Liso, que le hizo un traje en una acción en banda que mostró la falta de contundencia del central gallego. En la dirección deportiva asumen ya que el problema solo podrá solventarse acudiendo al mercado en enero.

Por fortuna otros efectivos de la parcela defensiva como Alejandro Pozo o Bruno Langa sí están respondiendo a la exigencia de un conjunto que se marcó como meta el ascenso a la espera de que otros como Marc Pubill recuperen el ritmo competitivo adecuado tras salir de una lesión que frenó su progresión. En su caso cabe recordar que había entrado en el once con el hándicap de no haber podido realizar la pretemporada por la disputa de los Juegos Olímpicos de París, sin olvidar su traspaso frustrado a la Atalanta italiana. En definitiva, a la zaga le falta un líder, papel que en el ascenso cumplió a la perfección el brasileño Rodrigo Ely, firmado en la ventana invernal.

Ahora falta que el equipo no vuelva a ofrecer la de arena este jueves (19:00) en casa ante el Albacete. Rubi se precipitó en rebajar el suflé de la victoria a domicilio recordando que estaba olvidada porque han mostrado con mucha frecuencia dos caras diametralmente opuestas y todavía no son 100% fiables. La eficacia ofensiva, que ha introducido en sus mecanismos un sistema letal de transiciones con Arribas y Melamed desequilibrando desde los costados, sigue contrastando con las facilidades defensivas. Reducir la brecha entre ser la segunda escuadra más goleadora con 16 tantos materializados pero también la más goleada (19 encajados) es la tarea en la que se desvive el cuerpo técnico. Pero ya hay una buena noticia a la que aferrarse, la columna vertebral del equipo empieza a reconocerse.