UD ALMERÍA | LA PREVIA
El desembarco a Cartagena, el nuevo reto de un Almería en estado de gracia
UD ALMERÍA | CONTRACRÓNICA
Almería/¡Pasajeros, al tren! Por Almería pasó este viernes la última oportunidad para reengancharse a la pelea por la permanencia. Una semana en la que la polémica arbitral despertó la esperanza auspiciada por la actuación de Hernández Hernández con el beneplácito de Hernández Maeso. La cita contra el Alavés se convertía en la bala que le quedaba en la recámara a un equipo presumiblemente dolorido por lo ocurrido el pasado domingo.
El público respondió con honores llenando las gradas de un estadio que no ha visto ganar a su equipo desde mayo. Un aforo completo que sigue demostrando que los seguidores son los únicos que se corresponden con la categoría en la que juega su equipo. Porque en el campo la réplica del Almería fue volver a las andadas de arrastrar el escudo sobre el verde de los Juegos Mediterráneos.
La cruda realidad volvió a asomar por la puerta del tanatorio futbolístico en el que se encuentra un equipo autodestruido. La jugada del primer gol refleja esta situación. Una acción propia del minuto noventa que ocurre en los primeros compases de juego. Un desorden táctico con el conjunto indálico volcado en ataque para facilitar que en tres pases que los vitorianos se plantasen en área rival.
La valentía de los protagonistas para exhibirse en grandes escenarios desaparece cuando rivales de tu misma liga se cruzan por tu camino, en la demostración de que la mayor cantidad de cámaras es lo único importante para estos futbolistas. Ellos han acabado de poner la puntilla a una temporada que arrancó con el pie izquierdo con la llegada de Vicente Moreno y que Gaizka Garitano no ha sabido reconducir con trece encuentros en los que tampoco ha logrado la victoria.
Unai Emery, el mejor entrenador de la historia rojiblanca, siempre comentaba en su etapa en Almería que un club se mantiene en pie con la consolidación de las célebres ‘cuatro patas’: jugadores, directivos, afición y medios de comunicación. En este encuentro, el graderío señaló por primera vez en toda la temporada, después de 22 jornadas, a los futbolistas y al palco. La demostración que el castillo de naipes ha caído de manera irremediable con una afición que ha dicho basta.
El duelo liguero también nos dejó el cuarto partido en casa consecutivo sin marcar. Desde noviembre, contra la Real Sociedad, los unionistas no ven portería. La ausencia del delantero acaba convirtiéndose en el atajo para explicar la falta de resolución en ataque, a pesar de que el técnico vasco aseguró que no iba a utilizar esa excusa en su paso por Almería. Las contracciones siguen completando el álbum de los horrores que se ha vuelto esta campaña.
Tras la exhibición de Samu Omorodion ante una defensa que ha encajado 49 goles en poco más de media vuelta, el encuentro continuó en la sala de prensa. Luis García Plaza abrió la veda confesando de manera deshonesta que hubiese fichado a Leo Baptistao como delantero para su equipo cuando ni el propio brasileño es nueve. Por no hablar del tétrico y atemporal comentario de los cincuenta millones de euros gastados en verano por la entidad almeriense.
Garitano sacó el orgullo que no habían mostrado sus jugadores en el terreno de juego para pedir respeto por los suyos. Sin embargo, ¿aquellos que han perdido todo pueden pedir algo de lo que carecen? Es una buena pregunta que no tendrá respuesta, como el interrogante de cuántas victorias ha sumado el Almería esta temporada.
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