El nuevo objetivo de la tercera plaza

UD ALMERÍA | EL ACTA DE VIVANCOS

Como la regularidad no es lo fuerte de esta UDA, igual las decisivas eliminatorias de la promoción de ascenso inyectan a este equipo la sangre que no tiene

El Almería, con la mente puesta en el duelo ante el Cartagena

Édgar conduce el balón en el partido de este sábado.
Édgar conduce el balón en el partido de este sábado. / UDA
Ramón Gómez-Vivancos García

06 de abril 2025 - 20:19

Este Almería no es de fiar. Sí, sería capaz de ganar a cualquier rival de la categoría, pero a su vez es vulnerable hasta límites insospechados. Incluso podría encadenar varias victorias consecutivas al amparo del calendario que le espera en las próximas jornadas, pero nunca se sabe cuándo llegaría el bajón que frenara las expectativas. O sí, porque dentro de un mismo choque, la UDA es capaz de someter a un buen rival como el Granada (irregular también) en su propio estadio durante buena parte del encuentro, o de dejar suelto en varias ocasiones al mejor jugador del oponente para que pueda echar por tierra lo logrado después de poder sobreponerse al típico gol inicial en contra.

Este es el Almería actual, que además compite con parsimonia durante demasiados minutos y que no desactiva las virtudes del rival, la cualidad más decisiva en la categoría de plata. Vamos, como si se quisiera jugar como el Barça de Cruyff, a ver quién logra más tantos sin importar los encajados. En realidad, Rubi suspira por esa filosofía y sueña, como él mismo comentó, en aplicarla para esta UDA, pero ese anhelo se topa con la cruda realidad. De hecho, el conjunto rojiblanco posee guarismos de descenso si hablamos de los tantos en contra. Tan sólo el Córdoba y el Castellón, de los que están fuera del descenso, han encajado algún gol más que los rojiblancos.

Lucas Robertone, en el encuentro ante el Granada.
Lucas Robertone, en el encuentro ante el Granada. / UDA

Ver cómo Gonzalo Villar hace un eslalon sin oposición hacía el área contraria cuando mejor estaba jugando el Almería, descorazona a cualquiera. Cierto es que luego hay que disparar de la manera que lo hizo Villar, pero el caso es darle la oportunidad a tu rival justo después de haber dispuesto de varias ocasiones en una segunda mitad que parecía inclinarse del lado rojiblanco almeriense. Esa falta de equilibrio salta a la vista, quizá la que le dio en su día Baba secundado por Gui y por Lopy, que así se sentía más arropado y podía desplegar con más facilidad su fútbol.

Por cierto, Baba no está, pero ya lleva semanas entrenando Gui, pieza clave durante las mejores jornadas de la UDA. ¿Habrá que sacarlo cuando caigan lesionados Robertone y Melero como ya aconteció en la primera vuelta? Entre el fútbol abierto y optimista de Rubi y el desperdicio que supuso el mercado de invierno a sabiendas de la falta de un delantero más (Melamed se fabrica jugadas, pero sin acierto alguno) y de un centrocampista recuperador ante las lesiones de Baba y Gui (la apuesta por Selvi es de futuro, no de presente), se encuentra ahora la UDA en una situación delicada que sólo el calendario próximo le puede aliviar.

Lo coherente es el playoff

El ascenso directo ya queda extremadamente lejos, sólo una machada de casi un pleno de puntos de aquí al final (quizá con un solo empate de por medio) aseguraría ese ascenso por la vía rápida con el que todavía sueña Rubi. Lo más coherente pasaría por intentar alcanzar la plaza de playoff más alta posible, ya que se está a seis puntos del Real Racing teniendo que visitar los cántabros el UD Almería Stadium.

Hablamos de un objetivo complicado, pero más o menos real. Una vez en el playoff casi todo parte de cero (excepto esa mejor posición en la tabla) y ya se estaría a la expectativa de llegar en óptimas condiciones al mes de junio. Como la regularidad no es lo fuerte de esta UDA, al igual las decisivas eliminatorias de la promoción de ascenso inyectan a este equipo la sangre que no tiene.

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