Antonio Lao
Día de la Provincia, algo más que medallas
UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos
Almería/El bucle en el que ha entrado la UDA es realmente peligroso, aparte de su posición en la tabla. El equipo compite en los últimos choques y tiene opciones hasta el final, pero apenas ha logrado un par de puntos en la era Garitano. Gravísimas lagunas en varios aspectos del juego están aniquilando cualquier atisbo de mejora en la clasificación, pese al referido progreso desde que se tocara fondo ante el Sevilla primero (destitución de Vicente Moreno) y Athletic después (fin de la interinidad de Alberto Lasarte).
Para empezar algo muy claro salta a la vista, la falta de contundencia defensiva, no sólo en las áreas, sino a lo largo de todo el campo, al defender con la vista en demasiadas ocasiones. Lo del balón parado es punto y aparte. Esa carencia es tan acusada que cuesta pensar en cualquier conjunto de inferior categoría, incluso más allá de la Segunda División, que conceda tantas facilidades.
En el fondo todo tiene un origen, quizá cuando se soñó desde hace varias temporadas en una idea de fútbol preciosista, en vez de haber forjado unas bases más sólidas y realistas con un tipo de jugador más rudo y un esquema más defensivo, aderezado con gotas de auténtica calidad. Ya se padeció de lo lindo durante la pasada campaña, y en la presente ahí está el resultado. De hecho, llevamos sufriendo los aficionados a un Almería débil en defensa demasiadas temporadas.
Claro, en Primera es donde más sobresalen para mal esos aspectos tan negativos o ese modelo antagónico a lo que nos puede ofrecer un equipo dirigido e ideado por Bordalás, por poner un ejemplo. Por cierto, desde mi parecer es el propio Bordalás por quien se debió haber apostado hace tiempo, porque el espectáculo es ganar, de la manera que sea. A buen seguro que el técnico alicantino habría orientado a la directiva almeriense de otra forma.
Pero volvamos a la realidad actual, al Almería que tenemos, el que empieza a hacer cosas interesantes que, a la postre, no valen para nada por esos errores tan groseros a la hora de defender el balón parado y sobre todo cuando no se termina de presionar como si cada segundo fuera el último del partido.
La salvación, a expensas de lo que hagan este jueves el Cádiz y el Mallorca, continúa en el límite de lo posible, aunque la UDA lo convierta en imposible con su ineptitud. A un servidor le quedó un amargo regusto sabiendo que en otras circunstancias, las de un conjunto mediano de la clasificación, se hubiera podido puntuar por primera vez en la historia del fútbol almeriense en el estadio de uno de los dos grandes del fútbol español, porque el Barcelona de hoy está para eso.
Sí, se dio la cara, pero gracias a Maximiano, que en las últimas jornadas está de dulce, se pudo llegar al final con un marcador apretado. Que nadie se lleve a engaño, ni siquiera Garitano. Con la esperanza de que la puntuación para poder lograr la salvación en la presente campaña no pase de los 33 o 34 puntos (de momento eso parece), de que en Pamplona sí que se pueda por fin lograr algo positivo para cerrar una lamentable primera vuelta y que los refuerzos que se adquieran en el mercado de invierno sean realmente importantes (al menos dos centrales, un medio, un extremo y un delantero que acompañe a Suárez), despedimos el presente año.
El próximo debería venir con la consolidación del proyecto de Turki en forma de ciudad deportiva, esté el equipo en Primera o en Segunda. El Villarreal descendió en su momento y esa circunstancia no varió la hoja de ruta de su plan, que tras numerosas temporadas ha consolidado un modelo de club, espejo para la UDA, siendo ya un clásico de la Primea División.
Aun con todo, mientras hay vida, hay esperanza. Feliz Navidad y próspero año nuevo para los intereses de la UDA, que son los de la masa social rojiblanca y, por ende, los de Almería y provincia.
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