Luis Suárez silencia La Romareda (1-2)

Almería/El Almería siempre ha tenido grandes '9' y esta temporada no iba a ser menos. Si Darwin y Sadiq hicieron soñar a los seguidores indálicos ahora Luis Suárez parece dispuesto a emularlos. El delantero sudamericano ha cogido velocidad de crucero y en Zaragoza firmaba un doblete que enmudeció el estadio que un día lo vio emerger como goleador y sirve para matar varios pájaros de un tiro: en lo personal él se coloca como nuevo Pichichi en solitario de la categoría y en lo colectivo se logra la segunda victoria a domicilio y el equipo sale del descenso en el sexto partido consecutivo que anota al menos dos tantos, algo digno de encomio. Eso, unido a la irrupción de Fernando y un necesario chute de moral que servirá para afianzar el trabajo que el cuerpo técnico viene desarrollando a lo largo de estas semanas.

En Zaragoza, no obstante, volvieron a aflorar los defectos y virtudes de este Almería. Las cosas parecían empezar torcidas en La Romareda con una prematura cartulina amarilla a Édgar (elegido por Rubi para suplir al sancionado Radovanovic) en el primer minuto de juego, pero Luis Suárez, quién si no, supo enderezarlas en su primera aparición por el área maña, esa misma en la que se dio a conocer como gran goleador en las filas zaragocistas. El colombiano sigue 'on fire' y provocaba un penalti de Keidi Bare, trabándolo cuando intentaba buscar el remate a puerta. Muresan Muresean decretó pena máxima y el propio Suárez ejecutaba un lanzamiento pegado al poste que el meta francés Poussin llegaba a adivinar y tocar, pero no lo suficiente como para desviar la trayectoria del balón. 0-1 a los ocho minutos de juego, sexto tanto para el ariete de Santa Marta, que no quiso celebrarlo por respeto a su antigua afición, y al Almería se le ponían las cosas de cara a domicilio.

La pregunta para el aficionado rojiblanco pasaba por saber cuánto iba a durar la resistencia visitante con el marcador a favor ante un Zaragoza muy intenso desde la salida al campo que ya había forzado una nueva tarjeta amarilla en la línea de contención indálica, en esta ocasión vista por Baba. La respuesta, en forma de tanto del empate local, tampoco iba a hacerse esperar mucho. A los doce minutos de juego Toni Moya forzaba un saque de esquina que él mismo iba a encargarse de lanzar al segundo palo. Víctor Fernández mostró tener bien estudiada la debilidad almeriense a balón parado porque el esférico buscó la penetración de Iván Azón al segundo palo y desde allí, ante las narices de Baba y Édgar, espectadores privilegiados que ni tan siquiera hicieron pantalla, marcaba de cabeza el gol de la igualada.

En esos instantes de ímpetu zaragocista se temió que el Almería pudiera descomponerse, pero esta vez los de Rubi aguantaron el envite y no solo eso, sino que rozaron el 1-2. Primero fue en un buen golpeo de Melamed buscando la escuadra que requería una gran estirada por parte de Poussin, cuyo rechace remachó de cabeza Baptistao obligando a una nueva intervención del guardameta. Acto seguido una gran presión de Suárez sobre la salida de balón local provocaba que el central rifase el esférico, que caía a los pies de Melero, pero el madrileño, excesivamente lento, malograba una oportunidad de oro. El brasileño iba a conseguir batir el arco del portero galo antes del descanso con un disparo desde fuera del área ajustado al poste, pero venía de posición ilegal y terminaba anulado por claro fuera de juego.

De un gol anulado al final del primer tiempo el Almería pasó a un penalti también anulado al inicio de la segunda parte. Esta vez en una acción protagonizada por Sergio Arribas, derribado por Poussin en el área habiendo partido también en posición ilegal. Los rojiblancos buscaban sin disimulo el tanto que volviera a adelantarlos en el marcador y el extremo madrileño lo acarició en una gran acción personal nacida en un eslalom por la banda diestra en el que sorteó con clase a tres contrarios para acabar golpeando de zurda al palo largo, marchándose la bola muy cerca de la jaula.

El Almería se estaba gustando e iba a lograr el premio a su insistencia. Melamed se inventó un pase en profundidad entre los centrales zaragocistas desde la línea de medios, Suárez puso el pico de velocidad necesario para dejar a ambos atrás, quebró al portero en su salida y picó el esférico para que rebasara la línea ante la impotencia de los defensores para rebañarlo. El colombiano silenciaba La Romareda y se encaramaba en ese instante al liderazgo del Pichichi en Segunda. Logrado el 1-2 tocaba contemporizar y Rubi optó por realizar un doble cambio conservador, dando entrada a Pubill y Lopy por Arribas y un agotado Baptistao. A los pocos minutos Centelles hacía lo propio con Baba, que se multiplicó para contener en la zona ancha y que Melero gozase de mayor libertad para conectar con la ofensiva.

De ahí hasta el final fue un ejercicio de resistencia visitante bien orquestado desde el arco por Fernando. La veteranía del murciano salió a relucir en la recta final del partido poniendo anestesia al ritmo y forzando incluso una cartulina para que el cronómetro siguiera avanzando. Estos detalles deben contar, y mucho, cuando Rubi tenga que decidir si mantenerlo o no una vez Maximiano esté recuperado. Máxime cuando en el tiempo de prolongación sacaba una pierna salvadora para abortar el tanto del empate de Clemente en una acción embarullada en el área generada por otra defectuosa defensa de un córner. 12 puntos en el casillero y el play-off de ascenso se acerca a solo cuatro, aunque el descenso sigue a solo dos, cosas de la liga hipertensiones.