La guinda no vestía de rojo y blanco
UD Almería | El Acta de Vivancos
El inesperado objetivo se aleja y puede que en pocas jornadas se piense en la próxima campaña
Que sepa Alfonso García que la lotería no toca dos veces seguidas, huele a remodelación obligada
Almería/No quisiera repetir conceptos esgrimidos en anteriores escritos, pero voy a tener que referirme a ellos, una vez vista la nueva demostración de fuerza, tesón y entereza de unos jugadores que no dan más porque no pueden. Es casi imposible afrontar un choque con mejor disposición; el bloque de jugadores capitaneados por Fran Fernández lo puso todo, colocación, anticipación, orden...podría seguir pero en realidad iría desgranando el decálogo de virtudes con las que este conjunto ha llegado a tocar a la puerta de las eliminatorias de ascenso.
A más de un jugador rojiblanco, sumergido hasta hace unos meses en las catacumbas del fútbol español, le hubiera resultado una broma de mal gusto si en la primavera de 2018 alguien le hubiese predicho el objetivo que en la actualidad todavía se persigue. Digo todavía porque existen las matemáticas, pero el obstáculo no se encuentra en el acierto de los contrarios, sino en el límite de una plantilla diseñada para sufrir por la permanencia.
Nadie debe olvidar para qué y con qué se construyó este proyecto. Hechos como el de Álvaro Giménez, que acumula en esta campaña más tantos que en sus tres temporadas anteriores en Segunda o como el de Juan Carlos Real, que está completando su mejor año como profesional en LFP, amén del rendimiento de los que llegaron sin lucimiento previo de Segunda B o Tercera, hacen pensar que un “ser superior” les está aupando a la élite, porque solo un ingenuo puede pensar que alguien creyó en la exitosa evolución de todos ellos a la vez.
Vuelvo a incidir en el espectacular escaparate táctico que FF ha confeccionado a una plantilla que ha caído de pie, porque quien más y quien menos va a resolver su futuro futbolístico en los próximos meses. Veremos si este o aquel, sin la dinámica de este grupo, puede brillar en otros clubes, al contrario de lo que le ocurrió a un gran jugador como Montoro, que fracasó por estos lares.
Pero eso no importa ahora, y sí el presente rabioso de un conjunto que como manifestó Iriondo, técnico majariego, está muy bien trabajado. Si a eso le unimos el brutal estado físico que sigue conservando el plantel, quedaría el talento para poder poner la guinda a un partido tan intenso, la que hubiese colocado Varela si ayer el argentino hubiera vestido de rojiblanco. ¿Que el rival tuvo vías de entrada en la segunda mitad?, pues sí, pero por pedir más y más que no quede.
Todas estas reflexiones me llevan siempre a la misma conclusión: el nivel físico y táctico del cuerpo técnico está superando a una plantilla que, aun estado a un nivel máximo con respecto a su historial, está cumpliendo con creces. La mejor virtud de un entrenador subyace de un trabajo tan constante como brillante, con el objetivo primordial de engrandecer la virtud de cada jugador y de minimizar sus defectos.
Todo ello lo ha logrado FF con la necesaria cooperación y el compromiso de sus jugadores. El inesperado objetivo se aleja y puede que en pocas jornadas se comience a pensar en la próxima temporada. Que sepa Alfonso García que la lotería no suele tocar dos veces seguidas, porque huele a remodelación obligada.
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