Los guarismos, el algodón que no engaña
El acta de Vivancos
Quizá se disimuló en Tenerife el bajón de la última media hora con respecto al partido frente al Numancia, pero el problema sigue estando ahí.
Cercanos al ecuador de la presente campaña, las cifras no mienten. Esta plantilla, incluyendo su mezcolanza entre los teóricamente más modestos y los que procedían de clubes históricos, ha terminado por demostrar que está preparada para luchar por el ascenso. En esta jornada 18, a falta de la finalización del resto de encuentros, es la UDA el conjunto más goleador de la categoría, aspecto que entronca con la calidad. Además, ningún equipo ha perdido menos partidos que los rojiblancos y se ocupa puesto directo de ascenso. Ya sí se puede decir que hay mimbres para una cesta, sin contar con los refuerzos que llegarán en breve. Precisamente, a colación de dichos refuerzos, puede que más de uno esté poniendo toda la carne en el asador para demostrarle a su entrenador que es válido para este mega proyecto. Siempre creí en la sana competencia individual, como fuerza motriz del progreso.
El punto negro de todo lo expuesto sigue siendo la manida condición física. Quizá se disimuló en Tenerife el bajón de la última media hora con respecto al partido frente al Numancia, pero el problema sigue estando ahí. Seguro que Guti y sus preparadores estarán buscando la solución que revierta una situación que no debería extenderse muchas más jornadas. Cuando lo logren, me reafirmo en la creencia de que este equipo sería el favorito para lograr una de las dos plazas de ascenso directo. Puede que la forma de juego del Tenerife ensalzara las virtudes de jugadores como Lazo, que se siente más cómodo en un partido loco que en otro más estático. Y puede que los espacios para crear fueran mayores que de costumbre, situación en la que los rojiblancos se mueven como pez en al agua, pero la confianza de las victorias vale más que mil psicólogos juntos.
Y no me parece mal la llegada del nuevo psicólogo, pero crecer al amparo de los triunfos vale su peso en oro. No conviene olvidar que se sufrió, pero quien no lo haga en esta categoría es de otro planeta. Fernando sigue afianzándose en la portería. Amén del despiste en una de las salidas de balón, su actuación volvió a ser implacable, rozando lo imposible al tocar el imparable testarazo que acabó en el fondo de las mallas y que puso fin a su imbatibilidad. No le secundó ni Owona, nervioso toda la tarde noche, ni Maras, que sin hacer un mal partido no se ha recuperado del golpe que le supuso perder la titularidad. Por el contrario, Juan Muñoz sigue convenciendo a base de madurez. El sevillano sabe a lo que juega y se está convirtiendo en un interesante media punta. Lazo crece con el paso de las jornadas, en Getafe se estarán tirando de los pelos, y Darwin sigue dejando detalles de lo que puede llegar a ser. A su última jugada, mezcla de potencia y calidad, le faltó la guinda del gol.
A este conjunto se le ha criticado mucho en los dos últimos meses, ha pasado por diferentes vicisitudes, más malas que buenas, convocatorias internacionales, lesiones y está a un nivel físico bastante mejorable, pero siempre se ha movido en el podium de la categoría. Por algo será.
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