El ejemplo de Arnau

Almería/La mayoría de la actual plantilla de la UDA, que tan mal lo pasó, vuelve a disfrutar con el fútbol. Es una gran noticia, ante el temor de un bloqueo mental tras el tremendo fiasco de la pasada campaña, que podría haber derivado en un estado de impotencia a poco que las cosas se hubiesen vuelto a torcer en estas dos primeras jornadas. Ese fantasma de desgracias varias sobrevoló durante el descanso en Santander, con el riguroso penalti en contra y el error de Maximiano, pero estos jugadores han vuelto a creer en sí mismos, unido al nivel de ciertos conjuntos de Segunda, que también ayuda.

Y digo lo del nivel porque, sin restar mérito alguno a la mayor clarividencia de varios jugadores rojiblancos con respecto al año pasado, no es lo mismo enfrentarse al Tenerife o Racing que al Betis o Villarreal, por poner dos ejemplos de equipos de media tabla de la máxima categoría. De hecho, las pruebas de fuego para esta UDA vendrán más adelante, cuando haya que jugarse los puntos con los candidatos reales por el ascenso. Aun así, se vislumbran movimientos interesantes, tanto individuales como colectivos, a la hora de atacar. Sin embargo, en el balance defensivo continúan los problemas de antaño, de momento solventados por algunas paradas de Maximiano y la falta de puntería de los delanteros de Racing y Tenerife.

En el referido balance defensivo, sobre todo por parte del centro del campo, habrá que incidir para no echar por tierra la solvencia mostrada a la hora de la posesión del esférico y las transiciones ofensivas. Había un debate sobre lo que hacer con la plantilla que tan mal lo hizo hace unos meses, acerca de si era conveniente realizar una renovación profunda o si se le podía sacar partido al plantel en otra categoría con un técnico que no necesitara adaptación alguna. Se ha optado por la segunda solución, entre otras cosas porque tampoco es fácil deshacer los contratos en vigor así como así, pero parece que se está aprovechando una circunstancia, como la de unos jugadores que en su mayoría se conocen entre sí al jugar durante varias temporadas juntos, y eso a veces tiene más valor que una serie de grandes individualidades juntas.

Arnau recuperado para la causa

Todo ello unido al equilibrio que aporta Rubi, con sus defectos y sus virtudes, está manteniendo a flote a un plantel que por momentos parecía hundido e hipotecado con una serie de integrantes que cotizaban a la baja. Un ejemplo lo tenemos en Arnau, que parecía perdido para la causa por haber sido partícipe de la infausta primera vuelta de la pasada campaña y por haber estado durante la segunda parte del campeonato cedido en el Elche tras la decisión de Garitano. La confianza es clave para cualquier jugador y parece que Rubi está empezando a cumplir con la labor de un entrenador, que no es otra que la de extraer lo mejor de cada jugador y de ocultar sus puntos menos fuertes.

Arnau y otros compañeros demostraron ante el Tenerife que hay materia para soñar con estar arriba, siempre y cuando se vaya mejorando en el balance defensivo, que debe ser de todas las líneas, y en el retoque final de una plantilla que necesita refuerzos. Hablamos de un extremo, un delantero centro más que acompañe a Suárez (que no se marche, por Dios), y un central. Un extremo que supla la ausencia de Ramazani y que libere a Melamed (acertado fichaje) de estar pegado a la cal para pasar a jugar donde hace más daño, detrás del delantero centro. Otro ariete para suplir a Suárez o inclusive para poder jugar junto al colombiano. Y otro central que ejerza de jerarca en la zaga, aunque de podo serviría si el bloque del centro del campo defiende con la vista.

Y subrayo lo de la permanencia de Suárez por aquello de que el colombiano fue decisivo en Santander, pero también en Tenerife, provocando la expulsión de José León que a la postre también resultó definitivo para el devenir del resto del choque. Sin Suárez no se habrían logrado cuatro puntos hasta el momento y las virtudes de algunos de sus compañeros habrían quedado en nada. Eso sí, la pasividad mostrada en el Heliodoro Rodríguez López durante los últimos veinte minutos es inadmisible y entronca con esa falta de agresividad y mordiente que el conjunto de Rubi exhibe en demasía. Ojalá que todas esas deficiencias se tengan en cuenta, que las virtudes se sigan mostrando y que la plantilla se ajuste para hacer posible el sueño de retornar a Primera, sin por ello olvidar los errores cometidos en el pasado reciente para no volver a incurrir en ellos.