UD ALMERÍA | LA PREVIA
El desembarco a Cartagena, el nuevo reto de un Almería en estado de gracia
Real Sociedad B I UD Almería I La crónica
El vértigo siempre entra al final. No hace falta estar cerca del precipicio para sentirlo, también hace tambalearse al cuerpo cuando miras hacia arriba y pierdes el punto de referencia. Le ha pasado al Eibar, que parecía intratable las semanas posteriores a vencer en el Mediterráneo. El Almería quería evitar ese tembleque que produce el éxito, esa sensación de no llegar a la meta, pese a que está delante de tus narices.
El siguiente paso hacia el ascenso tocaba darlo en San Sebastián, en un estadio de Primera. Si el Almería vencía, el sábado podía desatarse la fiesta si Valladolid y Eibar cumplían los requisitos. Mejor no pensar en ello para no gafar más de lo estrictamente necesario la situación. Viernes, noche templada, ideal para que los aficionados rojiblancos se dieran una vuelta por la Playa de la Concha y el bello casco antiguo donostiarra, y si era con los tres puntos, mejor que mejor.
Los de Rubi metieron vigor de comienzo, había mucha intensidad sobre el césped y el Almería quería mandar. Samú y Appiah fueron los primeros en probar a un rival, que no se amedentraba, que presionaba arriba y demostraba su calidad en cada contra. Había espaldas a la defensa blanquiazul, Rubi pedía a Appiah que rompiera al espacio una y otra vez, ahí podía hacer daño.
La presión realista consiguió incomodar a los almerienses, desconectarlo en el centro del campo. Los de Xabi Alonso empezaron a crear peligro por la banda, sobre todo por la izquierda y el Almería tuvo que dar un paso atrás. Eran momentos del partido, fase complicada que había que cambiarla con un remate a la portería de Zubiaurre. Lo hizo Ely, no con un remate normal, sino con un cabezazo magistral que se fue a las mallas.
Appiah fuerza un córner, Robertone lo pone, Portillo recibe el rechace y se la devuelve al argentino, que con un guante de seda le pone un caramelo a Ely. El central se levanta imperial y pone el 0-1. Piña de jugadores y técnicos en el césped, alegría en la zona rojiblanca de la grada y gritos en las calles de la ciudad. Casi mil kilómetros de distancia y los cánticos de Almería se escuchaban en el Reale Arena y viceversa.
El equipo de Rubi había golpeado primero, pero éste no iba a noquear al Sanse. Los de Xabi Alonso reaccionaron de forma fenomenal, como en la primera vuelta, e iban a dar un buen susto. Alkain consiguió batir a Fernando en una buena contra, pero el línier levantó el banderín de forma acertada. El VAR confirmó que la defensa había dado el paso al frente en el momento adecuado. 0-1 al descanso, los 45 minutos más importantes de toda la temporada, por jugar.
Con doble cambio arrancaba la segunda parte, Carriço y Buñuel al campo. Rubi había percibido el peligro por la derecha y quiso parchear la zona. Normalmente el Almería vuelve de los vestuarios con una marcha más, pero en esta ocasión tenía claro que tocaba defender el botín con seguridad atrás y buenas contras. Como a un toro, los indálicos citaban al Sanse con la intención de encontrar el golpe definitivo.
Cualquier equipo normal lo consigue desde los once metros, el Almería no. Portillo iba a fallar una nueva pena máxima para los indálicos a los 56 minutos. Podía, debía, iba a ser la sentencia. Pero una pena máxima a favor es lo peor que pueden tener los de Rubi: fallo y vida para el rival. El Sanse se lo iba a creer, era su momento psicológico que esperaba porque creía que enfrente tenía a un rival de cabeza débil.
Pero al Almería le queda como un guante el traje de líder. Y el líder se repone a los varapalos mentales. No sólo eso, sino que asesta otro a cambio. Lo hizo Lazo, que se lo merecía, tras otra genial contra que se buscó Sadiq. Parecía que sí, que ahora sí. Sin embargo, quedaban veinte minutos en los que se iba a sufrir tanto como a disfrutar.
Por fortuna, gracias al magnífico trabajo de un equipo campeón, no se sufrió, sólo se disfrutó. En la grada del Reale Arena, en las terrazas de la capital, en miles de casas de Almería donde se escucharon incluso cohetes... Ya sí, sólo falta que Pitágoras diga que es oficial para que el fiestón por el ascenso se desate en la ciudad. Puede ser hoy mismo, puede ser el domingo, lo importante es que va a ser. El Almería va a ser de Primera, salvo catástrofe. Ni pensar en ella, en Almería va a ser de Primera.
Real B: Zubiaurre, Sola, Olasagasti (Lobete, 76'), Arambarri (Clemente, 46'), De Zárate, Alkain, Turrientes, Blasco (Aldasoro, 76'), Martín, Navarro y Magunazelaia (Karrikaburu, 65').
Almería: Fernando, Pozo (Curro, 78'), Akieme, Ely (Carriço, 46'), Babic, Samú, De la Hoz, Robertone, Portillo (Lazo, 65'), Appiah (Buñuel, 46') y Sadiq (Sousa, 87').
Árbitro: Caparrós Hernández, del comité valenciano. Estuvo auxiliado en las bandas por García Andreu (valenciano) y Garrido Concha (castellano-leonés). En el VAR estuvo Areces Franco, del comité asturiano. Amarillas: Ely, Arrambarri, Appiah, Zubiaurre, Lobete.
Goles: 0-1 (27’) Ely conecta un cabezazo impecable a centro de Robertone. 0-2 (67’) Lazo enchufa a puerta una gran contra conducida entre Sadiq y el propio jugador gaditano.
Incidencias: Partido de la cuadrigésima jornada del Campeonato Nacional de la Liga SmartBank disputado en el Reale Arena. Más de 8.000 aficionados, hubo una nutrida presencia de aficionados del Almería en las gradas.
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