El Almería se gana una ovación (3-1)

Como a todo el mundo, a Rubi le gustó lo visto y lo analizado en vídeo de Alcorcón y decidió repetir once frente al Tenerife. Poco iba a tener que ver el encuentro frente al colista con el que les iba a enfrentar a una de las revelaciones de este comienzo de temporada, que venía comandado por un exrojiblanco como Ramis. El choque iba a exigir mucho más rigor táctico y difícilmente iba a pisar el conjunto almerienses tantas veces el área rival como lo hizo en Santo Domingo.

Sin embargo, Rubi se mantuvo fiel a su apuesta. Al catalán le gustan los jugadores talentosos y ha poblado la medular de ellos. Es lo que le pedía el cuerpo desde su llegada y su apuesta, mientras salga bien, poco va a variar más allá de entradas y salidas del césped de distintos futbolistas. Al final, a un equipo que le cuesta defender la mejor terapia es proteger su zaga desde la posesión del balón.

El partido iba a comenzar con dos actos que demuestran la importancia del fútbol en la sociedad. Por una parte, camisetas de apoyo a La Palma, la isla canaria arrasada por una explosión volcánica. Por otra, un muy respetuoso minuto de silencio por un aficionado fiel, Raúl López Segura, fallecido recientemente. Como decía Valdano: "El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes". Pitido inicial.

El partido comenzó con muchísimo ritmo. Quería el Almería presionar arriba, meterle miedo desde el comienzo a su rival, pero el Tenerife dio un par de susto aprovechando su velocidad arriba. De hecho, el primer disparo a puerta fue de un exrojiblanco, Alexandre (Corredera), cuyo lanzamiento de falta atajó Fernando. A los indálicos les estaba costando salir con el balón desde atrás, se le veía más claro de ideas que ante la presión alta de Ponferradina o Málaga, pero no terminaba de hincarle el diente al duelo.

Se fue tensando el choque. Cada balón dividido era una disputa en la que las espinilleras chocaban con fuerza entre sí. Gallego lesionado, Ramazani con una brecha en el pómulo, roces entre Portillo y Elady... Nada tenía que ver con los duelos anteriores, era partido para tener la guardia alta. Las internadas de Centelles y Pozo eran lo más destacado en ataque de los de Rubi. Al borde del descanso llegó la acción más clara, con una llegada del lateral sevillano, que filtra para Portillo y su chut lo saca con los puños Soriano. Le había costado llegar al Almería a la meta rival, pero en los últimos minutos de la primera parte encontró el camino y la zurda de Ramazani cerraba el acto.

La segunda parte arrancó por los mismos derroteros, con un Almería algo más vertical que hasta el momento. Los rojiblancos estaban encontrando espacios entre líneas y Ramazani y Centelles probaron fortuna nada más reanudarse el partido. Portillo y Robertone, sociedad interesante, mandaban en zona de tres cuartos. Pero le faltaba un punto al equipo de cara a puerta, no terminaba de generar ocasiones claras para batir a Soriano.

Rubi introdujo a Lazo, el míster veía que su equipo necesitaba más punch apostó por ello. Se había volcado totalmente el partido hacia el campo tinerfeño, con el peligro que a la contra conllevaba. El Tenerife había bajado físicamente, no podía presionar igual y poco a poco el Almería se fue aprovechando de la situación para ir cimentando su victoria. Y ésta se consiguió a base de goles, gracias a otra gran dupla: Sadiq-Ramazani.

Llegan los goles

Primero con una recuperación muestra de que la segunda parte era indálica. Al Tenerife le faltaba oxígeno y regaló el balón en salida, entre Ramazani y Sadiq fabricaron un penalti cometido por Spicic sobre el nigeriano y que materializó el belga. Acto seguido, sólo tres minutos después, fue Sadiq el que cabalgó para hacer el 2-0 con un toque de calidad para superar a Soriano.

Todo parecía ponerse de cara, pero a falta de diez minutos unas manos de Centelles en el área metieron al Tenerife en el partido. Shaoshua acortaba distancias también de penalti y hacía peligrar los puntos. Quedaba mucho tiempo, mucho que sufrir si al Almería le entraba el miedo. Pero no le entró. Gracias primero a Fernando, salvador como siempre, que transmitió la confianza necesaria a sus compañeros para irse a por la sentencia. Llegó con una gran jugada por la derecha entre Nieto y Pozo, que se introdujo Spicic al tratar de despejar un pase de gol del sevillano a Sadiq.

El Mediterráneo explotó. No sólo por la victoria, que sirve para ponerse como líder, sino por una segunda parte escandalosa de los dos equipos, pero sobre todo del Almería. Fuerte ovación, no era para menos, para los de Rubi que van cogiendo cofianza en sus posibilidades y velocidad en la tabla clasificatoria. Todo ello se traduce en un marcador que jugando a echar la vista atrás, habría sido posiblemente bien distinto la pasada temporada.