El Almería hace el panoli (0-0)

El día de mayor calor de lo que llevamos de verano, cuando la gente esperaba que se luchara por el ascenso directo, el Almería tenía ante sí otro objetivo también importante: amarrar la tercera posición para la promoción de ascenso. Tres: vencer a un Málaga ya relajado, dar algo de descanso a los jugadores que ya notaban la fatiga acumulada y mejorar la endeble imagen mostrada hasta ahora. Sin ellas, alcanzar la Primera parecía una utopía.

La cosa arrancó rara con la noticia de los positivos del Fuenlabrada, lo que llevó a estar pendientes de la decisión que tomaron los órganos competentes. Al final, se suspendió el encuentro de los madrileños en La Coruña y se jugó el resto de la jornada, con el lío de fechas que todo esto conlleva y el tufo a competición adulterada, puesto que este encuentro era la bisagra del ascenso y del descenso.

Notó de inicio el Almería el jugar con un once cargado de suplentes. Silva hizo bien en llevar a cabo rotaciones, pero quizás se pasó de frenada con la tercera plaza en juego. Meter de primeras a gente con tan poco ritmo como Callejón, Enzo, Coric o Barbero parecía arriesgado, puesto que era importante asegurarse la mejor posición del play off.

Las primeras ocasiones fueron malagueñas, dos cabezazos cercanos que atajó Sivera con ciertos problemas. No imponía ni su juego ni su necesidad, el Málaga estaba bien plantado y dominaba con mucha tranquilidad. A los 35 minutos llegó el primer disparo almeriense, con un chut muy malo de Coric desde una buena posición. En ese momento, el Zaragoza marcaba y el Almería caía a la cuarta posición. Tenía que exponer mucho más el equipo de Silva para llevarse el partido.

Por fortuna para el aficionado, ciertamente cansado de llevarse desilusiones, llegó el descanso. Cero actitud, cero ganas y cero ambición por parte del Almería, para hacérselo mirar. Una cosa es manejar los datos físicos de una plantilla y otra plantear un partido con menos ritmo que un solteros contra casados. Media parte había por delante para cambiar el penoso decorado o seguir desaprovechando oportunidades para ascender.

Sin cambios tras el descanso

Después de la 'exhibición' de la primera parte, la segunda arrancó sin cambios de jugadores ni de actitud. Ver para creer. Tal y como estaba la situación con el tema Fuenlabrada, la tercera posición podía dar incluso el ascenso directo si la competición tuviese que suspenderse. Lo mejor era no dejar cabos sueltos por lo que pudiera pasar y el Almería no había atado ninguno. Hasta a los propios comentaristas televisivos, a los que ni les iba ni les venía el futuro indálico, estaban sorprendidos con lo que estaban viendo.

A los 51 minutos, Ais Reig anulaba (bien anulado) un gol a Barbero por fuera de juego y poco después Enzo lo intentó desde muy lejos. La única buena noticia en esos momentos fueron los goles de la Ponferradina y el Alcorcón ante Zaragoza y Girona.

Sin necesidad de meter mucho ritmo, poco a poco el Almería comenzó a estirarse. A los 60 minutos, Barbero vio cómo le anulaban su segundo gol, nuevamente por fuera de juego a falta botada por Coric. Poco después, el propio jugador croata falló un mano a mano ante Gonzalo. Solo en el área chica, ¿qué más se necesita para marcar? Como Lazo en Ponferrada unos días antes. En ésas, de nuevo el Zaragoza se adelantaba.

Veinte minutos quedaban para que Almería terminaba de dar forma a su esperpéntica última jornada. Bueno, el esperpento lleva alguna jornada más materializándose. Pero nada de nada, de hecho, fue Sivera el que evitó que finalmente el Málaga ganara el partido. Punto y final a una temporada regular irregular y decepcionante en su tramo final. A falta de saber si se van a jugar los play off y cómo se van a estructurar, el Almería tiene ante sí una última bala que va a lanzar ante la desilusión y el enfado de su afición. Primera parada: Gerona, donde espera el Girona de Francisco que venció a los rojiblancos por 1-0 hace unos días.