El que avisa no es traidor
El acta de Vivancos
Puede que en esta ocasión Emanuel no vislumbrara que con las características de algunos de sus pupilos se le podría haber hecho más daño al frontón visitante desde el primer minuto
Por momentos pensaba que estaba reviviendo el encuentro del Lugo en Zaragoza. Así que Pedro Emanuel no puede decir que no estaba avisado, amén del resto de empates de los lucenses a domicilio. Vengo repitiendo a menudo que la liga de la regularidad es justa y que, a diferencia de una competición de eliminatorias donde influye la suerte, la suma de todos los dobles enfrentamientos pone a cada equipo en su sitio sin remisión. Las buenas y malas rachas solo llegan a ser parte del más justo de todos los sistemas de competición. Hay tiempo de estudiar a los rivales y de conocer su disposición en su estadio y fuera de él.
Las dudas sobre la recuperación física de algunos jugadores puede que mermaran el plan inicial, pero por desgracia al final se jugó a lo que quiso el Lugo. Como manifestó Emanuel, un gol logrado en las pocas ocasiones que se crearon lo hubiese cambiado todo, pero siempre es mejor optar a jugar cuantas más veces sea posible a la lotería para que te pueda tocar. Si es Corpas quien goza de las mejores oportunidades, entonces las posibilidades de que te toque el premio disminuyen. No está el extremo en su mejor momento, esto ya viene de largo. Excepto algunos chispazos, su rendimiento poco o nada está aportando a su equipo, y no solo a la hora de golear, sino en el momento de asistir a sus compañeros. Si un extremo pierde la capacidad de elegir la mejor opción en un pase de la muerte, mal vamos. Quizá el jienense esté todavía preguntándose por qué no aprovechó la oportunidad de firmar el contrato de su vida, como sus excompañeros de ataque de la pasada campaña.
Volviendo al planteamiento inicial del choque, puede que en esta ocasión Emanuel no acertara a la hora de hacerle algo más que cosquillas a su adversario. Me sorprendió la titularidad de Chema en detrimento de Coric, que tan prometedores minutos disputó en Riazor. Según la labor de cada jugador, la baza de anticiparse mentalmente a los contrarios cobra especial relevancia. Una de las premisas del mediapunta es la de ejecutar lo que nadie piensa, incluso ni sus compañeros. Mientras Chema conducía el esférico, a veces le indicaba a los suyos mediante gestos por dónde debían desmarcarse, cuando su función es la de adaptarse a la colocación, mejor o peor, de sus compañeros y encontrar entre líneas ese pase que desequilibre la zaga contraria.
Y Sekou no es un jugador hábil a la hora de descolocar (sí de aguantar) a la zaga contraria, máxime si cuenta con tres centrales. Por todo ello, la movilidad de Juan Muñoz y las intervenciones de Coric llevaron más peligro durante la segunda mitad. Puede que en esta ocasión Emanuel no vislumbrara que con las características de algunos de sus pupilos se le podría haber hecho más daño al frontón visitante desde el primer minuto. No cabe duda, esta categoría es complicada, y en la jornada de este sábado ningún equipo local se impuso, pero el fondo de armario de las plantillas y, sobre todo, la mejor elección de los jugadores según en qué escenarios, conceden a la postre el premio final.
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