UD ALMERÍA | LA PREVIA
El desembarco a Cartagena, el nuevo reto de un Almería en estado de gracia
Fútbol
Fue el 10 de Junio de 1979. Ante 23.000 espectadores que abarrotaban el ‘Franco Navarro’ desde dos horas antes del comienzo del partido, a la A.D. Almería le bastaba ganar a un Castellón que no se jugaba nada para lograr lo que nadie sospechaba nueve meses antes: ascender a Primera división. Pocos minutos faltaban para las 7 de la tarde, cuando ambos equipos saltaron al campo en dos filas, con el buen colegiado Ramos Marcos (que ascendió también aquel año) en medio. El campo se venía abajo. Saludos de los capitanes, Juan Rojas y Babiloni, y el balón echó a rodar. Pero la historia había comenzado en el verano del 78.
Bajo la batuta de Enrique Alés, la A.D. había ascendido a Segunda división 20 años después de su primer ascenso, entonces como At. Almería. El presidente, Franco Navarro, no llegó a un acuerdo con el míster y fichó nada menos que a José María Maguregui para el banquillo rojiblanco en Segunda. Cansado de la poltrona, el ‘presi’ le vendió el club a Augusto Arteaga por siete millones de pts.; pero sólo duró un mes en el cargo por el dislocado gasto en fichajes: Cendoya (R. Sociedad), Villalba (O. Játiva), Óscar López (paraguayo), Maxi (Oviedo) Garay (Ath. Bilbao), Rolón (R. Murcia), Zunzunegui (Barca B) Rozas y Abarca (Cacereño). Cuando echó cuentas del gasto que había supuesto, se debió asustar y se marchó dejando la presidencia a Alfonso García.
En su primera rueda de prensa, aseguró: “Sólo deseo que el equipo se consolide en Segunda. Con esta base, procuraremos resolver los problemas económicos que tenemos. No contemplo subir a Primera. Eso queda a mucha distancia”. Poco más de 4.000 socios para afrontar la temporada y nula ayuda de las instituciones locales. Además, para el colmo de infortunio, la FEF no llegó un acuerdo con TVE y prohibió televisar partidos, con la consiguiente mengua de ingresos que ello suponía a los clubs. Se improvisó un presupuesto de 71.733.900, muy bajo para la categoría y la temporada 1978-79 echó a andar.
Buen comienzo. El 3 de septiembre la AD derrotó al Castilla en un abarrotado ‘Franco Navarro’ por 2-1. La primera alineación de Maguregui fue: Cendoya; Paniagua, Camacho, Óscar López, Maxi; Garrido (Jeromo 55’), Garay, Martínez; Rojas, Gregorio y Abarca (Polo 45’). Castro adelantó al filial del R. Madrid (60’) pero Jeromo de penalty (79’) y Martínez en la última jugada (93’) dejaron los puntos en casa. Continuó el equipo ganando en casa y perdiendo fuera. Pero en noviembre, Maguregui pidió otro portero (no le convencían Cendoya ni Villalba) un central (Camacho era aún muy joven) y un delantero (el transfer de Rolón no llegaba); y llegaron César (Levante), Piñero (Jerez) y Odaír (brasileño).
El equipo se hizo fuerte en la bombonera del ‘Franco Navarro’, con la afición apretando de lo lindo y sin vallas aún. Los grandes sucumbían aquí: Granada (2-0), D. Coruña (2-1), R. Murcia (3-1), Getafe (3-1), Jaén (2-0)… Y acabó la primera vuelta en octavo lugar. Buen camino para la salvación. El primer partido en casa de la segunda era una prueba de fuego: ante el líder Valladolid. Nuevo llenazo y alineación ya con los refuerzos: César; Paniagua, Piñero, Camacho, Maxi; Garay, Jeromo, Martínez; Polo, Rolón y Gregorio. Los goles de Martínez (5’), Estella en propia puerta (10’) y Gail (84’) dejaron el 2-1 final. La cosa iba viento en popa. Luego vino una dolorosa derrota en ‘Los Cármenes’, el 11 de Febrero, en un partido con más almerienses que granadinos en el viejo campo y bajo un diluvio impresionante. Un paraguazo al linier tras el gol del Almería hizo que el árbitro, Barbosa Álvarez, se volviera muy casero. Total, que el empate que habían conseguido Gerardo (16’) y Gregorio (25’) se vio superado tras un penalty que no fue y transformó José Luis (75’) quien se fue directamente al fondo que ocupábamos los almerienses para dedicarnos ‘graciosos’ cortes de mangas. La lluvia fue entonces… de paraguas.
Pero el ‘Franco Navarro’ seguían siendo un fortín. Aquí iban cayendo el Alavés (3-1), Elche (2-0), Osasuna (1-0)… aunque fuera no se ganaba. Pero hubo una fecha decisiva, que cambió la suerte del equipo: el 6 de Abril, Sábado Santo, la A.D. viajaba a ‘La Condomina’, a jugar contra un Murcia recién descendido de Primera y que tenía un equipazo. Aquella noche fue la apoteosis. Los goles de Rolón (6’), Chuchi (44’), Martínez (70’), Gregorio (75’) y de nuevo Gregorio (79’) pusieron un increíble 1-4 en el marcador. En entrenador murciano avisó: “Cuidado con el Almería que juega divino y tiene un calendario fácil”. Parecía que era una justificación por la derrota. Faltaban 9 partidos y la salvación parecía segura. Pero surgió lo impensable: 7 victorias y un empate hicieron que el equipo pelease por un impensable ascenso.
Llegó la visita del Betis, el 27 de Mayo. Equipazo con varios internacionales en sus filas, descendido a Segunda por aun ‘ajuste de cuentas’ de la FEF, se jugaban el ascenso a Primera. 22.000 personas abarrotaron el ‘Franco Navarro’ creyendo en el milagro. Pasó lo esperado: gol de Ortega para el Betis (49’). Pero justo a la hora de juego empató el maestro Jeromo de penalty. Parecía que así acababa el partido. Y llegó el milagro: 92’: Paniagua sube la banda derecha, centra y el pequeñito Abarca, de cabeza, logra el increíble 2-1. aquello fue la locura. Instantes después, Benavente Garasa pitó el final. Y al domingo siguiente, a ganar en Ferrol. Se logró (0-2) con goles de Jeromo de penalty (cómo no; lanzó 16 en dos temporadas y los marcó todos) y Garay. Ya sólo faltaba ganarle al Castellón en casa.
El 10 de junio de 1979 (hace 40 años) Almería era una fiesta. Hasta se cortó el tráfico por el Paseo para que desfilara la peña Los Churros con su parafernalia musical Paseo arriba y Paseo abajo. A las 5, la ciudad entera subió tras ellos al campo. Se metieron 23.000 personas en una campo cuya capacidad era de 14.500 espectadores. Quienes estuvimos allí lo recordamos como si hubiera sido la semana pasada. Nos sabemos de memoria la alineación de Maguregui: César; Paniagua, Piñero, Óscar López, Maxi; Garay, Jeromo, Martínez; Rojas, Rolón y Rozas (Abarca 60’). Los goles de Jeromo (24’ esta vez no fue de penalty), Rojas (31’) y Rolón (61’) pusieron el 3-0 en el recordado marcador de puntillos. Aquello fue la apoteosis. Nadie daba crédito. Un equipo recién ascendido de 2ªB quedaba campeón de Segunda y ascendía a Primera. Por heroico e impensado fue el que más alegría causó en la afición de los tres que se han logrado. De aquella hazaña hoy hará 40 años.
El descenso de la Agrupación Deportiva Almería dos años después dejó a la ciudad sin fútbol de Primera durante casi tres décadas. El final de la AD fue doloroso para el público por el ensañamiento que tuvo la FEF con el conjunto rojiblanco, lo que le llevó a descensos administrativos y a la desaparición por culpa de las deudas. De la AD cogieron el testigo primero el Poli Almería y después el Almería Club de Fútbol, pero ninguno fue capaz de seguir los pasos del conjunto de Maguregui. El CF llegó a Segunda División, pero el proyecto se terminó hundiendo. La creación de la Unión Deportiva Almería sí que iba a darle a la provincia nuevamente fútbol de Primera División. Fue en la temporada 2006-07 con Unai Emery en el banquillo, nuevamente un técnico vasco como Maguregui. La UDA llevaba varias temporadas en Segunda División, adonde había llegado de la mano de Casuco, y en mayo de 2007 lograba una gesta muy parecida a la de la AD: un equipo no confeccionado para ascender poco a poco fue consiguiendo buenos resultados, se metió arriba y nadie fue capaz de despertarlo de su sueño. La Ponferradina hizo de Castellón y también se consiguieron tres goles a favor en el partido del ascenso, pero a diferencia de 28 años antes, el marcador reflejó un 3-1 que inundó de felicidad la ciudad.
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