El Almería teme una ruptura equipo-afición

UD ALMERÍA | Análisis

Las aguas bajan revueltas tras las derrotas ante Eldense y Castellón y la brecha entre el verde y la grada se acrecienta

Se hace imprescindible una comparecencia de El Assy y la reacción el domingo en casa ante el Eibar, clave para evitar una escalada mayor de las críticas

Este Almería empieza a oler a muerto

Los seguidores rojiblancos vienen de un año para olvidar que no quieren revivir de nuevo / Javier Alonso

Almería/La UD Almería atraviesa por su primera gran crisis de la temporada tras sumar dos derrotas consecutivas ante Eldense (1-0) y Castellón, particularmente dolorosa la segunda por el abultado resultado (2-5). Buena parte de la afición rojiblanca no comparte que Rubi la califique como 'minicrisis' por cuanto considera que el equipo acumula ya 43 jornadas haciendo el ridículo, las 38 de Primera que derivaron en descenso y las cinco que se llevan disputadas en Segunda. Muchos seguidores no establecen línea divisoria entre una y otra categoría aduciendo que la directiva mantuvo el mismo equipo con el único maquillaje de la llegada de Nico Melamed. Con ese inesperado palo en las ruedas debe convivir el técnico catalán, que empieza a comprobar que la grada no es tan dócil como la que se dejó tras lograr el ascenso y la permanencia. Es lógico, un año de padecimientos cambia a cualquiera.

En el seno del club son conscientes de la brecha que empieza a abrirse entre el equipo y la afición y temen que acabe en una ruptura que repercuta aún más si cabe sobre ya la delicada situación de un vestuario carente de la personalidad y el carácter necesario para saber aguantar la crítica y levantar el vuelo. Ejemplos de las desastrosas consecuencias que esto podría acarrear hay de todo tipo. Al mismo Málaga ya le ocurrió el curso que cayó al pozo, cuando los simpatizantes apuntaron directamente a los jugadores, pese a que una vez consumada la tragedia mantuvieron su fidelidad a los colores.

Por eso en lo sucesivo se escucharán llamadas a la unidad para evitar que la propia afición se convierta en el peor 'enemigo'. En redes sociales se observa la división existente entre quienes piden que se abuchee al equipo durante el desarrollo del encuentro, incitando incluso a realizar protestas antes del arranque del mismo, y los que apuestan por dejar clara su contrariedad una vez haya acabado el duelo en caso de nueva zozobra. Cada cual es libre de posicionarse, pero podría estar creándose un peligroso caldo de cultivo que derive en un clima de 'miedo escénico', un marco en el que el futbolista bueno parece malo y el malo lo hace aún peor. El remedio sería entonces peor que la enfermedad. Si al Estadio le da en este momento por declararle la guerra al equipo y se entra en un bucle pernicioso, el fútbol profesional podría correr peligro en Almería después de 22 años ininterrumpidos en la LFP.

Es por tanto el momento para que Mohamed El Assy, director general de la entidad, salga a la palestra y entone el 'mea culpa', si acaso para desviar las balas que empiezan a llegarle al cuerpo técnico y a un vestuario bastante endeble. El CEO del club prometió hablar tras concluir la ventana veraniega de fichajes y su comparecencia se ha excedido en el tiempo porque el traspaso de César Montes al Lokomotiv se dilató unas semanas debido a que el mercado ruso cerró más tarde. Ahora, viendo el panorama actual y aprovechando el anuncio del nuevo patrocinador de las camisetas, sería idóneo que convoque a los medios y se dirija a la afición para calmar los ánimos, ofreciendo las explicaciones pertinentes. A estas alturas la mayoría de los seguidores asumen que los futbolistas no tienen el nivel necesario como se presuponía o no lo están sacando a relucir, pero mejor no confundir el foco, ya que las justificaciones deben ofrecerlas quienes los firmaron en su día y los han mantenido pese a venir de uno de los peores años en la historia de la UDA.

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