El Almería, salvado por la campana en Málaga (1-1)

Almería/La 'pechofriada' del Almería parecía a la vuelta de la esquina y por poco no tocó en La Rosaleda. Un tanto en propia puerta de Pastor en el último minuto de los siete que hubo de alargue evitó el primer borrón en mucho tiempo para los rojiblancos. Rubi se presentó en Málaga con dos cambios respecto al once que doblegó al Granada, introduciendo en el equipo de salida a Puigmal y Melamed por Baptistao y Centelles. El primero funcionó bien, percutiendo por el costado diestro, pero apenas acertó alguno de los múltiples centros cómodos de los que dispuso, mientras que el segundo vivió otro partido en el más absoluto ostracismo, sin participación en el juego colectivo, algo de lo que el equipo se resintió, ya que no hubo ataques por la banda izquierda, para acabar siendo silbado por la numerosa afición indálica desplazada al ser sustituido.

Con todo, tal vez lo peor fuera ver al joven Gui Guedes retirarse entre sollozos al cuarto de hora de juego (cuando los rojiblancos ya perdían por 1-0) a causa de otra inoportuna lesión en esta especie de lacra que viene persiguiendo a los mediocentros indálicos. El primero en pasar por quirófano fue Robertone por una dolencia en el hombro, el siguiente turno será para Baba por una rotura en el ligamento cruzado de su rodilla izquierda, y está por ver el alcance de lo que padece el luso, si bien apunta a algún tema muscular.

Antes de ese vaparalo, no obstante, el Almería ya se veía por debajo en el marcador pese a que los dos primeros acercamientos al área rival fueron de Luis Suárez. El pichichi intentó un fuerte disparo desviado a córner por Herrero en los primeros segundos de partido y poco después no podía aprovechar un error en la salida de balón local para castigarlo con el 0-1. Tras esos primeros cinco minutos de empuje visitante el cuadro malacitano se recompuso y empezó a llegar con cierto peligro a los dominios de Fernando, que tuvo que sacar una pelota comprometida en el área para que Lopy despejase lejos.

El Málaga empezaba a gustarse y a los doce minutos de juego iba a adelantarse en el marcador gracias a un balón recibido por el carrilero diestro Puga sin oposición alguna, lo que permitió un centro cómodo al corazón del área, donde Dioni se elevaba marcando mejor los tiempos que Chumi y Édgar para rematar de cabeza sobre el posible despeje, enviando el esférico a la parte superior del poste, alojándose en la red tras golpear previamente en Fernando.

Una vez más tocaba remontar, como ante Racing, Eibar, Huesca, Elche y Granada este curso. Pero se hizo difícil en el resto del primer acto, con Melero entrando bastante frío para cubrir la inesperada vacante de Gui. A los 27 minutos los almerienses reclamaron un posible penalti de un jugador blanquiazul, pero el VAR interpretó que no había nada porque venía tras golpearle en su propio pie. Hasta el descanso los de Rubi apenas gozaron de un disparo lejano de Arribas tras un plástico taconazo de Melero al borde del área atrapado por Herrero, mientras que el Málaga pudo castigar con el 2-0 una pérdida de Melero que Larrubia finalizaba disparando raso desde fuera del área.

Rubi optó por no mover el banquillo al descanso y el equipo mantuvo la deriva intrascendente salvo por las intentonas de Puigmal ante un arbitraje que, sin ser descaradamente casero, fue minando poco a poco los intentos de reacción visitante con un goteo incesante de tarjetas amarillas. Los de Sergio Pellicer tuvieron la primera ocasión del segundo acto con una buena acometida de Lobete por la zona de Pubill, plantándose en un mano a mano ante Fernando que Melero frenaba de forma providencial tirándose al piso en una gran acción defensiva.

Había que proponer algo distinto y Rubi lo buscó dando entrada a Centelles y Baptistao por Langa y un gris Melamed, que da una de cal por tres de arena. La savia nueva tampoco se tradujo en la reacción esperada, en buena medida porque el Málaga supo sacar el fútbol de barrio que sus jugadores atesoran para interrumpir el partido cada vez que la situación lo requería, ayudado todo por un arbitraje muy mejorable. Solo Baptistao se atrevió en el minuto 70' a probar fortuna con un latigazo desde fuera del área sin excesivos problemas para Herrero.

Se esperaba que en cualquier momento la calidad de Suárez, la aparición de Arribas desde segunda línea, el oportunismo de Baptistao o el último pase de Melero apareciesen para arrancar unas tablas amistosas que permitieran al menos mantener la condición de invictos una jornada más, pero en La Rosaleda el guion se intuía escrito de antemano y el derbi del Mediterráneo, con cientos de rojiblancos dando colorido a la grada del fondo Norte, parecía quedarse en casa hasta que en el minuto 96, a falta de uno para los 97 que González Díaz daba como prolongación, el Málaga cedió un córner vital. El centro al corazón del área de Arribas buscando los centímetros de Édgar acabó siendo desviado por Pastor hacia su portería, dando a la UDA un punto que sabe a gloria.

La empate permite a los de Rubi acumular ya nueve jornadas invictos, firmando un balance de 23 puntos sobre 27 posibles para situarse provisionalmente en el tercer puesto, si bien se rompe la racha de trece jornadas seguidas marcando al menos dos goles, quedándose a un solo partido de igualar el récord que la Real Sociedad ostenta en Segunda desde el año 1941. Suárez, que también llegaba enrachado a la cita, tampoco pudo ver portería esta vez. La UDA recibirá el próximo viernes (20:30) en el Juegos Mediterráneos la visita del Club Deportivo Mirandés, dueño del segundo puesto.