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SD HUESCA 2-2 UD ALMERÍA | La Crónica
Almería/Ser del Almería es una aventura. Pasas de la euforia a tocar fondo en lo que va de una jornada a otra y viceversa. El equipo venía de ganar por primera vez en casi dos años y medio dos partidos consecutivos, pero en el desplazamiento a Huesca Rubi priorizó las rotaciones masivas y en un incomprensible ataque de entrenador optó por sentar a Fernando, héroe ante Zaragoza y Albacete, para recuperar a Maximiano bajo palos. Desoyó esa ley no escrita en el fútbol que indica que si una cosa funciona, mejor no tocarla.
Se desconoce si presionado desde la directiva (es difícil encontrar otra motivación) cometió el sacrilegio de dejar a Fernando en el banquillo y el equipo perdió aura. No fue el único movimiento, en El Alcoraz el técnico catalán presentó un once revolucionario que incluía también modificación táctica para defender con tres centrales y dos carrileros, Pozo y Langa, bien abiertos. Solo Chumi, Lopy y los tres atacantes (Melamed, Baptistao y Suárez) repetían de la última alineación.
Si la idea era mejorar el coladero que viene siendo el equipo en las labores de contención lo cierto es que en la primera mitad el intento resultó fallido por culpa de otro de los males que asola a este grupo: las acciones a balón parado en contra. Pero lo cierto es que todo se puso de cara en los primeros compases merced a un claro penalti por agarrón de Toni Abad sobre Melero. Luis Suárez, con la confianza de saberse el Pichichi de la categoría, asumió la responsabilidad desde los once metros, pero su lanzamiento, muy centrado, lo detuvo Juan Pérez.
Más resguardado atrás de lo habitual, esta vez el plantel no parecía sufrir en exceso hasta que llegó el primer saque de esquina en contra. Vilarrasa la mandó al segundo palo, donde Jorge Pulido se impuso en el salto para rematar de cabeza y Maximiano realizó un despeje defectuoso que cayó a los pies de Unzueta en el área pequeña. El delantero vasco fue el más rápido en reaccionar para empujar el esférico a la red.
Otra vez tocaba buscar una remontada y el Almería se puso a ello con un zurdazo de Bruno Langa (tiene un cañón en esa pierna) desde el vértice del área que se marchaba rozando el poste. Luego la enésima presión de Suárez sobre el portero -pone mucha fe el colmbiano en estos lances-, estuvo a punto de convertirse en el 1-1. Contra el Zaragoza y el Albacete también lo intentó y pronto encontrará premio a su insistencia.
Poco antes de la media hora de juego Arcediano Monescillo pudo tragarse un penalti por agarrón de Kaiky, pero interpretó que no hubo fuerza suficiente y el VAR no entró a corregir para alivio visitante y cabreo de la grada oscense, malestar que se incrementó cuando Diego González veía la roja directa por una dura entrada sobre Nico Melamed que corroboró tras revisar las imágenes a cámara lenta. El ambiente se ponía bronco por momentos y la primera mitad se fue a un descuento de seis minutos en el que Suárez volvió a rozar la igualada con un cabezazo alto tras un saque de esquina.
Aprovechando la superioridad numérica Rubi reaccionó en el intermedio deshaciendo el esquema con tres centrales, para lo cual retiró a Kaiky dando entrada a Arribas en busca de mayor mordiente ofensiva, mientras que Centelles sustituyó a Langa, cargado con una tarjeta amarilla. Apenas dio tiempo a poner los planes en marcha cuando el Almería se vio con un penalti en contra pitado en diferido, por aviso del VAR.
La acción fue confusa porque Maximiano había detenido el balón en la línea de gol y se dudaba si había entrado o no, pero la sorpresa fue comprobar que el despeje del meta luso toca involuntariamente en la mano de Centelles, que estaba cayéndose. El balón procede del rechace de un compañero, pero el colegiado interpretó que Centelles 'se hacía grande' en vez de pequeño, las historietas que se inventa el CTA para justificar lo injustificable. Vilarrasa pidió lanzarlo y, a diferencia de Suárez, mandó el balón a la jaula.
Corría el minuto 55 y era la sexta vez en doce jornadas que la UDA se veía 2-0 por debajo en el marcador. Faltaba un mundo por delante, más aún sabiéndose en superioridad, pero digámoslo claro: la media del Almería no juega un pimiento, el cáncer real que lo contamina todo. Ni elabora fútbol combinativo ni ayuda lo suficiente en las labores de contención para que la zaga logre quitarse el sambenito de ser el circo de los horrores. Si a eso le unimos a Melamed y Baptistao muy espesos, por no decir desaparecidos en combate, pintaban bastos.
Rubi no acababa de verlo claro y optó por ejecutar otra doble sustitución poniendo en el verde a Puigmal y Rachad por Pozo y Melamed. El factor diferencial, no obstante, volvió a ser Sergio Arribas, que tiene una pasmosa facilidad para entenderse con el gol. El delantero madrileño probó fortuna primero con un buen cabezazo a centro de Centelles que se marchó rozando el poste y luego transformó con la diestra (su pierna menos hábil) un buen servicio de Rachad con un sutil toque raso.
Restaban ocho minutos más el descuento y el Almería empezaba a creer en la enésima remontada, que llegó de la forma más insospechada. Rubén Pulido despeja de cabeza un saque de esquina y el rechace le cae a Centelles en el vértice del área. El lateral valenciano controla con el pecho y saca un latigazo que bate a Juan Pérez tras golpear violentamente con el larguero. Es la quinta vez que se neutralizaba un 2-0 adverso. El punto, visto lo visto, sabía a gloria, y lo positivo es que el equipo no se conformó, sino que buscó la victoria. La tuvo Baptistao en el 90' con un disparo raso y cruzado que se marchó por poco.
El punto permite al Almería mantenerse en la zona tibia de la tabla con 16 puntos, a tres de los puestos de play-off y cinco por encima de las posiciones de descenso, pero lo que es más importante, los de Rubi acumulan tres jornadas consecutivas sin perder pese a que la ocurrencia del técnico estuvo a punto de costarle cara en El Alcoraz.
SD Huesca: Juan Pérez, Toni Abad, Vilarrasa, R. Pulido, J. Pulido (c), Blasco, Diego González, Javi Pérez (Anglada, 85'), Javi Hernández (Javi Mier, 65'), Soko (Aimar, 77') y Unzueta (Jordi Martín, 45').
UD Almería: Maximiano, Pozo (Puigmal, 64'), Langa (Centelles, 45'), Chumi, Édgar (Pubill, 77'), Kaiky (Arribas, 45'), Lopy, Melero (c), Melamed (Rachad, 64'), Baptistao y Luis Suárez.
Goles: 1-0 (9'): Unzueta remacha un mal despeje de Maximiano tras un córner cabeceado por Jorge Pulido. 2-0 (56'): Vilarrasa, de penalti. 2-1 (82'): Arribas, a pase de Rachad. 2-2 (85'): Centelles, de duro disparo desde fuera del área.
Árbitro: Arcediano Monescillo (castellano-machego). Asistido en el VAR por López Toca (cántabro). Mostró amarilla a Toni Abad (3'), Langa (42'), Javi Hernández (45'+2') y Centelles (55'). Diego González vio la roja directa (35') por una dura entrada sobre Melamed.
Incidencias: Partido de la duodécima jornada de LaLiga Hypermotion disputado en el Estadio de El Alcoraz ante 5.223 espectadores. El Almería lució la indumentaria amarilla. El miércoles a las 21:00 duelo copero en San Sebastián de los Reyes.
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