El Almería recuperó la sonrisa desde el intervencionismo de Rubi

Después de dos meses sin vencer, la UD Almería empezó a ver los mismos fantasmas que le acompañaron durante todo el pasado curso y en el inicio de esta temporada. El Real Zaragoza, sumergido en una crisis que parece no tener fin, era la víctima propicia para reconducir la situación. El saque de inicio de los rojiblancos fue el aviso, en un lanzamiento más propio de rugby, de que era el día.

Con la fortuna de lado en el primer tanto de Édgar, el segundo mostró el camino para las siguientes semanas, con un perfil vertical como Puigmal atacando los espacios y Suárez volviendo a definir en su insaciable rutina con el gol. El colombiano fue de los más destacados en un duelo en el que el papel de Rubi en el plano táctico fue clave para lograr el triunfo.

En la fase defensiva, el técnico introdujo una novedad para reforzar la zaga con Pubill actuando de tercer central y Puigmal retrasando su posición como carrilero. Con Robertone y Melamed cayendo a los costados, el Zaragoza no pudo atacar con tanta facilidad por fuera, una de las grandes debilidades del equipo este curso.

En el plano ofensivo, el Almería volvió a situar un ancla en la medular con Lopy actuando de pivote, con Melero y Robertone como interiores. Con la continuidad de jugar con tres centrocampistas en la parcela central, el equilibrio volvió a prevalecer sobre el terreno de juego. Melamed, con el tercer tanto, hizo historia al convertir el gol 900 en la historia de la entidad rojiblanca.

Radovanovic, otra noticia positiva

Otra de las grandes lecturas de este encuentro es la consolidación del central Radovanovic. El serbio, con la baja de Chumi, ha asumido galones en la zaga para formar una sólida pareja junto con Édgar. Ambos, bastante compatibles en la zaga, van a ser los dos defensas que lideren al equipo desde atrás en este último tramo de la temporada, por lo que el objetivo del ascenso pasa, en gran parte, por el nivel de este dúo.

Con once encuentros para finalizar el campeonato liguero, el Almería tiene que recibir a los cuatro equipos que ocupan ahora los puestos de descenso. En total, doce puntos que no se deben escapar de los Juegos Mediterráneos. Con otros duelos directos en casa (Levante o Racing), el objetivo pasa por sumar de tres en visitas como Burgos, Castellón o Cádiz. Con este cambio de inercia, cada jornada será una guerra con batallas en muchos campos.