El Almería que todos queremos ver emerge ante el Burgos (2-0)

Almería/Rubi pudo festejar su centenario como técnico rojiblanco con una victoria que frena la racha de cinco partidos sin ganar y permite al equipo salir del descenso una jornada después de haber caído a la zona roja. La victoria vino desde el sufrimiento, una constante desde hace mucho tiempo, con un hombre menos por la prematura y merecida expulsión de Arribas y perdonando al rival una transición que olía a 2-0 en el arranque de la segunda parte para apuntillarlo en la recta final del mismo modo. Los tres puntos esta vez se quedaron en casa gracias en buena medida a los reajustes tácticos introducidos por Rubi y a la comunión que la grada exhibió con el equipo en una recta final cuesta arriba en la que el Burgos se volcó sin éxito en busca de la portería defendida por Maximiano.

Por una vez el Almería saltó enchufado al terreno de juego, ejerciendo presión alta sobre la salida de balón del rival y ejecutando recuperaciones tras pérdida, algo que Rubi venía ensayando en los entrenamientos durante la semana. El técnico catalán introdujo cuatro modificaciones respecto a la debacle de Valencia, dando entrada a Langa, Baba, Lopy y Baptistao por Centelles, Édgar, Robertone -operado del hombro- y Melero. Con todo, la gran novedad fue la disposición táctica, ya que al menos durante la fase defensiva se apreció una clara disposición en 1-4-4-2 con Arribas y Melamed bajando a ayudar en línea media y Baptistao, que jugó en punta junto a Suárez, alternándose en dicho cometido. El doble pivote ganó también en músculo con la pareja Baba-Lopy.

El Burgos se vio desbordado de salida por el ímpetu ofensivo de los rojiblancos, que en los cinco primeros minutos habían acumulado ya cuatro llegadas al área. Primero fue Melamed desbordando por la banda izquierda y sacando un centro al área pequeña que no encontraba rematador. Acto seguido otro centro de Langa por la misma banda lo cabeceaba Arribas en el segundo palo y la acción terminaba en córner. El saque de esquina lo ejecutaba el fino zurdo madrileño y Radovanovic, libre de marca, enviaba un testarazo fuera. En una nueva acometida por su carril Langa la puso atrás para Suárez y el remate del colombiano producía un nuevo córner.

La afición se frotaba los ojos por el supersónico arranque indálico cuando Maximiano está a punto de aguar la fiesta debido a un despeje defectuoso fuera del área que le cae a David González y desde 40 metros intenta embocar el balón en el arco, marchándose desviado por poco. Ese susto sacó al Almería del partido y los locales estuvieron veinte minutos desaparecidos del mapa ante un Burgos que poco a poco iba creciéndose en un campo más parecido a un patatal que pide a gritos el previsto cambio de hierba. Cuando peor pintaban las cosas emergió la conexión Arribas-Suárez para que el colombiano recibiera del madrileño y encarase al meta Cantero, driblándolo con habilidad y subiendo el 1-0 al marcador en un remate con el ángulo justo. Por fin marcaba la UDA en casa en la primera mitad este curso para alegría de los más de diez mil fieles que poblaban el graderío.

Tras encajar el primer tanto en contra el Burgos intentó reaccionar con un doble remate de Sancris repelido por Maximiano, mientras que Suárez dispuso de otra buena ocasión para haber subido el 2-0, pero su chut desde el punto de penalti tras servicio por la derecha de Pozo salía desviado. Y como las penas en este Almería nunca se sabe cuándo pueden llegar, a los 35 minutos de juego Arribas, que ya había visto una cartulina amarilla, recibía la segunda por una entrada sobre David González muy protestada por el futbolista rojiblanco ya que debía marcharse prematuramente a vestuarios. El VAR avisó al colegiado Fuentes Molina y la penalización se convirtió en roja directa al constatar que en el lance Arribas había dejado la plancha del pie a la altura de la tibia del rival. Tocaba afrontar cerca de una hora de partido con uno menos. El equipo aguantó hasta el tiempo de descanso el 1-0 para reorganizarse en el vestuario, si bien en el periodo de prolongación Sancris rozó la igualada al recortar en el vértice del área con la diestra y sacar un buen disparo con la zurda que pudo repeler Maximiano.

Pozo pone la puntilla en una transición

La corrección de Rubi tas el descanso pasó por ordenarle a Baptistao que se moviera del frontal de ataque a la banda para tapar ese costado y socorrer a Pozo en las labores defensivas. El plan de partido cambiaba drásticamente al verse en inferioridad numérica y pasaba a intentar aguantar el resultado favorable y conectar algún contragolpe que pudiera matar definitivamente al cuadro burgalés en su búsqueda del empate. La hoja de ruta estuvo muy cerca de cumplirse al poco de regresar de la caseta cuando el Almería montó una transición de libro que dejaba a Luis Suárez en solitario para encarar a Cantero. Tanto tiempo tuvo el de Santa Marta para definir que acabó disparando al muñeco y desperdiciando una ocasión de oro para haber apuntillado pronto a los visitantes.

Bolo reaccionó introduciendo un triple cambio para ganar mordiente ofensiva a la hora de juego y unos minutos después dispuso de dos buenas oportunidades. La primera en las botas de Sancris, sin duda el mejor blanquinegro sobre el campo, que hizo un control exquisito para luego rematar con la diestra abajo y toparse con la buena intervención de Maximiano para abortar el peligro. En la siguiente acción un centro de Arroyo desde la izquierda lo culminaba en gol David González, pero el asistente señalaba un claro fuera de juego. Los visitantes lo seguían intentando, pero el Almería defendía con el orden y concierto que hasta la fecha no se había visto en el Mediterráneo, mostrando concentración en la marca y tapando los espacios al rival.

Y aún quedaba la sorpresa final, la rehabilitación total de Alejandro Pozo para la causa rojiblanca esta campaña. El lateral diestro sevillano, muy tocado anímicamente por las críticas recibidas, ha encontrado la confianza de nuevo con Rubi y poco antes de que el cuarto árbitro mostrase la tabilla del descuento supo culminar un nuevo contragolpe presentándose con autopase incluido en zona de finalización ante Cantero y batiéndolo por bajo, recordando su etapa como extremo puro. Con 2-0 y solo la prolongación por delante el triunfo, esta vez, estaba ya en el bolsillo.

Hubo que sufrir para ganar y este va a ser el sino del equipo a lo largo de la temporada salvo que mantenga la seriedad defensiva evidenciada ante un Burgos demasiado timorato en el plano ofensivo con la excepción de Sancris. La labor de Baba en la medular, siendo sustituido exhausto en los últimos minutos, resultó clave para dotar de equilibrio a un equipo que se partía con excesiva facilidad. La presencia del mediocentro ghanés permitió que Lopy pudiera liberarse en la creación. Ese detalle y los ajustes tácticos introducidos por Rubi deben ser el camino a seguir en las próximas jornadas, con dos salidas consecutivas, y a lo largo de todo el curso.