El Almería, de la mandíbula de cristal a especialista en remontadas

Almería/Ganar hace olvidar hasta el mayor de los pecados futbolísticos. El conjunto dirigido por Rubi, con un nuevo triunfo en el Martínez Valero, se ha subido definitivamente en el vagón de equipos que están luchando por los primeros puestos de LaLiga Hypermotion. Con el Racing de Santander como líder incontestable con 30 puntos, la segunda plaza se sitúa ahora a cuatro puntos con un partido menos.

El encuentro contra el Elche no pudo comenzar peor: gol en contra con error de Fernando, que volvió a la titularidad tras su suplencia en Huesca. El debate de la portería, que parece no acabar tras esta jornada, será uno de los temas candentes en las próximas semanas. Una circunstancia similar a la que ocurre con los tantos iniciales del rival. Los números no engañan: en las nueve primeras visitas, la UDA ha comenzado perdiendo en siete ocasiones. Solo en Tenerife y Zaragoza se adelantaron los rojiblancos, ambos partidos con victoria final para el cuadro almeriense.

Sin embargo, lo más curioso es que prácticamente en todas las ocasiones, con la excepción del día del Eldense, el Almería ha igualado el encuentro, incluso teniendo en cuenta que hasta en cuatro partidos, el contrario se ha puesto 2-0 en el marcador. La mandíbula de cristal, que marcó el paso de los indálicos el pasado curso en Primera División, fue uno de los primeros defectos que corrigió el nuevo cuerpo técnico. Rubi, sabedor de este factor diferencial desde el punto de vista negativo, ha dado con la tecla para no tirar la toalla en ninguna contienda.

Contra los ilicitanos, Dion Lopy fue el encargado de igualar el encuentro y Luis Suárez completó la segunda remontada de la temporada tras la victoria contra la UD San Sebastián de los Reyes en la primera ronda de la Copa del Rey. En las últimas seis jornadas, el conjunto unionista ha sumado cuatro victorias, un empate y una derrota. Una buena dinámica que ha acabado sepultado el mal inicio y que confirma el potencial ofensivo de este equipo, que suma diez partidos marcando, al menos, dos tantos.

Con la mejora defensiva, los guarismos en el apartado goleador se igualan: 23 tantos a favor y 23 en contra. Además, en el duelo contra los franjiverdes se vio la recuperación de la mejor versión en la presión tras pérdida, con un bloque que ganó metros y se atrevió a instalarse en campo rival. Un síntoma de que la confianza crece en cada línea del equipo almeriense.

Una de las claves para entender este crecimiento colectivo es la confirmación del éxito del sistema de juego. Con el 4-4-2, con Iddrisu Baba y Dion Lopy como protagonistas en la medular, el conjunto rojiblanco ha conseguido encontrar el equilibrio perfecto con el papel del mediocentro ghanés como timón en el mediocentro, sin perder nunca la posición.

Asimismo, el senegalés disfruta de mayor libertad de movimientos en campo contrario y se suelta. Así lo demostró en su primer tanto con la camiseta rojiblanca para llegar a la frontal y completar un perfecto golpeo que superó a Dituro. Previamente, Baba recuperó el balón que acabó en el fondo de las mallas. El pivote terminó el partido con más recuperaciones (6) que posesiones perdidas (5).

Suárez, un nueve matador

No obstante, el sistema ha favorecido notablemente a un futbolista: Luis Suárez. El delantero colombiano ya es el máximo goleador de la categoría con nueve tantos y ha visto portería en seis de las últimas siete jornadas ligueras. Su versión con más mordiente ha llegado de la mano con un soberbio temple para definir en el uno contra uno. Un nueve que, sin ser esa referencia ofensiva únicamente de área, ha logrado aglutinar todas las características de un punta matador.

En la zona de atrás, otros nombres comienzan a crecer con el paso de las semanas como Chumi, Bruno Langa o Marc Pubill. Este último ha sumado dos encuentros consecutivos en los que ha jugado los noventa partidos de juego. Una gran noticia para el carril derecho de la UDA, que se garantiza un futbolista de talla internacional. A pesar de estos pasos adelante, todavía queda trabajo por hacer en labores defensivas, especialmente en los tramos en los que el equipo pierde la comba competitiva.

En definitiva, Rubi ha sabido reformular un equipo en clara dinámica perdedora y ha levantado el vuelo con un vestuario cada vez más unido y que, ahora sí, aspira a grandes objetivos en esta campaña 24/25.