El Almería confirma ante el Levante que es un 'meme' de equipo (4-2)

LEVANTE UD - UD ALMERÍA | La Crónica

Los de Rubi continúan siendo un circo defensivo y al cuarto de hora ya perdían 2-0, aunque un doblete de Arribas les permitió llegar igualados al descanso

En la segunda mitad bastó con el empuje del Levante para borrar del campo a un equipo frágil que huele muy mal

Arribas acomoda el cuerpo para golpear el esférico en la acción del 2-1
Arribas acomoda el cuerpo para golpear el esférico en la acción del 2-1 / UDA

Almería/Si eres aficionado del Almería y ya creías haberlo visto todo, estás equivocado. Este Almería siempre es capaz de sorprenderte un poco más, siempre es capaz de hacerlo peor y de la forma más inverosímil posible. Rubi alineó en Valencia un equipo repleto de bailarines y carente de mineros, una auténtica temeridad, dando entrada a Pozo, Robertone y Arribas por Pubill (lesionado), Lopy y Baptistao. La tragedia se palpaba en el ambiente antes del pitido inicial del árbitro y no tardó en evidenciarse sobre el verde.

Solo hubo que esperar a la primera acción ofensiva del conjunto local para que se adelantase en el marcador. La jugada nació en el flanco diestro que defendían Pozo y Chumi, un auténtico agujero negro durante la primera mitad. Morales rompió el fuera de juego para asistir a Brugué, que se plantó en el área y batió a Maximiano con un disparo raso y cruzado. Los males rojiblancos empezaban a salir a flote, con un centro del campo que no recupera balones y además los pierde, poniendo en un serio compromiso a una zaga ya de por sí hecha un flan.

De esta guisa surgió el 2-0 al cuarto de hora de juego. Pérdida de Robertone en línea de medios, el balón llega al costado zurdo del ataque granota, centro de Brugué y Morales irrumpe en el área para empujar con la rodilla diestra el balón a la red. Peor inicio imposible. En ese instante del encuentro el olor a goleada local rezumaba por el Ciudad de Valencia ante un Almería indolente, cuyo mayor problema de entre tantos que acumula quizá sea la poca confianza que los compañeros expresan entre sí. Si un jugador no cree en quien tiene al lado se hace imposible. Es algo que Rubi ya tiene identificado y trabaja en ello, pero se hace bola.

Pintaban bastos cuando la calidad individual que perdura en algunos integrantes del plantel volvió a salir a relucir en un nombre propio: Sergio Arribas. 'Harry' (así le apodan en el vestuario) parece que no está, pero de repente emerge cual enfermero para poner un torniquete en la hemorragia que el equipo venía sufriendo. Recibió un pase de su paisano Melero en el vértice del área, acomodó el cuerpo y lanzó un chut raso y ajustado a la base del poste, donde la estirada de Andrés Fernández resultó infructuosa.

Gol para la esperanza, primero en siete jornadas en la primera parte, aunque el Levante seguía llegando con mucho peligro. Brugué pudo firmar el 3-1 en un cabezazo a la media hora de juego, nuevamente tras un centro de Pampín desde la banda izquierda sin que nadie saliera a incomodarlo. Luego otro centro de Pablo Martínez por el mismo costado casi se lo come Maximiano al escurrírsele el balón e irse fuera por poco. El propio Pablo Martínez se topaba esta vez con los reflejos del meta luso en otra llegada por el carril zurdo.

El Levante no supo rematar y el Almería revivió de la forma más inesperada. Saque de esquina botado por Robertone y Arribas, libre de marca en el primer palo, se eleva para peinar de cabeza el esférico al fondo de la red. Nadie lo hubiera imaginado a tenor del devenir del primer acto, pero los rojiblancos lograban neutralizar, como ya ocurriera ante el Eibar, el 2-0 inicial en el tiempo de descuento, no sin antes ver cómo Pablo Martínez enviaba a la cruceta un duro disparo.

Once alineado por Rubi en el Ciudad de Valencia, otro que pasará a los anales de la historia negra indálica
Once alineado por Rubi en el Ciudad de Valencia, otro que pasará a los anales de la historia negra indálica / LFP

Rubi esta vez no esperó al socorrido minuto 60 para hacer las primeras sustituciones y dejó en la caseta durante el descanso a Centelles y Radovanovic para dar entrada a Langa y Baba. Al mediocentro ghanés lo ubicó de stopper, retrasando a Édgar el eje de la zaga junto con Chumi, que se mantuvo en el flanco diestro de la defensa junto a Pozo pese a las grandes dificultades exhibidas en los primeros 45 minutos. El resultado fue que empeoró lo poco que había funcionado en la retaguardia y por ahí vino el 3-2 nada más arrancar la segunda parte.

Kochorashvili hizo una pared con su compañero Carlos Álvarez para deshacerse de Édgar, otra vez retratado en tierra de nadie, embocando el georgiano portería sin que Langa pudiera llegar a la cobertura y fusilando por la escuadra a Maximiano. De nuevo tocaba remar a contracorriente porque todo lo que este equipo produce en ataque lo malogra en defensa por mucho que El Assy proclame a los cuatro vientos que cuentan con los mejores centrales de la categoría. Es un chiste que ya no le hace gracia a nadie.

Que un aspirante al ascenso (claramente deberá ir conformándose con la permanencia) tenga que materializar más de dos goles por partido para sumar puntos porque es un circo defensivo atrás supone una sangría que ningún equipo de plata puede soportar. Lo curioso es que la producción ofensiva se mantiene elevada y tras encajar el 3-2 Melamed pudo restablecer la igualada con dos acercamientos peligrosos. En el primero recibió de Arribas un balón raso en la frontal para golpear raso ajustado al palo y en el segundo el propio Melamed cabeceaba al larguero desde el punto de penalti un buen centro de Pozo.

Era cuestión de tiempo que cayese el cuarto y lo hizo en una pérdida de Baptistao aprovechada por un coloso Kochorashvili para filtrar un buen pase entre Langa y Édgar que dejaba solo a Carlos Álvarez delante de Maximiano, batiendo al meta luso con un disparo raso. Suárez y Puigmal tuvieron sus más y sus menos tras el 4-2, evidenciando las tensiones que asolan ese vestuario. El Ciudad de Valencia, donde la UDA no gana desde tiempos de Paco Flores, asistía a una nueva comedia rojiblanca, la de un equipo que se ha convertido por deméritos propios en un meme de los muchos que circulan por las redes.

Ficha Técnica

Levante UD: Andrés Fernández, Andrés García, Pampin, Elgezábal, Cabello, Oriol Rey, Kochorashvili (Algobia, 85'), Pablo Martínez (c) (Iborra, 72'), Carlos Álvarez (Víctor Fernández, 90'), Brugué (Espí, 85') y Morales (Romero, 72').

UD Almería: Maximiano, Pozo, Centelles (Langa, 45'), Chumi, Radovanovic (Baba, 45'), Édgar, Robertone (c) (Arnau Puigmal, 52'), Melero (Rachad, 80'), Arribas (Baptistao, 68'), Melamed y Luis Suárez.

Goles: 1-0 (2'): Brugué recibe de Morales, se planta en el área y bate por bajo de tiro cruzado con la zurda a Maximiano. 2-0 (15') Centro de Brugué y Morales remata a la red con la rodilla derecha. 2-1 (17'): Arribas recibe de Melero en la frontal y saca un duro disparo raso y ajustado a la base del poste que sorprende a Andrés Fernández. 2-2 (47'): Arribas de cabeza tras un saque de esquina. 3-2 (50'): Kochorashvili recibe una pared de Carlos Álvarez y fusila a Maximiano por la escuadra. 4-2 (74'): Carlos Álvarez recibe un pase entre líneas de Kochorashvili que sortea a Langa y Édgar y bate a Maxiamiano por bajo.

Árbitro: González Esteban (vasco). Asistido en el VAR por Gorostegi Fernández-Ortega. Amonestó a Pampín (13') y Robertone (42').

Incidencias: Partido correspondiente a la 7ª jornada de la Liga Hypermotion disputado en el Ciudad de Valencia ante 14.528 espectadores, alrededor de 200 llegados desde Almería. Ricardo Ten, medallista paralímpico en París, efectuó el saque de honor. Los visitantes lucieron la equipación amarilla para evitar coincidencia de colores.

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