El Almería es campeón de invierno mientras Rubi ya come en la mesa de Casuco y Emery (1-1)

Almería/Era de prever que el Cádiz con Gaizka Garitano fuera un hueso duro de roer y así ocurrió. Al técnico vasco le salió a pedir de boca durante la primera mitad el plan de partido establecido para visitar al líder: equipo bien colocado defensivamente en bloque bajo que impedía al rival trenzar jugadas limpias y a esperar la oportunidad de buscar rápidas transiciones conducidas por Ocampo y posterior definición final de Ontiveros. Los amarillos dieron un aviso rebasado el ecuador del primer acto con ambos protagonistas y llevaron el silencio a la grada justo antes del descanso.

Antes de eso el Almería lo intentó, pero sin el brillo ni la frescura que ha caracterizado al equipo en esa enorme racha de jornadas sin ceder derrotas. Lo hizo sobre todo por el costado diestro con las incursiones de Arnau Puigmal, que esta vez mejoró los centros laterales. Una penetración suya a los diez minutos de juego permitió un buen cabezazo de Luis Suárez que repelía David Gil metiendo la manopla con dificultades. Pero al equipo le costaba generar juego en la zona ancha y el Cádiz iba sintiéndose más cómodo conforme avanzaban los minutos.

En el 37' un error en la salida de balón protagonizado por Melero primero y Édgar después facilitaba que Ocampo lanzase un contragolpe que Ontiveros finalizaba disparando fuera. Era el preludio de lo que estaba por llegar justo antes del descanso, si bien antes Suárez contó con una nueva ocasión en otro centro desde la banda, en esta ocasión materializado por Pubill, que empalaba con la diestra, marchándose el esférico por la línea de fondo.

En el segundo contraataque que tuvo el Cádiz no perdonó. La acción nació en campo visitante con un despiste de Puigmal que facilita el envío sobre Ocampo, arrancando en carrera y ganando metros hasta plantarse cerca de la frontal, donde abría a la derecha sobre la llegada de Ontiveros. Este recibe libre de marca y encara a Maximiano para, esta vez sí, batirlo cruzándole la bola de forma certera con un derechazo que acaba en la escuadra del meta luso. El silencio se hizo en el Juegos Mediterráneos. Quedaba toda una segunda parte por delante y la nula incidencia de Melamed en el juego recomendaba la pronta inclusión de Pozo en el verde.

El mediapunta catalán, único refuerzo veraniego y uno de los futbolistas mejor pagados de la categoría, está obligado a dar más de sí, pues de él se demanda que aporte un salto de calidad. Esta vez fue titular debido a la ausencia por lesión de Baptistao, pero sigue desperdiciando oportunidades. Las otras novedades respecto a la visita a Ferrol fueron las entradas de Chumi por Kaiky tras cumplir sanción y de Puigmal por Pozo.

Todo estuvo a punto de seguir por los mismos derroteros en la segunda mitad hasta que una acción rocambolesca lo cambió todo. De salida una buena triangulación de los rojiblancos permitió que Arribas filtrase un buen pase para Suárez, quien dentro del área cruzaba en exceso la bola, marchándose rozando el poste. La respuesta del Cádiz fue la tercera contra de libro del partido, esta vez con los intervinientes cambiando sus roles: Ontiveros conduciéndola y Ocampo culminando con un disparo bien repelido por Maximiano, que abortaba así el 0-2.

Los de Garitano parecían acomodarse en el verde cuando un libre directo en el vértice del área lanzado por Melamed cambió el panorama. El chut no fue muy preciso, tanto es así que salió repelido por los integrantes de la barrera, pero sorpresivamente el árbitro señaló el punto de penalti. Había visto que Álex Fernández tocaba el balón con el brazo al saltar protegiéndose el rostro. Lo cierto es que las tomas de televisión no aclaraban en exceso si daba en la cabeza o en el brazo, por lo que el VAR no llamó a Cid Caballero a revisarlas en el monitor a pie de campo, prevaleciando el criterio del colegiado, que estaba a un par de metros de la acción. Luis Suárez se encargó de ejecutar y convertir la pena máxima, elevando su decimosexta diana a su cuenta particular al término de la primera vuelta. Casi nada.

Luego las cosas se pusieron más de cara si cabe todavía para los locales. Ontiveros, que arrastraba una cartulina amarilla, hizo una entrada dura sobre el recién ingresado Pozo que le reportó la segunda tarjeta y su consiguiente expulsión. El Cádiz se quedaba en inferioridad e iba a apostar ya sin remilgos por nadar y guardar la ropa mientras el Almería ponía toda la carne en el asador en busca del triunfo que le diera el título honorífico de campeón de invierno.

De ahí hasta el final los rojiblancos lo intentaron con más corazón que cabeza. Rubi dio entrada al joven Perovic por un desdibujado Melamed, que aporta más a balón parado que en generación de juego y finalización, pero el equipo no encontró las vías para penetrar en la buena maraña defensiva amarilla que, jugando con un efectivo menos, había ya renunciado prácticamente al ataque.

Con esta igualada, unida al postrero empate del Eldense en feudo del Racing de Santander, la UDA mantiene el liderato y despide 2024 como campeón de invierno, alcanzando la duodécima jornada sin ceder una derrota, dato que permite a Rubi sentarse a comer en la misma mesa que dos mitos de la historia indálica, casos de Juan Casuco y Unai Emery, los dos únicos que habían conseguido hasta la fecha firmar una racha similar. En 2025 el arquitecto de Vilassar de Mar estará en disposición de rebasarla. Pero eso ya será otro episodio.