El Almería se asoma al abismo 2211 días después

UD ALMERÍA | Contracrónica

El conjunto rojiblanco no pisaba puestos de descenso a 1ª RFEF desde la 4ª jornada de la campaña 2018-2019

El Almería confirma ante el Levante que es un 'meme' de equipo (4-2)

Melamed, sentado en el césped del Ciudad de Valencia, no podía imaginar lo que se ha encontrado en Almería
Melamed, sentado en el césped del Ciudad de Valencia, no podía imaginar lo que se ha encontrado en Almería / UDA

Almería/La UD Almería ha involucionado un lustro deportivamente hablando. La derrota en el Ciudad de Valencia (4-2), unida al triunfo del Córdoba sobre el Racing de Ferrol (3-1), provocó que el equipo indálico caiga a posiciones de descenso a Primera Federación, poniendo de nuevo en riesgo la permanencia en la Liga de Fútbol Profesional, una circunstancia que en clave rojiblanca no acontecía desde el 7 de septiembre de 2018, fecha en la que se había pisado por última vez la zona caliente de la tabla clasificatoria en la categoría de plata.

En aquella ocasión las cosas era muy distintas a la actualidad. El proyecto de Alfonso García vegetaba por falta de inversión tras más de quince años al frente de la presidencia y el resultado era un plantel que llevaba varias campañas arrastrándose por Segunda, coqueteando peligrosamente con el infierno de Segunda B entonces -todavía la RFEF no había reestructurado las categorías no profesionales-.

Tanto es así que en los cursos precedentes la UDA se había salvado sobre la bocina, en la última jornada. Así ocurrió en la campaña 17-18 con el infartante empate a uno en el Anxo Carro de Lugo con Fran Fernández en el banquillo. Algo similar había acontecido también en la16-17, cuando no se concretó la salvación hasta superar por 1-0 en casa al Reus también en la última jornada. Tres cuartos de lo mismo ocurrió en la temporada 15-16, cuando con Fernando Soriano en el banquillo hubo que pactar una igualada en Córdoba que a ambos equipos les servía (a los califales para jugar el play-off de ascenso) para sortear el pozo.

Con la llegada de Turki Al-Sheikh y el sorteo de los Audi en los descansos de los partidos parecía que todo el sufrimiento había tocado a su fin. El equipo apenas tardó tres temporadas bajo el mandato del jeque saudí en lograr el tercer ascenso de su historia a Primera, donde certificó la permanencia con mucho esfuerzo. La directiva quiso montar entonces un proyecto ambicioso con una inversión desmedida (más de 50 millones de euros) para intentar llevar al club por primera vez en su historia a competiciones europeas, pero la UDA todavía era un gigante con pies de barro sin la estructura necesaria para soportar los reveses que el fútbol le tenía preparados a la vuelta de la esquina.

Burno Langa se tapa el rostro con la camiseta
Burno Langa se tapa el rostro con la camiseta / UDA

Tras un año para olvidar la plantilla más cara de la historia unionista dio con sus huesos en Segunda División y ni siquiera el regreso del hijo pródigo Rubi está sirviendo para frenar el golpe de un equipo diezmado anímicamente, con un vestuario que es un polvorín y con el nivel deportivo de todos y cada uno de sus integrantes puesto en duda por los aficionados. El caldo de cultivo perfecto para pasar un año terrorífico que el técnico catalán ya está interiorizando.

Pero volvamos al 7 de septiembre de 2018. Alfonso García, sin la capacidad económica de antaño, le había confiado el equipo a un meritorio preparador local, Fran Fernández, que había ejercido de apagafuegos en campañas previas. El zapillero tuvo un arranque complicado, sumando apenas un punto de doce posibles en las cuatro primeras jornadas ligueras. Tras caer en la cuarta por 3-1 en el feudo del Osasuna corrió serio peligro su puesto, pero las arcas del club no estaban boyantes y se optó por confiar en FF una jornada más. La victoria en casa contra el Zaragoza por 2-1 en la jornada siguiente permitió al equipo encadenar dos triunfos más ante Numancia (0-2) y Reus (2-0) que insuflaron confianza en el técnico y en el equipo, hasta tal punto de que acabó el curso en décima posición y con Álvaro Giménez como pichichi de plata.

Desde aquel fin de semana de septiembre de 2018 la UDA no veía el abismo de la Primera Federación tan cerca como hoy. Entonces se salió del bache apostando por gente de la casa y poniéndose el mono de trabajo. En septiembre de 2024 la situación es muy parecida, pero nadie del club sabe a ciencia cierta qué pasos dar para dejar atrás esta pesadilla que está extendiéndose demasiado en el tiempo.

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