La afición del Almería no puede volver (de momento) al Mediterráneo

UD Almería

La controvertida decisión del Gobierno de permitir la vuelta a los estadios dependiendo de la situación epidemiológica de cada región favorece, de momento, al Mallorca

Como muchos otros, Rubi habla de "una situación deportiva claramente injusta"

Premonitorio abrazo de despedida al Mediterráneo

Las gradas del Mediterráneo seguirán vacías. / Javier Alonso

Por si le faltaba algo de picante a este tramo final de la temporada, con el Almería todavía con opciones remotas de luchar por el ascenso directo a Primera División, ahora se encuentra con una controvertida decisión anunciada por el Gobierno de España: habrá público sólo en los estadios de las comunidades autónomas que se encuentren en fase epidemiológica 1, es decir, con una incidencia acumulada menor a 50 casos. Traducido a la situación actual: el Mediterráneo no podrá albergar al conjunto de las cinco mil personas máximas que se permiten (un 30% del aforo es lo permitido con ese límite de aficionados), mientras que el Mallorca, su rival directo por el ascenso, sí que podrá hacerlo este fin de semana ante el Alcorcón, si el gobierno autonómico lo considera oportuno.

Se trata de una decisión que genera agravios comparativos enormes y que en nada beneficia al fútbol ni al baloncesto, a falta de dos jornadas. Lo normal era tomar una decisión conjunta para todo el balompié profesional español (también para el baloncesto) y no hacerlo por comunidades, puesto que unas se verán beneficiadas y otras, como le va a ocurrir al Almería, perjudicadas. Puede darse la situación que para el play off, unos equipos puedan jugar en sus estadios con público (la situación de Asturias puede permitírselo pronto al Sporting) mientras que otros sigan con sus gradas vacías. Eso sí, no se va a permitir la entrada de público visitante, además de contar con importantes medidas, tales como mascarillas FFP2, distancias, llegadas y salidas muy controladas...

El entrenador rojiblanco, Rubi, ha hablado precisamente de esto en la rueda de prensa previa al Albacete: "La prioridad es el tema sanitario, eso está clarísimo. Es bueno que haya comunidades que puedan plantearse la vuelta del público, ojalá esto sea el principio de vuelta al fútbol prepandemia. Pero por otro lado, es una situación claramente injusta", apuntó el míster aceptando a regañadientes, como todos, un protocolo tan dispar y desigual.

La explicación del Gobierno

"Lo hemos pensado mucho, hemos realizado un protocolo y el criterio fundamental es que el público vuelve a aquellos territorios en fase 1 de pandemia, donde la situación sanitaria es mejor", explicó José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Deportes. "La vuelta sigue teniendo esos principios de cautela para que pueda hacerse con garantías. Se ha decidido que en los territorios que estén en la fase 1 habrá un 30 por ciento de aforo con un tope de 5.000 personas".

El mismo miércoles el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco, anticipa este regreso, aunque mostraba su preocupación por las posibles aglomeraciones: "Coincidimos todos en la necesidad de que, poco a poco, la sociedad española vaya recobrando la normalidad y el optimismo. Pero no debemos olvidar que estamos todavía, en algunas Comunidades Autónomas, con unas cifras muy preocupantes y lo que no se puede hacer es, por anticipar plazos, correr riesgos sanitarios innecesarios. Vamos a hacerlo de manera consensuada y priorizando la seguridad sanitaria".

Unas palabras coherentes y responsables, pero que chocan con la decisión de que en Segunda B y todo el fútbol modesto sí se permita la entrada de público, mientras que en el profesional se cree ahora este agravio comparativo. Sin ir más lejos, el filial jugó un partido con público antes del comienzo de la cuarta ola, mientras que CDEl Ejido, Huércal Overa y Pulpileño también meten (o han metido, dependiendo del momento) aficionados en sus campos.

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