Sácate un abonico, ¡saeeecio!

La barra de mármol del Puga, con las consumiciones apuntadas a lapiz en la misma. Tres cervezas bien espumosas recién servidas. El característico olor a plancha de un taberna siempre atestada de paisanos y turistas. Entre las botellas añejas de vino, muchas de ellas con telarañas que hablan de su edad, la pequeña tele en la que entre tertulia y tertulia, se ve el fútbol. Un árbitro, tres aficionados y el Var. ¿O mejor con b?

Esto que se enuncia como un chiste... es un chiste. Pero no hay un español, un inglés, un francés y un chino, sino que están Kikín Fernández, Paco Calavera, Pepe Céspedes y Alvarito. Los cuatros cómicos que con su humor legañoso le han quitado el complejo de inferioridad y desarraigo al almeriense. Su acento, su humor basado en la experiencia del botellón ochentero y noventero, y el orgullo con el que hablan de las migas que se comen cuando llueve en su tierra, son su señas de identidad.

Nos asfixia el 'caloh' y las playas se llenan de madrileños y valencianos, el AVE sigue sin llegar y las medusacas se agolpan en la orilla del Zapillo. Los chistes de estos cómicos que tantas carcajadas han provocado en el Cervantes, se nos vienen rápidamenta a todos a la cabeza. El “Dios saeeeecio” es uno de sus gritos de guerra, ¿pero estamos acostumbrados a verlos en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde habitualmente se sufre más que se disfruta? A partir de ahora, sí.

Esta semana la Unión Deportiva Almería tiró de su humor para presentar una campaña de abonados canalla, diferente a la típica y tópica, que apela al sentimiento, al escudo, a la camiseta, made in Atlético de Madrid. En este caso, la empresa creativa con la que trabaja la entidad de Alfonso García buscó arrancarle una sonrisa al aficionado y nadie mejor que los profesionales de la sorna.

“Disfrutamos mucho rodando el anuncio, creo que la gente se va a reír porque es muy divertido. Nosotros hemos puesto nuestro granito de arena para que la gente se abone y disfrute con el Almería. Al igual que cuando la gente viene a nuestras actuaciones, a ver al fútbol hay que ir a divertirse”, dice Kikín, que hace de árbitro en el anuncio. Viendo el arte con el que saca tarjetas y pita penaltis, David Fernández Borbalán no debería de tardar en lanzarle la caña para el gremio. “Llegué a mi casa con ganas de expulsar a todo el mundo”, fantasea y arranca la carcajada de sus acompañantes, Paco Calavera y Alvarito [Pepe Céspedes no pudo acudir por motivos laborales, la dura vida del periodista].

Aunque ninguno le ha pegado nunca un puntapié a un balón [“soy simplemente un inútil, un negado”, dice Kikín; “el único balón que quiero es el gástrico”, le secunda Calavera; “yo tengo la velocidad de Cruyff, el tobillo de Beckham y la forma física de Echenique”, fantasea Alvarito], sí que conocen bien el catálogo de excusas del aficionado almeriense para quitarse de en medio cuando su equipo más lo necesita. “En Almería siempre nos inventamos de todo para no ir al fútbol: que si sopla levante y hace calor, que si caen cuatro gotas y nos vamos a mojar, que si el estadio está lejos... Parece que todo lo que esté más allá del Zapillo está lejísimos”, se ríe Paco Calavera, mientras completa su intervención con una sentencia puramente suya: “El Mediterráneo tiene muy buenos bares cerca, ¿qué más podemos pedir para ir al fútbol?”. La razón se la darían en Bilbao, con su conocida calle Pozas antes de entrar a San Mamés.

Álvarito recuerda recuerda un 3-3 en Copa del Rey contras Las Palmas y un gol fuera de tiempo [fue un 2-3 liguero en la temporada de Javi Gracia en el banquillo y Thievy vestido de amarillo, el día que Alfonso García se enamoró de él], Calavera un 1-1 ante el Barcelona con gol en propia puerta de Puyol [fue 2-2, cuando el maestro Lillo y el alumno Guardiola se vieron las caras] y Kikín duda entre Agrupación o Unión Deportiva Almería. No son incondicionales del Mediterráneo, entre otras cosas porque los horarios de sus actuaciones también las pone Tebas los fines de semana, pero comparten el sentimiento de que el público es el jugador número 12, el cómico número 5. “En el spot queremos jugar con el hecho de que en la barra del bar no se ve bien el fútbol, el estadio es el mejor sitio para estar con tu equipo. La afición es un jugador más, a nosotros nos pasa: no es lo mismo actuar para una grada llena que vacía”, se sincera, por primera vez en tono serio Paco Calavera.

Observando precisamente la grandeza del Estadio de los Juegos Mediterráneos y el eco que podrían suponer miles y miles de carcajadas, Alvarito se viene arriba. “Por supuesto que nos encantaría actuar aquí. En América es mucho más habitual que en Europa actuar en los recintos deportivos. Sería increíble hacerlo aquí”. Lo que de momento han conseguido es que su humor y su talante desenfadado se proyecte en los marcadores, para dejar chica la cifra de 8.024 abonados de la pasada temporada.

Así que ya sabe, Esta temporada la tienes que ver. O como dirían ellos, con un acento que no es precisamente de Cuenca, “sácate un abonico, ¡¡saeeecio!!”.