Rubi y el Almería, ¿segundas partes fueron buenas?

UD ALMERÍA

Se filtra que el club estaría tirando la casa por la ventana para convencerlo de retornar ofreciéndole 3 años de contrato y un salario propio de Primera División

Para que la operación fructifique tanto El Assy como el técnico catalán tendrían que aparcar su orgullo

El Almería 2024-2025: ¿quiénes se van y quiénes se quedan?

Rubi y El Assy en la anterior presentación del catalán como técnico de la UDA / EFE

Almería/A estas alturas de la película parece meridianamente claro que la UD Almería, que internamente ha optado por la táctica de guardar silencio, ha puesto toda la carne en el asador para intentar el retorno de Joan Francesc Ferrer Sicilia, 'Rubi', al banquillo rojiblanco. De otro modo no se explica que sabiéndose en Segunda desde hace más de un mes la entidad indálica no anunciase al nuevo entrenador nada más concluir una campaña para olvidar en Primera.

Todo va cuadrando, más aún tras conocerse que el elegido para el banquillo de Osasuna, donde también se había postulado el preparador catalán, resultó finalmente Vicente Moreno. En la máxima categoría aún quedan opciones libres como Sevilla, Las Palmas o Real Mallorca, donde Quique Sánchez Flores, Francisco Javier García Pimienta y Javier Aguirre acaban su periplo, si bien a este último apunta Jagoba Arrasate.

Salvo que en las próximas horas surja la opción de alguno de esos dos primeros destinos, Rubi estaría en la tesitura de aceptar la propuesta indálica o esperar que se agite el árbol una vez arrancado el curso, estrategia que esta temporada no ha parecido funcionarle. Homólogos suyos como Sergio González, Pacheta, Diego Martínez o el propio Francisco estarían priorizando ejercer en Primera y no entraría en sus planes coger a un equipo de Segunda.

Rubi se lo estaría pensando porque según se ha filtrado en las últimas horas la oferta de la UDA sería muy tentadora en el aspecto económico (sus emolumentos estarían al nivel de Primera) y también en el deportivo, ya que se trataría de un contrato largo, de 3 años de duración, para construir un proyecto con el que poder retornar a la máxima categoría como ya hiciera en la campaña 2021-2022.

Llegados a este punto queda un dilema por resolver, el orgullo de las partes implicadas. Rubi se marchó en verano de 2023 por una mezcla de desgaste acumulado, incomprensión de parte de la afición con su forma de llevar al equipo en la élite y, primordialmente, su escaso peso en las decisiones deportivas, pues los fichajes siempre han sido cosa del triángulo Turki Al-Sheikh-Mohamed El Assy-Joao Gonçalves, que escuchan las peticiones de los entrenadores, pero solo ellos deciden.

Rubi ha estado todo el curso 2023-2024 en 'barbecho' esperando un banquillo de Primera / AFP

En este nuevo escenario que Mohamed El Assy le estaría presentando Rubi ganaría mucho peso específico a la hora de decidir los refuerzos necesarios para acometer la ardua empresa de lograr un ascenso relámpago como el del Real Valladolid. El club ha valorado que entrenadores con su capacidad de trabajo y análisis de situación hay muy pocos al alcance en el mercado, podrían contarse con los dedos de una mano, y es el perfil que gusta y buscan.

Un eventual 'no' de Rubi como dio en su día Andoni Iraola para firmar por el Bournemouth inglés propiciaría que la entidad se viese obligada a activar un plan B que no ofrece las mismas garantías de éxito. Tendrían que decantarse por un candidato con menos currículum o incluso apostar como antaño por la vía extranjera. Más vale lo bueno conocido que lo malo por conocer, opinan.

El Assy, al que ya siempre perseguirá el fantasma del "nunca volveremos a Segunda", se ha tragado todo su orgullo en unas negociaciones muy discretas para intentar convencer a un Rubi bastante tozudo en su carácter. Conviene recordar que el de Vilassar de Mar se quejó el pasado mes de noviembre durante la reunión anual de entrenadores de LaLiga en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas de no haber cobrado todas las cantidades que la UDA le adeudaba por objetivos cumplidos.

La cuestión fue puesta sobre la mesa por Quique Setién y secundada por otros entrenadores como el propio 'Rubi', Álvaro Cervera, Pablo Machín, Vicente Moreno o Luis César Sampedro. Debido a lo delicado de la situación, desde el colectivo de técnicos incluso se sopesó la posibilidad de ofrecer una rueda de prensa para explicar los diferentes casos.

Esperando que haya fumata blanca en las próximas horas una vez que Rubi acepte y Turki dé su plácet final la pregunta obligada es ¿segundas partes fueron buenas? En el cine dicen que solo la secuela de El Padrino estuvo a la altura. En fútbol cualquier cosa puede acontecer, pero parece claro que la vuelta del catalán al menos garantizaría un trabajo bien hecho, con orden y concierto, pues ya conoce lo que se va a encontrar y exigirá de antemano corregir situaciones con las que en la anterior etapa nunca comulgó. Podría ser el paso definitivo a la profesionalización de las estructuras deportivas del club, con el necesario empujón de una Ciudad Deportiva que se está haciendo esperar más de lo deseado.

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