En otros tiempos...
UD Almería
En un fútbol menos profesionalizado pero igual de endeudado, varios clubes de la provincia vivieron en carne propia el ‘caso Reus’
Una historia de desapariciones, fusiones, refundaciones...
Almería, Málaga y Burgos son las tres provincias españolas que más clubes han visto desaparecer en categoría profesional, según los archivos de la Federación Española de Fútbol. El drama del Reus es bien conocido en estas lindes pues el final del siglo XIX y el comienzo del XX significó la desaparición de equipos históricos tanto en la capital como en la provincia.
La economía une a los finales de todos los clubes, en contexto bien diferentes. Ahora el fútbol está profesionalizado y hay un control estricto de ingresos y gastos. Antes, o en categorías inferiores a Segunda División, se cometían auténticas barbaridades con las deudas y hasta que no llegaba la bancarrota, los jugadores tenían que vestirse la camiseta pese a los encierros o las acciones de protesta en los propios partidos. En la edad contemporánea del fútbol provincial se han vivido los siguientes casos.
AD Almería
El conjunto rojiblanco conoció la severidad federativa con los débiles la temporada 1981-82. Acababa de descender de Primera y, la verdad, tenía una deuda bastante considerable. El equipo se reforzó bien para jugar en Segunda y la temporada comenzó bien: tras la séptima jornada iba líder de la categoría. Pero en el partido de Vigo sucedió lo inesperado: el árbitro se quedó con las fichas de los nuevos fichajes y las remitió a la FEF quien prohibió alinearlos. Además, mandó repetir los partidos que había ganado. Algo sin precedentes.
Al regreso de Vigo, jugadores y directivos se encerraron en la sede de la Federación; pero no había nada que hacer: el Almería estaba condenado a muerte. El equipo acabó la temporada como pudo pero, con una plantilla tan limitada, descendió a Segunda División B. Aquel verano del 82 fue traumático: la directiva anunció oficialmente una deuda de 223.702.000 pesetas y la FEF tomó nota. Se formó un equipo para competir en Segunda B y se realizó la pretemporada, con el VI Trofeo Ciudad de Almería y varios amistosos.
Pero llegó la catástrofe. La FEF exigió al equipo pagar 50 millones que debían a los jugadores para iniciar la temporada; de no ser así, lo descendía a Tercera. El Almería podía pagar 30 e intentó negociar los otros 20. Pero fue imposible. La AD y otros que estaban en su situación fueron descendidos de categoría. Fíjense contra los que se atrevieron los valientes federativos: Almería, Getafe, Langreo, Mirandés, Elche, Palencia, Burgos, Levante y Málaga, todos ellos, excepto este último, en Segunda B. Todos a Tercera. Y todos desparecieron, sin llegar a empezar la temporada 1982-83 ya que en Tercera les resultaba imposible recaudar las elevadas cantidades que le exigía la Federación.
Mármol Macael
A comienzo de los noventa, fue el equipo más representativo de la provincia bajo el nombre de Atleti Macael. Por cuestiones de patrocinio, el Mármol se incluye en su nombre en su época dorada en Segunda B, en un campo de Las Nieves que vio a Racing de Santander y Mallorca en Copa del Rey.
Sin embargo, el traslado a la Ciudad Deportiva, con unas gradas más lejanas, es el principio del fin del club del Almanzora. Desciende a Tercera en la temporada 1994-95 por golaverage (nunca había descendido de categoría en sus más de cuarenta años de historia, algo que sólo igualaban Madrid, Barcelona y Athletic Club) y aunque en varias campañas estuvo a punto de regresar al grupo IV de Segunda B, la crisis del mármol provoca la falta de apoyos al fútbol en la comarca. Posteriormente hubo intentos de refundar el equipo, incluso uniendo varios pueblos de la comarca sus fuerzas, pero no hay la misma pasión que hubo con el Atleti.
Poli Almería
Nace tras la desaparición de la Agrupación Deportiva Almería con el mismo estigma: poca liquidez económica. Entre Tercera y Segunda B, con una promoción de ascenso a Segunda que acabó como el rosario de la aurora, el club se fue endeudando hasta las trancas. Una eliminatoria copera ante el Barcelona dio cierto alivio, hasta que llegó Carlos Marsá al club: un proyecto millonario sin pies ni cabeza acabó con la plantilla encerrada, sin querer jugar, y con la desaparición a mitad de la temporada 2001-02.
Por entonces ya se hablaba de la fusión entre Poli Almería y Almería Club de Fútbol, los dos equipos representativos de la capital, algo que se quiso fraguar con esa desaparición y con el traspaso de Juan Ignacio y Velasco, del pantalón azul al rojo. Desde entonces, la Unión Deportiva Almería es el único equipo de la capital en categoría profesional. Años después, algunos aficionados del Poli Almería que no entendieron aquello como una fusión, pese a que el propio Juan Rojas como concejal de Deportes dirigió las operaciones, refundaron al club y ahora mismo milita de forma exitosa en Tercera.
Poli Ejido
Fue la última y más sonada desaparición. Sobre todo por la forma poco digna en la que se produjo. El conjunto celeste llegó a ser el primero de la provincia al principio de la década del dos mil, metiéndose en presupuestos irreales, que cubría con ayuda municipal. Sin embargo, con el ascenso de la UDA a Primera y el descenso a Segunda B de los ejidenses, el ayuntamiento cerró el grifo y la viabilidad fue imposible. A comienzos de 2012, con el club en descomposición, el Poli Ejido se presenta ante el Villanovense con sólo tres profesionales y una semana después juega ante el Lorca con juveniles y veteranos (0-14), en el último partido (si se puede denominar así) de su historia. No se merecía el Poli Ejido un final así.
Por fortuna, los empresarios de la provincia deciden crear un club nuevo, sin el pecado municipal original, y el CD Ejido 2012 regresa a Segunda División hace tres temporadas.
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