Melero y Lázaro llevan regalos el Hospital Universitario Poniente

UD ALMERÍA

Los jugadores rojiblancos han visitado a los niños y niñas ingresados en el área de pediatría del centro hospitalario de El Ejido

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Ambos futbolistas rojiblancos escuchando las explicaciones de las trabajadoras del Hospital de Poniente.
Ambos futbolistas rojiblancos escuchando las explicaciones de las trabajadoras del Hospital de Poniente. / UDA
Redacción

06 de enero 2024 - 14:54

El Ejido/Gonzalo Melero y Lázaro Vinicius han protagonizado este viernes una emotiva jornada al llevar regalos a los niños y niñas hospitalizados en el área de pediatría del Hospital del Poniente. Este gesto solidario tuvo lugar en una fecha muy especial, el día de la llegada de los Reyes Magos, quienes también dedicaron tiempo a visitar a los pequeños luchadores antes de la llegada de los jugadores del Almería.

La mañana estuvo repleta de eventos tanto para los niños y niñas como para los futbolistas almerienses, quienes fueron recibidos por el personal sanitario del complejo, luciendo sus bufandas rojiblancas y transmitiendo alegría a través de sus sonrisas, visibles incluso bajo las mascarillas. Los trabajadores, al igual que los verdaderos protagonistas, los niños, disfrutaron de un acto que sin duda será difícil de olvidar. Además de entregar regalos como peluches, altavoces, agendas y bufandas, los jugadores también recibieron algo invaluable: la energía y el ánimo de los pequeños luchadores, impulsándolos en su lucha por la salvación. El personal sanitario también expresó sus mejores deseos para el equipo además de entregarle unos regalos con mensajes motivadores escritos por el propio equipo de trabajo del Hospital.

Gonzalo Melero y Lázaro Vinicius con el personal médico del centro hospitalario.
Gonzalo Melero y Lázaro Vinicius con el personal médico del centro hospitalario. / UDA

El acto de entrega de regalos concluyó con un mago que dejó a todos los presentes asombrados con sus trucos, siempre enfocados en enviar buena energía a los jugadores que se marcharon del complejo cargados de emotividad y felicidad, al igual que los niños y niñas que tuvieron la oportunidad de ser visitados.

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