UD ALMERÍA | Análisis

Marcos Peña madura a pasos agigantados

Marcos Peña ante RDT en Vallecas

Marcos Peña ante RDT en Vallecas / Rodrigo Jiménez / EFE (Vallecas / Madrid)

El día que Luis Maximiano brilló y Choco Lozano demostró que con un '9' referente este Almería habría estado llamado a empresas distintas, un joven futbolista corroboró que la apuesta por él no será flor de un día porque ha llegado dispuesto a quedarse como en su día hiciera otro paisano suyo, caso del eterno capitán José Ortiz Bernal, primer debutante en la máxima categoría con las siglas UDA en 2007, a quien siguió fugazmente Dani Romera en 2013. Marcos Peña Ocaña, tercero en alcanzar la cima con la elástica del equipo de su tierra, madura a pasos agigantados y en apenas cinco apariciones en el primer equipo parece como si llevase toda la vida impartiendo cátedra de pivote en la medular.

Casualidad o no, los dos únicos triunfos del conjunto indálico este curso, ambos a domicilio, han tenido un par de factores en común. La inspiración bajo palos de Maximiano y la titularidad del mediocentro almeriense en ambas ocasiones. La primera vez, el día de su debut en Las Palmas, compartiendo demarcación con Lucas Robertone y Jonathan Viera. El domingo en Vallecas lo hizo acompañando a Édgar González y un desdibujado Sergio Arribas, que nunca supo interpretar su rol de enganche entre media y delantera.

Daba igual, ya estaba ahí Peña para compensar cualquier desequilibrio con un despliegue de facultades impropio de su edad. A los 19 años quema etapas de forma meteórica desde que Pepe Mel optase por concederle la alternativa. Este mismo lunes se marchaba a la concentración que la selección española sub-19 va a realizar durante unos días previa disputa del Europeo de la categoría este verano, donde podría figurar entre los elegidos.

Se preguntaba Mel al término del choque ante el Rayo por qué Peña no había debutado antes. La realidad es que pudo hacerlo durante la interinidad de Alberto Lasarte, su gran valedor en el conjunto juvenil que el año pasado logró el hito de colarse en la final de la Copa del Rey juvenil ante el Real Madrid. Las circunstancias no se dieron ni ante el Granada (el 3-0 inicial tornó en un 3-3 y la fatídica lesión de Luis Suárez) ni tampoco una jornada después en San Mamés (3-0) donde sí debutaba Marciano Sanca, ahora cedido sin pena ni gloria en las filas del Alcorcón.

En la etapa de Gaizka Garitano pintaron bastos. Tocaba picar piedra y el técnico vasco prefirió jugársela con la vieja guardia antes de cargar de responsabilidad a un chaval del que los preparadores de la cantera siempre han hablado maravillas por su inteligencia táctica y su entereza física para aguantar los envites de jugadores profesionales ya curtidos en mil batallas. Quizá fuera mejor respetar los tiempos y que haya sido ahora, con la suerte ya echada desde hacía tiempo, cuando Peña tuviera la alternativa que merecía.

Mel siempre ha predicado con el ejemplo, pues de todos los equipos por los que sacó un valor al alza. Esa perla en Almería la encontró en la figura de Marcos Peña, con raíces en Las Tres Villas (sus abuelos siguen residiendo en Escúllar), un pivote posicional (un '6' a la antigua usanza) que se caracteriza por su gran inteligencia táctica y su buen posicionamiento en el campo para achicarle espacios al contrario y reequilibrar a su equipo cuando alguna línea se ve desbordada. Con cuatro partidos aún por delante para decir adiós a Primera a Peña el filial se le ha quedado pequeño y todo apunta a que en Segunda tendrá un papel importante para devolver al equipo de su tierra a la élite. 

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