Garitano marca el segundo peor registro de este siglo en LaLiga en sus primeros diez partidos

Almería/Gaizka Garitano se convirtió en entrenador del Almería en los primeros días de octubre. La temperatura otoñal comenzaba a asomar en una ciudad que asistía a un comienzo de temporada de su equipo con un pobre bagaje de solo tres puntos en las primeras nueve jornadas ligueras. Diez encuentros después y con las fiestas navideñas echando el telón, el técnico vasco solo ha podido sumar dos puntos más al raquítico casillero indálico.

En estas diez citas ligueras, el entrenador vizcaíno no ha frenado el rumbo descendente de un conjunto que ha completado la segunda peor vuelta de la historia de la competición. No obstante, Garitano también está batiendo guarismos históricos. El de Derio se ha convertido en el segundo peor entrenador de Primera División en este siglo (con al menos diez partidos dirigidos). Con ocho derrotas en su haber, un porcentaje redondo de ochenta certifica su fracaso hasta ahora en las filas indálicas.

Solo José Antonio Romero, que cayó derrotado hasta en nueve ocasiones entrenando once duelos al Córdoba en la campaña 2014/15, supera al entrenador unionista. En toda la historia de la máxima competición del fútbol español hay otros seis técnicos con más de un 80% de derrotas con un equipo de LaLiga EA Sports. Sergio Rodríguez, técnico del Mallorca en la 1969/70, solo puntuó en un encuentro de diez.

En esta serie de choques, Gaizka Garitano solo ha logrado dos de 30 puntos posibles. Quizás lo que más llame la atención es la imposibilidad de voltear las grandes deficiencias del Almería y, en algunos casos, involucionar aspectos que eran positivos. Desde el punto de vista goleador, el cuadro rojiblanco solo ha sumado dos goles en cuatro citas en casa.

Eliminado también de Copa

Además, con el nuevo cuerpo técnico, los unionistas también han caído eliminados en la Copa del Rey contra el Barbastro, equipo que milita en la cuarta categoría. Un despropósito que se suma a la colección de episodios infames que está acumulando un Almería lúgubre y sin convicción. A pesar de que algunos futbolistas han recuperado su nivel, como el caso de Maximiano, las pequeñas batallas ganadas con Garitano en el banquillo han supuesto derrotas demasiado grandes como para festejar los detalles cuando la guerra se asume como perdida.

Por último, los aficionados almeriensistas comienzan a impacientarse por las continuas declaraciones del técnico sobre la falta de piezas en su plantilla, cuando en su primera rueda de prensa aseguró que no iba a utilizar esa excusa. Unas declaraciones que últimamente se están convirtiendo en monótonas porque, desgraciadamente, las palabras seguirán siendo las mismas si la situación continúa siendo igual.