Duelo de jeques en La Rosaleda

Después de temporadas en el ostracismo deportivo, donde se hablaba más por resultados negativos que por gestas, la Unión Deportiva Almería se situó desde finales de julio en el ojo del huracán mediático con la irrupción de Turki Al Sheikh y sus petrodólares saudíes. En una Liga en la que los grandes magnates mundiales han llegado derrochando dinero y se han marchado con la bancarrota de su club debajo del brazo, se mira hacia el Estadio de los Juegos Mediterráneos con la mosca detrás de la oreja.

Dmitry Piterman en el Racing y el Alavés, Ahsan Ali Syed nuevamente en el Racing, Peter Lim en el Valencia y el ejemplo con el que más comparan al Almería, Abdullah bin Nasser Al Thani en el Málaga, son algunos de los salvapatrias cuyo dinero era caviar para hoy, pero hambre para mañana. Lo cierto es que la duda estará durante las primeras temporadas en la sociedad almeriense, pero hay que reconocer que Turki Al Sheikh le ha dado a corto plazo un espaldarazo de valor incalculable, que necesitaba un club que había caído en la mediocridad total ante la falta de inversiones. Es cierto que los petrodólares pueden ser negativos si el jeque un día decide irse, pero también hay múltiples ejemplos de otros clubes que se han hundido en sus propias deudas, con capital español muy mal gestionado: Real Jaén, Recreativo de Huelva, Real Murcia...

Sólo ha habido que esperar cuatro jornadas para que se enfrenten los dos proyectos de los jeques: el Málaga de Al Thani ante el Almería de Al Sheikh. Y lo van a hacer precisamente en el peor momento del mandato del catarí y en un esperanzador comienzo del proyecto del saudí. Por todos es conocida la problemática malacitana, que no ha podido inscribir jugadores en este mercado veraniego tras superar con creces el límite salarial. La entidad de Martiricos está ahogada por el dinero, algo de lo que presumía hace un lustro, recién llegado Al Thani.

Como ahora Al Sheikh, aunque por supuesto con la proporcionalidad de un tope salarial de Segunda División, el máximo mandatario boquerón fichó a auténticos jugadorazos para el EuroMálaga: Joaquín, Monreal, Isco, Kameni, Saviola, Toulalán o el exmadridista Van Nistelrooy, formaron un plantillón imposible de soñar con la familia Sanz en el palco. En eso, sí se parece a la UDA de 6 septiembre con respecto a la UDA de Alfonso García.

Pero a partir de ahí, llegaron los problemas al Málaga. El primer aviso fue la exclusión la temporada siguiente de competiciones europeas por incumplir el fair play financiero. Además, muchos de los proyectos de construcción que quería ejecutar Al Thani no se realizaron y poco a poco, el jeque se fue cansando de poner dinero en club.

El descenso a Segunda, en primera instancia, y no haber subido la temporada, fueron la puntilla que le faltaba a un Malaga que se parece más ahora al descendido Reus que al PSG de su primo Tamim bin Hamad Al-Thani. La situación es tan delicada en La Rosaleda, que la afición malagueña y la almeriense se van a hermanar para pedir la marcha del jeque catarí.

En la acera rojiblanca, hay mucha ilusión con la llegada de Al Sheikh y por el gran trabajo de Pedro Emanuel y sus pupilos, pero siempre con la cautela de quien ve las barbas de su vecino cortar. Lo cierto es que a diferencia de cuando llegó Al Thani, ahora LaLiga establece un férreo control económico y un límite salarial que el Almería está cumpliendo rigurosamente.

Además de lo hecho en el aspecto deportivo, en el social podría producirse una mejora sólo comparable a las inversiones de los Juegos Mediterráneos de 2005. Se habla de la Ciudad Deportiva, de mejorar el estadio y de distintos proyectos por la ciudad, caramelos que gustan a aficionados, empresarios y políticos. ¿Cómo decir que no? Siempre tiene que haber una excepción que confirme la regla y en Almería confían en que sea Turki Al Sheikh.