Desesperación entre la afición del Almería ante el inmovilismo del club en materia de fichajes
UD ALMERÍA
Un ajustado límite salarial y la depreciación del valor de los jugadores, que dificulta su venta para hacer caja, razones por las que la dirección deportiva aún no ha podido reforzar al colista
La estrategia, pese a los agónicos SOS de Garitano, pasa por esperar la oportunidad y firmar a futbolistas con 'carácter y personalidad'
Maximiano: "Nos falta concentración y contundencia"
Almería/Diez días después de la apertura del mercado de fichajes de enero la UD Almería, colista destacada de Primera División, todavía no ha hecho ningún movimiento para reforzar el plantel ante la desesperación de la afición indálica, que ve con preocupación cómo el inmovilismo del club puede terminar de condenar al equipo al descenso de forma ya irremisible.
El domingo el colíder Girona visita el Power Horse Stadium y los rojiblancos afrontarán el primer duelo de la segunda vuelta con las únicas buenas noticias de las recuperaciones de Marc Pubill y Marezi, que ya tuvieron minutos ante Osasuna en Pamplona, para la causa. Dentro de la entidad el mensaje es repetitivo, "el mejor refuerzo de invierno será la vuelta de Luis Suárez". El ariete colombiano se encuentra ya en la recta final de la recuperación de su lesión y podría entrar en su primera convocatoria de forma inminente, quizá para la visita al Santiago Bernabéu al objeto de disputar algunos minutos que le permitan coger ritmo para el siguiente duelo casero ante el Deportivo Alavés a finales de enero.
Pero los seguidores no se conforman con el hecho de que la enfermería vaya aliviándose y la pregunta es recurrente. ¿Por qué no se ha reforzado ya el equipo pese a la calamitosa primera vuelta realizada? La respuesta es tan sencilla como difícil de asumir: el límite salarial disponible es muy exiguo, prácticamente nulo, lo que añadido a la dificultad de dar salida en forma de ventas suculentas a jugadores cuyo valor se ha depreciado enormemente por la mala temporada que está describiendo el equipo deriva en esta parálisis. Es la pescadilla que se muerde la cola.
A este hecho se suman las comparaciones, normalmente odiosas, de rivales directos en la lucha por la permanencia como el vecino Granada, que sí está acometiendo una reestructuración de su plantilla con la intención de lograr el objetivo de salir del pozo, si bien en su caso la propiedad nazarí cuenta con el dinero fresco (alrededor de 15 millones de euros) que les reportó la venta de Bryan Zaragoza al Bayern de Munich.
La UDA vive en la actualidad una situación diametralmente opuesta. Puso casi todas su cartas sobre la mesa en la ventana veraniega de contrataciones, siendo el segundo club en inversión solo por detrás del Real Madrid con más de 50 millones de euros gastados, y ahora el margen de maniobra es muy escaso. La operación para firmar a César Montes, que entonces se consideraba la guinda que le faltaba al pastel, hipotecó en cierta medida el tope salarial disponible. Consciente de las necesidades de los almerienses, el Espanyol apretó en las negociaciones y sacó 14 millones de euros por el central mexicano, una cantidad que, a la vista de su rendimiento, estuvo sobrepreciada. De aquellos polvos, estos lodos.
La dificultad radica en que el escaso interés mostrado hasta la fecha por sus jugadores procede de conjuntos de Segunda División que solicitan cesiones de piezas que no están contando mucho en el día a día de los rojiblancos, pero en la mayoría de los casos ni siquiera están en disposición de asumir sus altas fichas de forma íntegra, por lo que el negocio no acaba de cuadrarle a los dirigentes del Almería. Y para colmo de males, algunos con fácil acomodo como Arnau Puigmal acaban de lesionarse y está por ver el alcance de su dolencia. Tampoco ha resultado hasta la fecha el plan de hacer caja con el posible traspaso de Largie Ramazani, uno de los activos que habría soportado mejor la actual devaluación generalizada.
Todo esto no significa que la dirección deportiva rojiblanca no esté moviéndose para cumplir con los deseos de Gaizka Garitano, que en más de una comparecencia ya ha lanzado un SOS para que le traigan los necesarios refuerzos. El perfil buscado, sin embargo, ha cambiado diametralmente respecto a lo que se firmó en agosto, ya que ahora se buscan futbolistas con un carácter y personalidad fuertes que sean capaces de sacar al equipo del valle de depresión que atraviesa y que, ante un más que probable descenso, sean igualmente válidos para devolver a la UDA a Primera a la mayor brevedad posible.
En la actualidad el plantel posee 24 fichas profesionales, por lo que habría margen para afrontar un fichaje sin necesidad de soltar lastre, pero como quiera que los objetivos son al menos 3 contrataciones para reforzar todas las líneas del campo (defensa, media y ataque) al menos habría que proceder a ejecutar dos salidas para satisfacer los deseos de Garitano. Todo apunta a que habrá que esperar una vez más a que el mercado vaya madurando y encare su recta final para que lleguen esos ansiados refuerzos que puedan cambiarle la cara a un proyecto a la deriva.
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