Ataque frontal a Almería y provincia
UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos
Es injusto que este escándalo mayúsculo perpetrado en el Bernabéu contra la UDA oculte la mejoría del equipo
La remontada madridista estuvo amañada
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Almería/Nunca en mi vida futbolística, diría que deportiva, había presenciado algo así. Es injusto que todo este escándalo mayúsculo perpetrado en el Bernabéu contra la UDA y en realidad contra toda una provincia y cuidad, oculte la mejoría de un equipo que comienza a ser precisamente eso, un equipo. Antes de abordar la barbarie profesional, deportiva y hasta humana consumada en Madrid, que no quede en el olvido el buen hacer en el Bernabéu de unos jugadores que si en numerosos encuentros han decepcionando, llevando a su club al descenso virtual (gracias a esta decisiva derrota apenas ya queda resquicio alguno), en esta jornada y en la anterior ante el Girona sí que merecieron todo el reconocimiento por su buena labor y por haber superado a los dos primeros de la liga.
Aquella anécdota relatada tantas veces por José María García del jugador visitante sordomudo expulsado en el Bernabéu por protestar, acaba de pasar a ser peccata minuta comparada con la serie de decisiones parciales y concatenadas a todas luces perjudiciales para los rojiblancos. Todo lo sucedido en la segunda mitad en el Bernabéu pareció estar dirigido, como si fuera la liga de Corea del Norte y el Real Madrid el equipo del líder supremo.
En el primer tanto blanco de penalti de la amañada remontada madridista, hay una doble falta a los defensores rojiblancos en el salto de los dos jugadores del Madrid que intentan rematar de cabeza. Se vio con claridad y desde varios ángulos. Incluso si se dejara pasar por alto esa circunstancia decisiva, el penalti sería más que dudoso, de los que a veces se pitan en este aberrante fútbol que estamos padeciendo en las últimas temporadas.
A pesar de eso, a continuación vino el que probablemente hubiese sido el gol que le habría dado los tres puntos al Almería. En un movimiento natural, repito, natural de Lopy, se le pita falta desde el manipulado VAR al senegalés ante el teatrero Bellingham, que es tan buen jugador como barriobajero protestón. El problema es que la cosa no quedó ahí, logrando Vinicius el empate con el brazo, ante el empeño del VAR en mostrarle al bulto sospechoso de azul una toma dudosa que barría a favor de la decisión de conceder gol.
Se ve con claridad cómo el remate de Vinicius lo ejecuta con la parte de brazo junto a su hombro. Pero suma y sigue, porque en numerosos partidos de diferentes competiciones se ha revisado el VAR dos o tres veces y nunca se añadió tanto tiempo extra, hecho decisivo para que el Madrid tuviera minutos suficientes para terminar de golpear a un Almería machacado mentalmente que al menos iba a sacar un punto valioso y sobre todo mucha moral de cara a intentar lo que parecía casi imposible, la salvación.
Por lo menos presencié un momento histórico en el deporte mundial, porque nunca creo que se pueda dar otro escándalo similar e intencionado, sopena que se den circunstancias extras como la referida de la liga de Corea del Norte y similares. Espero que Turki, aparte de haberse cargado el televisor, no se lo tome como algo personal y no decida en un arrebato alguna medida extrema y negativa sobre su futuro en el Almería. Una cosa es que un dirigente se equivoque un año deportivamente hablando y otra es ser machacado futbolísticamente con alevosía y premeditación.
Mención aparte merece Guti, comentarista del encuentro en DAZN. La poca vergüenza que tuvo el propio Guti mientras comentaba las acciones del simulacro de partido fue en consonancia con los bultos sospechosos convertidos en atracadores del choque. Creo que por lo menos una disculpa del extécnico de la UDA se merece la afición y Almería en general.
Lo único que, una vez perpetrado el atraco deportivo, se podría hacer es publicar por parte de la UDA una nota oficial de protesta apoyada por las instituciones almerienses, al haber sido lo acontecido en el Bernabéu un ataque frontal para los intereses deportivos y económicos de Almería y su provincia. Ojalá que nunca más ocurra algo así en la historia del deporte.
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