El Almería acumula la peor racha sin ganar en casa de su historia

Almería/La afición de la UD Almería tiene más paciencia que el Santo Job y más moral que el Alcoyano. Recurrir a estos dos manidos refranes es referencia obligada para intentar explicar la situación actual del equipo cuando ejerce como local en el Power Horse Stadium. El último jarro de agua fría llegaba con el serio correctivo encajado ante Osasuna (0-3) en un día lluvioso que no impidió que 10.565 fieles espectadores acudieran al partido.

Suponía el debut de Pepe Mel en casa tras la primera victoria del curso en Las Palmas y la cosa prometía, pero el resultado fue igual de frustrante. En esta temporada en la que la UDA está batiendo todos los récords posibles, los rojiblancos ya acumulan 16 jornadas sin ganar en su feudo, la peor racha de su historia, incluso peor que las temporadas de los dos anteriores descensos a Segunda o de años en los que la entidad coqueteó seriamente con caer al pozo de Segunda B.

En esos 16 partidos sin ganar como local el conjunto indálico solo ha sido capaz de sumar 9 puntos sobre 48 posibles, anotando 14 goles a favor y encajando 28, cifras suficientemente preocupantes como para que muchos seguidores hubieran desertado ya hace tiempo de su asiento, pero ahí siguen, yendo cada quince días a la Vega de Acá con el aliciente de ver por fin ganar a los suyos.

Y es que el equipo no gana en el Power Horse desde que lo hiciera por última vez un lejano 20 de mayo de 2023. Rubi estaba todavía en el banquillo y un tripletede Lázaro Vinicius sirvió para facturar al Real Mallorca y dar un paso de gigante hacia la permanencia. La mala dinámica como local empezó, no obstante, en el último duelo casero de aquel curso, correspondiente a la penúltima jornada, un 0-0 ante el Real Valladolid.

Rubi se fue y llegó Vicente Moreno, estrenándose en casa con derrota ante el Rayo (0-2) para claudicar después ante Real Madrid (1-3), Celta (2-3) y Valencia (2-2) antes de ser relevado de forma interina por Alberto Lasarte, que vio dilapidar un 3-0 favorable ante el Granada antes de que Gaizka Garitano tomase las riendas. Con el técnico de Derio al frente tampoco se logró romper el maleficio, aunque en algunos encuentros estuvo muy cerca.

Se estrenó con derrota frente a Las Palmas (1-2) seguida de otra ante la Real (1-3) y luego arrancó tres igualadas consecutivas sin goles frente a Betis, Mallorca o Girona, mereciendo ganar alguno. El posterior 0-3 contra el Alavés rebajaba nuevamente el suflé para encadenar otros tres empates con Athletic, Atlético y Sevilla en los que el equipo se hizo acreedor a algún triunfo.

La apuesta por Pepe Mel tampoco ha conseguido de momento aparcar esta racha sin parangón en la historia indálica. Desde la creación del club en la campaña 2001-2002 nunca antes había acumulado 16 partidos sin darle una victoria a sus aficionados. Y eso que en este casi cuarto de siglo ha vivido dos descensos a la categoría de plata y ha rozado la Segunda B.

El anterior peor momento de sequía casera vivido por el equipo data de los cursos 2010-2011 y 2014-2015. El primero de ellos se produjo en en el intercambio entre Juanma Lillo y José Luis Oltra en el banquillo, acumulando en esa etapa 9 jornadas sin ganar. Esa misma campaña en el paso de Oltra a Roberto Olabe se encadenaron también 7 partidos sin triunfos locales. El resultado aquel año fue la pérdida de la máxima categoría.

En la 14-15 se dio otra racha similar de 9 partidos sin ganar en casa que se inició con Francisco (no ganó ninguno de los 7 que dirigió en el Juegos Mediterráneos antes de ser destituido), prolongándose con Miguel Rivera como interino y otro partido más con Juan Ignacio Martínez. Ya en la 15-16 entre Sergi Barjuan, Miguel Rivera nuevamente como 'apagafuegos' y Joan Carrillo volvieron a sumarse 7 jornadas sin ganar.

Pero nada comparable a las 16 jornadas que actualmente se han enlazado. Villarreal, Getafe, Barcelona y Cádiz, por ese orden, son los cuatro rivales que faltan por desfilar este curso por el Power Horse. Mel dispondrá por tanto de cuatro oportunidades para evitar que el la UDA se quede por primera vez en la historia sin ganar un partido en su feudo en una temporada completa.