El Almería firma su sentencia de muerte contra el Mallorca (0-0)

Almería/El Almería prácticamente dice adiós a la máxima categoría con este empate contra el Real Mallorca. En un encuentro impropio de un equipo que se está jugando todo en el último duelo en el Power Horse Stadium de este 2023, los de Gaizka Garitano se mostraron vulnerables atrás, indolentes en ataque y completaron noventa minutos para el olvido.

Los rojiblancos repetían con defensa de cinco con los mismos hombres que jugaron en el Metropolitano, con la suplencia de Largie Ramazani como noticia más reseñable en una cita crucial. Por su parte, el Real Mallorca mantenía su habitual sistema de tres centrales a pesar de las bajas en la línea defensiva para incorporar a Omar Mascarell en la zaga de forma sorprendente.

El comienzo estuvo marcado por una primera toma de contacto en la que los dos conjuntos se testearon para comprobar cómo las piezas de ajedrez se movían por el tablero. Una partida entre Garitano y Aguirre en la que cualquier fallo no tiene vuelta atrás. En este juego de igualdad, el que mejor se maneja es Samú Costa, que regresaba a la que fue su casa durante tres temporadas y que fue pitado en sus primeras posesiones del encuentro.

Un partido largo que no se iba a resolver en los minutos iniciales conociendo el recorrido de ambos planteles. El conjunto bermellón pudo abrir el marcador después de un grotesco error de César Montes, que mostró una contundencia nula contra Cyle Larin y el delantero candiense se plantó solo delante de Luis Maximiano. La suerte sonrió a los indálicos, ya que el ariete no logró conectar un disparo certero y el balón se fue lentamente a línea de fondo.

Un aviso que desencadenó a los baleares en ataque, con varias llegadas al área rival acumulando a muchos futbolistas en zona ofensiva. Sin embargo, el partido se interrumpió en dos ocasiones porque las asistencias entraron por dos percances protagonizados por Lucas Robertone y Sergio Akieme, doloridos sobre el verde en estos primeros compases.

En contra de la lógica, la escena fue dominada por los visitantes. La imagen del equipo almeriense tras los primeros treinta minutos fue de un conjunto conformista con la igualada y a merced del contrario. Una imagen que dista de las palabras previas al choque. En la defensa, César Montes seguía acumulando errores motivadas por su inseguridad en cada esférico que rondaba por el campo propio de los locales.

Los 11.936 asistían a un despropósito en el que los indálicos daban muchas facilidades en las segundas jugadas, en las que el Real Mallorca tuvo varias oportunidades para marcar. A la media hora de partido, los visitantes sumaban siete disparos, mientras que los almerienses ni había aparecido por las inmediaciones de la portería que defendía Rajkovic.

La lesión de Omar Mascarell obligó a Javier Aguirre a mover ficha con la entrada de Gio González, que estaba llamado a ser el titular en esta jornada dominical. La primera intentona unionista llegó a diez minutos del final del primer acto con un disparo de treinta metros de Leo Baptistao para la estadística. En el otro área, Samú Costa estuvo a punto de cumplir la ‘ley del ex’ después de otro balón muerto que se quedaba en el balcón del área. El luso golpeó fuerte con el interior, pero se encontró con la aparición salvadora de Luis Maximiano.

El Almería estaba salvándose del desastre tras otra intervención de mérito del guardameta rojiblanco minutos después. Los peores minutos del cuadro unionista en toda la temporada provocaron los silbidos del respetable ante lo que estaba presenciando. Los rojiblancos completaron su primer disparo entre palos en el descuento del primer tiempo.

Una ‘Garitanada’ era necesaria en el paso por vestuarios y el técnico vasco tomó varias decisiones: cambio de sistema para volver a defensa de cuatro y tres sustituciones para que Largie Ramazani, Gonzalo Melero e Iddrisu Baba entrasen al terreno de juego. El Almería comenzó a jugar 45 minutos después, pero con concesiones permanentes.

Los bermellones siguieron llegando con ocasiones de Samú Costa, que completó un sobresaliente encuentro, y Cyle Larin. En esta última, el balón le llegó al nueve en el balcón del área, recibió, se acomodó y disparó. Todo ante la mirada de una defensa cuya principal misión, defender, no suele ser su mayor virtud.

A perro flaco, todos son pulgas. Lázaro Vinicius cayó de maduro dentro del área y se pidió penalti en el Power Horse Stadium. Un par de acciones después, Largie Ramazani marcaba un gol que fue anulado por falta previa del belga a Antonio Raíllo. Unas decisiones que encendieron al graderío que se estaba apagando con la igualada.

Sin embargo, los visitantes pudieron vencer con una clarísima ocasión de Javi Llabrés completamente solo dentro del área. Fue lo más positivo del encuentro, ya que lo normal hubiese sido que los puntos se fuesen dirección a Palma de Mallorca. El empate final provocó la indignación en las gradas y una nueva muestra de que este equipo ha firmado su sentencia de muerte en la actual temporada.