Este partido lo ganó Gutiérrez
El acta de Vivancos
El obligado cambio de sistema tras la expulsión de De la Hoz ha desvelado algo que se empezó a intuir en Tenerife.
No hay mal que por bien no venga. El obligado cambio de sistema tras la expulsión de De la Hoz ha desvelado algo que se empezó a intuir en Tenerife. Si durante la primera mitad del choque en el Heliodoro la defensa adelantada en línea de los rojiblancos rozó la tragedia, en la primera parte de hoy se consumó el desastre. La eficacia ofensiva rojiblanca en Tenerife tapó el riesgo innecesario de adelantar tanto la zaga en aquellos primeros 45 minutos, mientras que el Mirandés sí supo aprovechar la circunstancia sin dar más opción.
Como rectificar es de sabios, José María Gutiérrez no solo modificó el dibujo, sino que lo hizo a lo grande. Colocó a tres centrales con la incorporación de Petrovic y obligó a los laterales, Balliu y Jonathan, a ocupar los 105 metros de largo del terreno de juego correspondientes a sus bandas. O sea, vuelta a ese magnífico sistema que puso de moda en los 80 John Toshack con la Real Sociedad. Aplicar un 5-3-1, con esos laterales matadores, en unas circunstancias tan adversas tras la expulsión, fue tan infrecuente como brillante. Bravo por el técnico almeriense. Lo que sí se comprobó fue la eficacia defensiva (el Mirandés no dispuso de ninguna ocasión durante toda la segunda parte), y ofensiva de un gran esquema pese a tener que jugar con uno menos. Veremos qué ocurrirá en Fuenlabrada, pero espero que Gutiérrez haya tomado nota y analice.
No se puede obviar a un jugador decisivo para que se llegara con vida al descanso, al guardameta Fernando. Realizó dos paradas antológicas que permitieron que el desbarajuste de la primera mitad no se reflejara en el marcador. Hace un año Fernando encajó ocho tantos en Villarreal, en Copa de Rey. Lo que es la vida, lo que va de un año a otro, máxime cuando se realiza la venta de la entidad rojiblanca siendo teórico titular René, y habiendo firmado la nueva dirección deportiva a un guardameta más de perfil prometedor. Con todo, ahí está el bueno de Fernando, siendo además capitán. Ese sí que es un manual de supervivencia.
El aldabonazo que ha supuesto remontar un partido en unas circunstancias tan adversas y de forma tan brillante, no solo debe otorgar la confianza necesaria, sino que puede amedrentar a los rivales que ven cómo se las gasta el conjunto que menos encuentros ha perdido de la categoría, el más goleador y el único que va a la caza del Cádiz. Es imposible olvidarse del tanto de Lazo, un jugador capaz de disparar con la derecha y de recoger el balón muerto para remachar con la izquierda. Eso es de superior categoría.
Si el extremo gaditano es capaz de lograr una cierta regularidad, se convertirá en un importante jugador de Primera, y puede que de algo más. Sobre el cambio de denominación de Guti por José María Gutiérrez, algo debo decir, por mi condición de publicista. Gutiérrez sabrá por qué lo ha decidido, pero desde un punto de vista de “marca” no deja de ser un error. La denominación Guti siempre recordó a buen fútbol, además de ser fácilmente encuadrado. No continuar con la estela dejada por su antigua denominación no deja de ser un paso atrás, si es que de marketing hablamos.
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