Que vuelva Andreu Buenafuente

Andreu, nos has dejado huérfanos. Tómatelo como un cumplido o como una exageración, pero es verdad de la buena. Te necesitamos. Como empresario estás de enhorabuena. Has colocado al público de la franja que va entre los 19 y los 40 años un producto impecable que ha rebasado todas las previsiones. El Terrat ha metido un gol en propia puerta a todos los agoreros que pensaban (pensábamos) que TVE se iba a hundir con La Revuelta.

Pero piensa en nosotros, en la franja siguiente, que también es la tuya. Repara en tus espectadores fidelísimos que te hemos seguido desde los tiempos de TV3 y que ahora para las estadísticas estamos instalados en esas décadas que pensábamos que nunca iban a llegar, la de los cincuenta y sesenta (lo de ‘ones’ lo dirá el monologuista de guardia, yo no lo voy a mentar).

Estás instalado en la zona de confort junto a tu alma gemela Berto Romero en la radio, y también disfrutas en la televisión autonómica de tu tierra con un programa a tu medida. Pero los geniales Faemino y Cansado titularon uno de sus memorables espectáculos Parecido no es lo mismo. Y vaya si no lo es.

Cuando osaron estrenar Babylon Show’en Telecinco apetecía que salieseis los de El Terrat a ese plató a dar unas cuantas lecciones, a decir en voz alta cómo se debe hacer la televisión de este primer cuarto del siglo XXI. Eché de menos que Xen Subirats, vuestro espléndido productor ejecutivo, tomase cartas en el asunto, y procediese a dar un capón en directo a quien correspondiese. Porque fue muy duro ver tamaño disparate, un producto tan antitelevisivo contando con tantos medios.

Chicho, a quien sé que respetabas, decía que la noche que se emitía el Un, dos, tres los hospitales administraban menos analgesia. Por favor, Andreu, vuelve para todos. Tu trabajo debería ser considerado servicio público preferente. Porque es asunto muy serio.