'El mundo de Beakman', el padre de 'El Hormiguero' que debió seguir

El programa del científico loco, que se vio en Canal Sur a mediados de los 90, se emitía en Cuatro en 2006 cuando Pablo Motos preparaba su actual programa que sigue en antena como el más visto cada día

¿De qué estaba hecho el Blandi Blub?

Lester, Liza y Beakman en 'El Mundo de Beakman'
Lester, Liza y Beakman en 'El Mundo de Beakman'
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

13 de abril 2025 - 09:30

En El Mundo de Beakman dos pingüinos, Don y Herb, abrían el programa, como los espectadores gruñones de Los Teleñecos, para burlarse de lo que se iba a ver en ese espacio divulgativo, con aire de científico loco y mucha cordura para formar entreteniendo. Trancas y Barrancas son parientes de aquellos antárticos peluches, uno de ellos con la voz de Bruce Willis, de Ramón Langa, y que fascinaban a la audiencia infantil de Canal Sur de mediados de los 90 cuando los contenidos infantiles, en las mañanas y tardes, convivían en las parrillas generalistas con todo lo demás.

Heredero de aquellos experimentos de Beakman fue El Hormiguero, rocoso en audiencia en nuestras noches (Broncano hace ya rato que se rindió para disgusto de la Moncloa), y Flipy adoptaba el aire de bata divertida del personaje de Beakman. El Hormiguero se estrenó en Cuatro, cuando era del Grupo Prisa, vaya, en septiembre de 2006, justo cuando en las mañanas, dentro de lo que se llamaba Cuatrosfera, se reponían las vivencias de este laboratorio donde merodeaba una rata y una vivaracha azafata era la ayudante de este doctor Frankenstein de peluca alborotada que gritaba “bada bing bada bang”, al remedo de Arquímedes, cuando daba con la tecla. Eureka. Pablo Motos pilló la idea.

Trancas y Barrancas
Trancas y Barrancas
Los pingüinos de 'El Mundo de Beakman'
Los pingüinos de 'El Mundo de Beakman'

El Mundo de Beakman aún nos serviría para reclamar que esa forma de entretener enseñando a los niños está vigente porque sigue funcionando en los programas para adultos. Beakman’s World apareció en EEUU en 1992 inspirado en una tira cómica. De ahí a convertirse rápidamente en un fenómeno para los escolares que no sabemos cuántos de ellos habrán votado a Trump. Lo de Beakman se estrenó en The Learning Channel (TLC) y de ahí pasó a una de las grandes la CBS. La ciencia podía no ser solo divertida, sino cachondeable, para hablar del cuerpo humano, la electricidad, la gravedad y tanta matemática, física o química que necesitaban un retoque en la forma de impartirlas.

La divulgación científica, ahora que entendemos que es tan necesaria, se extendió durante 91 episodios y cuatro temporadas que repusieron en Canal Sur varias veces, como también sucedió a lo largo de casi cien países. Los niños se lo pasaban en grande con estos videoclips donde se sucedían cosas mágicas al alcance de la mano, un mundo de blandi blub, pero especialmente los mayores percibieron que el tipo de los malos pelos y la bata verde daba mucho juego. Y lo sigue haciendo. Su actor, Paul Zaloom, sigue impartiendo conferencias a ritmo de sobresalto para que la ciencia sea curiosa y burbujeante. Beakman se encargaba de sus demostraciones empíricas para sorpresa de la rata del laboratorio, Lester, que siempre estaban pensando en comer. El rodeador de aspecto adormilado lo interpretaba Mark Ritts, que falleció hace unos años. Él fue el creador de los pingüinos que dieron la idea a Trancas y Barrancas. Murió en 2009 por un cáncer sin haber dejado nunca de escribir guiones de humor.

'El Mundo de Beakman'
'El Mundo de Beakman'
Pablo Motos con Will Smith de invitado en su primera temporada y Flipy en los experimentos
Pablo Motos con Will Smith de invitado en su primera temporada y Flipy en los experimentos

Zaloom, Beakman, también era titiritero, un neoyorquino de 40 años por entonces, que en su adolescencia se quedó prendado de los vecinos de Barrio Sésamo. La mejor forma de divulgar no solo conocimiento sino también valores es a través del humor y del ingenio. Lo que le aportó este programa lo fue extendiendo a lo largo de los años pese a que el plató de este laboratorio se apagó en 1998. Por entonces había necesidad de experimentar continuamente en la parrilla, para seguir atrayendo anunciantes. A día de hoy un programa así, en caso de haberse mantenido en antena, proseguiría durante lustros.

En el caso de las ayudantes del laboratorio, con las cartas que recibían de los espectadores para resolver dudas científicas, tres actrices se relevaron en este papel que también tenía su traslación en el pionero El Hormiguero con Raquel Martos.

Alanna Ubach era Josie (mucho antes de que el manchego con este nombre fuera nuestro gurú de la moda) y apareció en la primera temporada. Eliza Schneider, Liza, fue la encargada de replicar a Beakman en las temporadas dos y tres. Y Senta Moses, Phoebe, fue la azafata de la última temporada, y sigue vinculada a contenidos juveniles en EEUU.

Seis años después de iniciar su periplo desde un canal temático escolar El Mundo de Beakman fue cancelado en la CBS. Se justificó por atender un cambio en los gustos de la audiencia infantil (quién sabe) y también se habló de mal ambiente en el equipo sobre la forma en la que podía evolucionar con este espacio . El laboratorio daba para mucho más, pero en ese momento, ante el cambio de siglo, la televisión en EEUU estaba más pendiente en impresionar al espectador con mucho espectáculo y con los realities mascándose en el horizonte. En este caso se desperdició un formato infantil que en realidad estaba llamado a ser para toda la familia. En parte lo sigue demostrando un espacio español que sigue tan en forma como El Hormiguero.

Enseñar al que no sabe siempre es una obra de misericordia que satisface cumplir. Si además es haciendo reír, mucho mejor.

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