Los actores de 'Verano Azul' que se comían las escenas que protagonizaban los compañeros

Reposición

La serie de Antonio Mercero se está ofreciendo una vez más por La 2 y también en el canal Enfamilia, de AMC

¿De verdad 'Verano Azul' retrataba la sociedad española de los años 70?

Este nuevo dato de 'Verano Azul' te hará sentir que te estás haciendo muy mayor

Tito y Piraña se encuentran con Chanquete por primera vez en la serie de 'Verano Azul'
Tito y Piraña se encuentran con Chanquete por primera vez en la serie de 'Verano Azul' / RTVE
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

29 de julio 2024 - 13:08

Con los Juegos Olímpicos la serie Verano Azul, un año más repuesta en la sobremesa de La 2, aparece y desaparece de la parrilla. Para este martes 30 está prevista la emisión de No nos moverán, uno de los capítulos más memroables de los 19 de la ficción gestada por Antonio Mercero en la frontera de los años 80 y 90. La serie se estrenó a finales de 1981 y el episodio No nos moverán, con Julia a la guitarra con las proclamas, avanza el problema de la especulación urbanística sobre la vivienda-barca de Chanquete que se llevará por delante la salud del pescador andaluz con acento más castellano. Verano azul se está reponiendo en La 2 y también en el canal Enfamilia, en los operadores de pago con AMC. Está disponible completa en RTVE Play.

La serie grabada en Nerja es un momumento para la memoria de varias generaciones y está siendo descubierta por los más jóvenes. De fondo sus temas tratados son intemporales: la el despertar a la pubertad, la incomunicación entre generaciones, la amistad invencible.

Verano Azul presentaba una pandilla de siete niños, siete jóvenes actores entre un plantel de veteranos encabezado por Antonio Ferrandis, con una veterana trayectoria a lo que se sumaban junto a una actriz fetiche para Mercero como María Garralón, nombres como Manuel Tejada, Elisa Montés, Manuel Gallardo o Concha Cuetos y Carlos Larrañaga, que protagonizarían diez años después Farmacia de guardia.

Manuel Gallardo, en el papel del padre de Javi (Juanjo Artero), en 'Verano azul'.
Manuel Gallardo, en el papel del padre de Javi (Juanjo Artero), en 'Verano azul'. / RTVE

El productor Juan Lebrón fue uno de los operadores de cámara que estuvieron a las órdenes del realizador donostiarra durante los dos años de rodaje para esta única temporada. Cómplice, como todo el equipo técnico, con los actores, ha destacado siempre el talento en especial de los dos pequeños, de Miguel Ángel Valero y Miguel Joven, Piraña y Tito, que dejaba boquiabiertos a todos cuando debían de improvisar y sacar partido al guion. Valero fue fichado en el casting en Madrid mientras que Joven, de Nerja, era hijo de uno de los camareros del chiringuito de Ayo, donde descansaba el equipo, se le echó el ojo por su desparpajo cuando el Tito inicialmente elegido no funcionaba en pantalla.

Juan Lebrón junto a Antonio Ferrandis, Chanquete.
Juan Lebrón junto a Antonio Ferrandis, Chanquete.

"Ese niño parecía la reencarnación infantil de Charles Laughton", proclama Lebrón sobre los recuerdos de cómo actuaba Miguel Ángel Valero, "qué manera de interpretar, qué vis cómica", evoca porque el actor que daba vida a Piraña era capaz de llevar la atención sobre él aunque estuviera hablando otro personaje, para desesperación por ejemplo de Ferrandis, que por experiencia sabía cuándo le estaban 'robando' las escenas. Se lo tomaba con humor y resignación, los más pequeños eran capaces con sus muecas de eclipsar a todos. Cuando Miguel Joven y Valero, cuando Tito y Piraña se miraban, comenzaba a fluir entre ellos una improvisación muda que hacía girar la mirada. Y si ya había que hablar, le echaban toda la naturalidad al guion. "La química y la física cuántica actuaron, y lo que tenia que suceder, sucedió, dando origen a una de las parejas más memorables de la televisión en España, por los siglos de los siglos", admite Lebrón.

Tito y el Piraña ante el logo de Avidesa
Tito y el Piraña ante el logo de Avidesa

"Tito, con su técnica natural de robar plano comiendo pipas y escupiendo las cáscaras al cielo, a la vez que su cabeza, cara, cuello y ojos ejecutaban mil pantomimas y calambres, que inevitablemente desviaban la atención hacia él, sacaba algunas veces de quicio a Ferrandis", desveló en este periódico el productor andaluz, cámara en aquellos años. ¿Cómo recaccionaba Ferrandis cuando se rendía a la vis cómica de los dos renacuajos.

"Lo acercaba hacia la silla del director, lo cogía cariñosamente por los hombros, se le quedaba mirando unos segundos y exclamaba: "jodido niño", soltando su carcajada contagiosa", recuerda Lebrón, quien insistió que aunque el veterano intérprete valenciano tenía fama en la profesión de ser serio e incluso irascible, durante las grabacaciones en Nerja fueron todo lo contrario, buen compañero y profesional además de ser uina "persona afable, cariñosa y atenta", que hizo buenas migas con todos. Tal vez, conjetura Lebrón, el nerviosismo en el teatro, inevitable, le habían dado una fama injusta. "Ferrandis era muy feliz en Nerja. Sus invitaciones a degustar los buenísimos arroces que cocinaba con mimo valenciano en la vieja terraza del Hotel Calabella, eran legendarias", evocó en este periódico Juan Lebró. "Cuánto se aprende con un actor como él: A controlar la mirada, a modular la voz, a mover el cuerpo, a contener los sentimientos, el amor o la ira, a expresar u ocultar pasiones que habitan en el fondo de nuestro ser", enumeró. " Amaba muchísimo a toda la pandilla, y durante 18 meses tuvieron en él a un segundo padre, a un maestro y a un protector que nunca les decepcionó", asegura Lebrón sobre el gran intérprete valenciano que protagonizó Verano Azul y que le dio toda la pátina de humanidad posible a una serie reconocible y realista.

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