Análisis: Galaxy Z Fold 3 5G, probamos el potente plegable de Samsung
'Smartphone'
La tercera versión de este dispositivo orientado a la productividad es más ligera, cómoda y versátil
Amplía las opciones para quienes echan de menos la experiencia del ordenador cuando trabajan con un móvil
Hablar a estas alturas de curva de aprendizaje cuando se analiza un teléfono puede resultar extraño y, para algunos, hasta desalentador. Estamos acostumbrados a sacarlo de la caja, meter la SIM, la clave del Wi-Fi y poco más y todo lo que vaya más allá se antoja un mundo (de ahí los problemas de muchos por no configurar adecuadamente la seguridad o la privacidad, por ejemplo).
Por supuesto que es posible hacer eso mismo con el Samsung Galaxy Z Fold 3 5G y comenzar a usarlo una vez completada la configuración inicial, pero la experiencia y, por así decirlo, su utilidad, resultaría considerablemente mermada.
Más allá de las frías y asépticas especificaciones técnicas, creemos que lo importante de la tecnología es lo que podemos hacer con ella. Y son muchas las cosas que se pueden hacer con este teléfono que no se pueden hacer con otros.
Este móvil plegable (o tablet desplegable, según se mire) es probablemente el mejor smartphone que hemos probado hasta la fecha, pero es un producto, en nuestra opinión, dirigido a un tipo muy concreto de usuario, por mucho que cualquiera pueda disfrutar sin duda de él.
Está orientado a la productividad y diseñado para el que lleva a cuestas la oficina o el estudio (ofrece mucho más, por supuesto); por eso, como sus predecesores, el Fold 3 no es un móvil al uso. Como teléfono normal es algo incómodo y pesado (las llamadas, mejor con auriculares o el altavoz) y, aunque la pantalla exterior es de tanta calidad como la interior (que es mucha), sus extrañas proporciones hacen que haya que abrirlo para cualquier cosa que vaya más allá de alguna consulta rápida.
¿Significa eso que sea un mal producto? En absoluto. Es un dispositivo excelente pero, enlazando con la curva de aprendizaje del principio, quienes lo escojan para renovar su móvil atendiendo tan sólo a su precio (ya saben, los teléfonos son un marcador de estatus) y no vayan a pasar de hacer fotos no profesionales, chatear y si acaso mirar el correo quedarán sin duda frustrados por un dispositivo con el que hay que pasar un rato para familiarizarse con sus opciones y funciones. Nuestro consejo no solicitado es que busquen una forma mejor de gastarse los casi 2.000 euros que cuesta (y eso sin añadir el S Pen).
Antes de comentar algunas de las cosas que podemos hacer con el Fold 3 (su versatilidad es tal que la propia Samsung ha publicado varias charlas técnicas, guías de uso y tutoriales, aparte de los consejos incluidos en el propio dispositivo), un repaso de sus "frías y asépticas especificaciones técnicas".
Diseño
No hay grandes innovaciones en este apartado, pero sí pequeñas y no tan pequeñas mejoras. El Z Fold 3 es más ligero y delgado que la versión anterior y proporciona un agarre más cómodo, algo a lo que contribuye una construcción más sólida que se percibe nada más cogerlo, con cristal y una nueva aleación de aluminio (Armor Aluminum) y protección Corning Gorilla Glass Victus.
La reducción de tamaño se nota sobre todo en el grosor cuando está cerrado y en el peso. Con sus 271 gramos sigue siendo un teléfono pesado, pero hay que tener en cuenta que no es un teléfono normal, sino uno doble o, si se prefiere, un tablet plegable. Está disponible en tres colores: verde, negro y plata. Nosotros hemos probado el acabado negro, que aguanta muy bien contra las huellas.
Hablando de huellas, el sensor para el desbloqueo (que funciona francamente bien) está en el lateral derecho, en el botón de encendido, junto a los botones de volumen. Cuando está cerrado, la bisagra queda a la izquierda, como en un libro. Es el punto de mayor grosor del dispositivo (16 milímetros, frente a los 14,4 del resto del perfil), tiene acabado metálico y se oculta por completo cuando el teléfono está desplegado.
El teléfono cuenta con certificación de resistencia al agua IPX8 (inmersión en agua dulce de hasta 1,5 metros de profundidad durante un máximo de 30 minutos) pero no contra el polvo, algo lógico por las partes móviles.
Siguiendo con la protección externa, la pantalla principal trae incluida (e instalada; no es recomendable quitarla) una nueva película protectora que no solamente aumenta la durabilidad de la pantalla (en un 80%, según Samsung) sino que también mejora la sensación táctil al pasar los dedos por la superficie.
Eso sí, el pliegue donde se cierra la pantalla principal sigue ahí, se aprecia a la vista y sobre todo al tacto. Una vez uno se acostumbra no es tan molesto, pero acabas evitando esa zona cuando trabajas con la pantalla porque, no vamos a negarlo, es raro tropezar con un obstáculo. Suponemos que es cuestión de tiempo y de evolución que llegue un día en el que ese salto desaparezca.
Cámara bajo la pantalla
Más imperceptible y, por tanto, menos molesta, es la cámara bajo la pantalla principal (Under Display Camera o UDC), la primera de este tipo que instala Samsung en uno de sus teléfonos.
Se consigue incluyendo píxeles que absorben la luz en la zona de la cámara. El sensor está bajo los píxeles de la pantalla, que se apagan para permitirle captar la luz y hacer fotos. Es decir, la cámara desaparece y sólo se muestra cuando la necesitamos. Si uno se fija, evidentemente la cámara se ve, pero cuando estamos trabajando (en especial si estamos reproduciendo contenidos a pantalla completa), en seguida nos olvidamos de ella.
Pantallas
Uno de los muchos puntos fuertes de este dispositivo son sus pantallas, tanto la principal como la externa, y esta última es la que ha recibido una mayor renovación, puesto que ahora tiene la misma calidad que la interior, Dynamic Amoled 2x con tasa de refresco adaptativa de hasta 120 Hz, 6,2 pulgadas con una resolución de 2268 x 832 (HD+). Por su parte, la principal es una Infinity Flex de 7,6 pulgadas y resolución 2208 x 1768 (QXGA+), con los 120 Hz que ya tenía en el Fold 2.
De la pantalla interior o desplegable, poco que añadir salvo que ofrece la calidad de las mejores pantallas de Samsung (con la novedad de la ya mencionada cámara bajo la pantalla). La exterior, por su parte, es mucho más usable que la que ofrecía la entrega anterior del Fold gracias a su mayor calidad y la fluidez que le aporta la nueva tasa de refresco.
Más arriba indicábamos que la pantalla de la cubierta es muy alta (relación de aspecto 24,5:9) y los usuarios con manos pequeñas deberán hacer ajustes si quieren usarla con una sola mano. Ni que decir tiene que la pantalla interior es perfecta para visualizar cualquier cosa, desde juegos a contenidos audiovisuales.
Relacionado con esto último, el sonido del Fold 3 es también magnífico, gracias a sus altavoces estéreo compatibles con Dolby Atmos. Puede que resulte una opción de uso rara, pero la experiencia de escuchar con él música bien alta es más que satisfactoria.
Procesador, memoria, batería
Todo en este dispositivo es premium y el procesador no es una excepción: el Fold 3 lleva el nuevo Qualcomm Snapdragon 888 que un dispositivo como este (con estas pantallas y la multitarea de la que hablaremos más adelante) sin duda necesita. Gracias a él y a sus 12 GB de memoria RAM todo va tan suave y fluido como debe ir y no hay una sola cosa de la que hayamos probado (y hemos probado todo lo que se nos ha ocurrido) que haya supuesto el menor problema.
Está disponible en dos configuraciones de almacenamiento interno (no es posible ampliarlo vía microUSB): 256 y 512 GB.
Por lo que respecta a la batería, cuenta con una de 4.400 mAh que puede saber a poco a un usuario intensivo que tire mucho de la pantalla principal y del 5G. El teléfono admite carga por cable a 25 W, inalámbrica a 10 W y reversible. No, no hay cargador en la caja.
Las cámaras
En este punto no hay grandes novedades. El Fold 3 sigue sin ser un teléfono orientado al profesional de la fotografía o el vídeo, así que, aunque son muy buenas (el software les echa una mano a los sensores), están lejos de las mejores cámaras de la compañía (por ejemplo las del Galaxy S21 Ultra).
El módulo de cámaras traseras repite la configuración del modelo anterior (con las lógicas mejoras de software), con un trío de lentes, todas de 12 megapíxeles y con estabilización óptica de imagen (lente principal f/1.8, gran angular f/2.2, teleobjetivo f/2.4, con zoom óptico 2x y digital hasta 10x).
A ello se añade la cámara bajo la pantalla principal (4 megapíxeles y apertura f/1.8) y la de la pantalla exterior (10 megapíxeles, f/2.2).
La verdad es que a la cámara bajo la pantalla le hemos dado poco uso. Es la peor lente del dispositivo y para hacer selfies ya tenemos la de la pantalla externa e incluso es posible usar para ello el sensor principal trasero, basta abrir el teléfono y usar la pantalla exterior como visor (con la misma operación podemos mostrar una vista previa de la imagen a otra persona a la que vayamos a fotografiar).
Con todo, las imágenes tomadas con este Fold 3 (sobre todo las tomadas con la cámara principal) son nítidas y vívidas y la respuesta en condiciones de poca luz también es muy buena. La edición es fluida y muy completa e incluye funciones como Vista de captura, para ver, borrar o compartir las fotos que acabamos de hacer sin tener que salir de la aplicación de la cámara e ir a la galería para ello.
S Pen
Galaxy Z Fold3 es el primer plegable de Samsung compatible con S Pen (solamente la pantalla principal, no la externa), tanto con el modelo S Pen Pro (con Bluetooth y apto para otros dispositivos de la marca) como con el Fold Edition, diseñado como su propio nombre indica para este dispositivo. Cualquiera de ellos debe adquirirse por separado.
Los usuarios familiarizados con este tipo de accesorios saben que con ellos se puede dibujar o escribir a mano, pero en este caso se añaden funcionalidades como tomar notas mientras se ven videoconferencias en el modo Flex, por ejemplo (hay que abrir Samsung Notes, tocando dos veces la mitad inferior de la pantalla, mientras se mantiene pulsado el botón del lateral del lápiz).
Además, si pulsamos el botón de conversión de texto antes de empezar a escribir, lo manuscrito se convierte al instante en texto mecanografiado.
Nosotros hemos probado el S Pen Fold Edition y dibujar y escribir con él es cómodo y preciso, incluso sobre el pliegue de la pantalla, y la conversión de texto es un gustazo.
Funcionalidades del Galaxy Z Fold 3
El Fold 3 lleva, sobre Android, la capa de personalización de Samsung One UI 3.1.1, una versión que perfila aún más uno de los mejores sistemas instalados sobre Android del mercado. Es todavía más fluido, completo y potente, con funcionalidades ya conocidas y algunas otras nuevas que satisfarán sin duda las necesidades de los usuarios que echan de menos la experiencia ante un ordenador cuando tienen el teléfono en la mano y que odian (odiamos) dar más pasos de la cuenta para usar dos o más aplicaciones a la vez.
Son muchas las opciones para trabajar con el Fold 3, así que repasaremos las que más nos han llamado la atención:
- Deslizar y dividir: deslizas un enlace hasta el borde de la pantalla y se abre en una nueva ventana para verlo a la vez. Funciona con el navegador de Samsung, su aplicación de notas, archivos, mensajes, Office, OneNote, OneDrive...
- Multipantalla: para utilizar al mismo tiempo en la pantalla hasta tres aplicaciones, que podemos colocar en la disposición que queramos y con el tamaño que deseemos, basta arrastrar los bordes. La multitarea funciona en una larga lista de aplicaciones adaptadas y, si lo queremos usar en todas, hay que activarlo en la sección Labs de la configuración.
- Rotación de todas las aplicaciones: el cambio de vertical a horizontal es ahora más fluido con esta función que pasa todas las apps a las dimensiones adecuadas para adaptarse a la relación de aspecto vertical u horizontal.
- Establecer la relación de aspecto de las aplicaciones: aunque no todas las aplicaciones están adaptadas a la pantalla principal del Fold, sí podemos evitar las molestas bandas negras activando (de nuevo, en Labs) esta función para decidir cómo queremos que se muestren.
- Vista dividida de aplicaciones: permite usar dos ventanas de una misma aplicación para, por ejemplo, ver una lista de mensajes y una conversación concreta a la vez.
- Panel del Modo Flex: One UI 3.1.1 añade más opciones a esta característica, una de las más interesantes de los dispositivos plegables. Se activa al cerrar el teléfono en un ángulo de entre 75 y 115 grados y ahora es posible usarlo con apps que no estén adaptadas a ello (desde Labs) para, por ejemplo, tener en un lado una reproducción y, en el otro, los controles.
- Barra de tareas: un paso más en esa experiencia similar al ordenador que comentamos antes. Esta función permite iniciar aplicaciones frecuentes sin ir al inicio y también abrir varias de ellas de una sola vez. Podemos fijar las apps favoritas en un panel lateral en la pantalla principal, cambiar entre aplicaciones e incluso fijar varias para que se abran a la vez, con el diseño de pantalla dividida que hayamos establecido.
- Duplicar la pantalla frontal: para tener la misma configuración y diseño de la pantalla de inicio tanto en la pantalla exterior como en la pantalla principal.
¿Merece la pena?
En esta ocasión es complicado responder a esta pregunta con un sí o uno no. Un "depende" sería más apropiado. Como hemos dicho más arriba, el Samsung Galaxy Z Fold 3 es un dispositivo con opciones para el ocio pero pensado en esencia para la productividad, por lo que es una magnífica elección para quien necesite hacer varias cosas a la vez, en una pantalla grande y tal vez anotar con un lápiz.
No es tan acertado, en cambio, para quien no busque eso. Hay en el mercado (y en el catálogo de Samsung) teléfonos quizás no tan potentes pero sí, por ejemplo, con mejores cámaras y precios más contenidos. Y, si de lo que se trata es de presumir de teléfono plegable (lo del móvil como indicador de estatus), mejor decantarse por el Z Flip 3.
(*El dispositivo ha sido cedido por Samsung para una prueba de un mes)
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